15 diciembre 2024
PERSONALIDADES

6 de setiembre de 1941

Hace 76 años, el régimen nazi obliga a los judíos a llevar la Estrella de David con la palabra ‘judío’.

Tal día como hoy, hace 76 años, el régimen nazi ponía en marcha una de sus medidas más simbólicas contra el pueblo judío en la Alemania del Tercer Reich. Adolf Hitler imponía en el marco del Holocausto Judío la obligación de vestir la estrella de David con la palabra “judío” escrita en ella.

La obligación llegaba a toda la población a partir de los seis años. Se trató de una marca que permitía a toda la sociedad alemana del momento distinguir entre quienes eran dignos para el régimen y quienes debían ser perseguidos.
En todo el país, además de estas medidas, se colgaron carteles con avisos como “No compréis a los judíos” o “los judíos son nuestra desgracia”. El objetivo de las fuerzas de las SS se apostaba a las puertas de las casas de judíos reconocidos o de sus tiendas para vigilar y controlar quienes se acercaban a esos sectores sociales.

El Holocausto judío incluyo el asesinato masivo de millones de personas. Según las cifras oficiales, seis millones de niños judíos murieron; y un total de 11 en todo el país. La decisión nazi de llevar a la práctica el genocidio fue tomada entre finales del verano y principios del otoño de 1941 y el programa genocida alcanzó su punto culminante en la primavera de 1942.

De los aproximadamente nueve millones de judíos residentes en Europa antes del Holocausto, aproximadamente dos tercios fueron asesinados. La maquinaria del Holocausto tenía una red de aproximadamente 42 500 instalaciones por toda Europa para confinar y matar a sus víctimas y contó con la participación directa de entre 100 000 y 500 000 personas para su planificación y ejecución.

Hoy 6 de setiembre de 2017 se cumplen 76 años de uno de los momentos más lamentables que guarda nuestra historia reciente. El 6 de septiembre de 1941, la Policía de Berlín ordenó que todos los judíos de más de seis años llevaran una estrella de David de color amarillo bordada en el lado izquierdo de sus ropas. Para más, en el interior de la estrella debía poner “judío”, no sea que hubiera lugar a dudas.
Los judíos habían perdido sus derechos como ciudadanos, les habían sido confiscados sus propiedades y negocios y habían sido separados del resto de la sociedad. Dentro de lo que en la Alemania nazi se llamó “tratamiento especial”, los judíos fueron trasladados a ghettos: unos distritos urbanos, herméticos muchas veces, cerrados con muros o rejas con alambres de púas, donde las fuerzas de seguridad los controlaban.

Desde aquel fatídico 6 de septiembre, cualquier judío necesitaba un permiso especial para dejar el área que se les había asignado. Según algunas estadísticas, se crearon 400 ghettos en toda Europa.
Tan sólo un mes más tarde de esta medida se produjo la primera deportación de judíos desde Berlín, cuando 1.000 personas fueron trasladadas al ghetto polaco de Lodz.

Distintos países, distintas estrellas.

No todos los judíos llevaban la misma estrella. Ésta dependía del país en el que vivieran. En Francia, Holanda y Alemania, por ejemplo, la estrella era igual y la única diferencia era el idioma en el que estaba escrita la palabra “judío”. En Bélgica sólo llevaban escrita la letra “J”, en algunas partes de Eslovaquia llevaban la estrella de color azul, en Rumanía llevaban el fondo negro…

Pese a lo que pueda parecer, esta idea de excluir a los judíos mediante la vestimenta no fue original de los nazis. Hay algunas referencias que indican que el califa Harún al-Rashid empleó una táctica parecida en el año 807: ordenó a todos los judíos que llevaran un cinturón amarillo para distinguirlos del resto.

Más tarde, en 1215, el IV Concilio de Letrán determinaba, en su Canon 68, que judíos y musulmanes debían diferenciarse de los cristianos mediante la vestimenta. Cada país lo aplicó a su manera porque no había medidas ni formas estipuladas. Aquí encontramos de todo: desde coser un trozo de tela hasta llevar un sombrero distintivo.

En la Alemania nazi, la medida tardó en llegar. Allá por 1939 se hicieron las primeras pruebas, con una especie de brazalete con la estrella de David que debían llevar en el brazo derecho, pero no fue hasta 1941 cuando se impuso la oficialización de este estigma.

Todos los judíos de más de seis años estaban obligados a llevar la insignia. Era obvio que un niño de menos edad no estaría solo por la calle, sino que iría acompañado de sus padres, debidamente marcados…

Realmente es triste el punto al que puede llegar un ser humano -si es que se puede comparar- por tal de denigrar a otro y más poder. Hay una frase que dice: «Huye de los profetas y de los que están dispuestos a morir por la verdad, porque suelen provocar también la muerte de muchos otros, a menudo antes que la propia, y a veces en lugar de la propia.»…y lo peor es que es verdad.

Es una vergüenza de lo que es capaz de hacer el ser humano. Y solo hablamos de llevar estrellas, que si recordamos los campos de concentración o los demás hechos ocurridos en la 2ª guerra mundial…Es una pena que hoy en día la gente siga muriendo en las guerras. Creo que esta guerra debería habernos hecho reflexionar sobre las guerras, pero ya se sabe que el ser humano siempre tropieza en la misma piedra.

Yo no sé en qué momento se atrofia la parte del cerebro de una persona mediante la cual se permite el lujo de diferenciarse del resto por el hecho de no ser judío…. El racismo ha sido siempre una lacra, y aún hoy lo sigue siendo en menor medida o encubierto, pero lo que se hizo con los judíos fue deplorable, y hace al pensar en ello me avergüence de ser “ser humano”……Yo solo confío en que, con lo loco que está el mundo, esto ni nada parecido vuelva a ocurrir….

El olvido del pasado no nos hará más que repetirlo!

El ex 4ministro de Relaciones Exteriores de España, en su momento, Miguel Ángel Moratinos , lamentó la publicación en un diario español de una entrevista con el historiador revisionista David Irving en la que insinúa que Adolf Hitler podía haber desconocido las matanzas de judíos por el régimen nazi. El periódico “El Mundo” publicó dicha entrevista en la que Irving afirma que “Hitler era un hombre simple al que engañaban sus subordinados” y le sitúa en el mismo plano que otros líderes de la época de la II Guerra Mundial, como Churchill, Roosevelt o Stalin, de los que dice que “Todos tenían un respeto nulo por la vida humana”.

Y sobre el Holocausto, afirma que “El verdadero crimen de la II Guerra Mundial no fue el genocidio sino lo que yo llamo inocenticidio. El asesinato de personas inocentes. El asesinato de judíos no es un crimen porque fueran judíos sino porque eran judíos inocentes”….

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