13 diciembre 2024
CIENCIA

10 mil veces mas fino

Científicos australianos lograron miniaturizar el espesor de un cable al tamaño de 4 átomos sin perder su característica y su funcionalidad.

Científicos de las Universidades australianas y de la norteamericana de Purdue, lograron la miniaturización de un cable eléctrico. La miniatura tiene un espesor impensado hace no muchos años.

En un nuevo y asombroso avance, han conseguido crear un cable tan delgado que hay que medirlo por átomos. Y en este caso cuatro átomos de ancho y uno de alto. El material hecho con silicio resulta 20 veces más delgado que los fabricados de cobre, los más pequeños disponibles ahora en los microprocesadores.

El cable ha sido producido mediante la estrategia de ubicar con la debida precisión cadenas de átomos de fósforo dentro de un cristal de silicio.

Se ha demostrado que este singular hilo tiene la misma capacidad de conducir la corriente eléctrica que los cables de cobre. Pero de su diámetro increíblemente diminuto (10 000 veces más fino que un cabello humano). También tiene la propiedades eléctricas excepcionalmente buenas, lo que hace suponer que servirán para conectar componentes de tamaño atómico en las computadoras cuánticas del mañana.

La nanotecnología en marcha

El desarrollo de este ingenio tecnológico podría proporcionar a los ingenieros electrónicos una hoja de ruta. Donde se alcance el desarrollo definitivo de los primeros dispositivos computacionales de dimensiones nanométricas, cuyos tamaños estarían al final de lo determinado por la Ley de Moore, teoría que muestra que una sola fila densa de átomos de fósforo insertados en silicio marcará el límite definitivo de la miniaturización en la electrónica.

Para el ámbito de la física, el desarrollo de este cable y su comportamiento demuestran que la Ley de Ohm, que establece la relación entre la corriente eléctrica, la resistencia y el voltaje, sigue siendo válida en tamaños progresivamente más pequeños hasta incluir también un calibre de dimensiones atómicas.

En esta invención han trabajado, entre otros, Michelle Simmons, directora del Centro de Excelencia para la Computación Cuántica de la Universidad de Nueva Gales del Sur; Bent Weber, de la misma universidad; Gerhard Klimeck, profesor en la Universidad Purdue y director de la Red para la Nanotecnología Computacional; y Hoon Ryu, ahora en el Centro de Supercomputación del Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología.

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