17 diciembre 2024
GALERÍAS

El Octeto

“La cárcel es un medio donde hay mucha presión, los presos en general buscan en el arte una especie de salida, una especie de evasión, una especie de recuperación de la libertad”.

Con estas palabras nos explica Julio Herrera –director de El Octeto- por qué una persona que está privada de su libertad puede crear arte, porque el cuerpo está preso pero la mente y el alma son libres y en la creación artística el preso se siente en libertad.

El Octeto es un grupo musical que nació en el penal de Libertad, formado por 8 presos políticos (Julio Herrera, director; Eduardo Campo; Freddy Salvetto; Hugo Almada; Guillermo Luzardo; Óscar Garciarena; Walter Bianchi y Jorge Urtazún, El Lobo (fallecido)), que se volvieron a juntar 37 años después en pleno goce de la libertad. Su repertorio incluye canciones de artistas consagrados y creaciones propias. Sus letras son muy próximas, son parte de nuestra vida, cuentan lo que hemos vivido de un modo u otro todos en este país. Sus actuaciones no solo alegran el espíritu, también emocionan y ayudan a mantener viva la memoria.

Por Iara Bermúdez y Waldemar García

El Reporte.-¿Cómo surge el Octeto?

Julio Herrera.-. La cárcel es un medio donde hay mucha presión, los presos en general buscan en el arte una especie de salida, una especie de evasión, una especie de recuperación de la libertad. Es una instancia de lucha, cada vez que se hace arte dentro de una cárcel: es resistencia. En forma individual, porque no había manera de hacer un grupo, las condiciones no lo permitían, no se podía ensayar por ejemplo. Hasta que un día hubo, por motivos especiales, una apertura y permitieron, por una vez, que se prepararan grupos para hacer un espectáculo para los presos, para los compañeros que estábamos allí. Estábamos juntos en un sector de barracas y recayó en mí la idea. La primera idea era la de hacer un coro, para que los compañeros pudieran salir allí para ensayar y juntarnos, pero no fue posible. Como máximo podíamos reunirnos 8 compañeros y de ahí surgió El Octeto.

Con los compañeros que nos conocíamos de ahí que cantábamos y tocábamos el instrumento, consultamos y nos permitieron ensayar. Ensayamos 5 canciones. Esto fue en 1973, nosotros cantamos, una tardecita, para los presos compañeros nuestros. Y a partir de ahí el grupo fue disuelto. Hicimos esa sola presentación y al otro día de la presentación nos dispersaron por todo el penal, nos separaron y no tuvimos oportunidad de seguir. En realidad nos habíamos entusiasmado. Óscar, con el que nos habíamos conocido allí adentro, había participado en coros y tenía experiencia en voces, es un bajo. Entonces nosotros disfrutábamos, aquello para nosotros había sido imponente. En aquella situación reunirnos 8 para poder ensayar y hacer voces y cantar era una cosa estupenda. Pero lamentablemente duró muy poquito. Aparte no había posibilidad de reclamar ni nada, se disolvió y se disolvió y punto. Estando presos nunca más cantamos. Y después cuando recuperamos la libertad, en 1985, tampoco cantamos enseguida, cada uno hizo su vida, alguno se fue para el exterior, un compañero falleció y también nos dispersamos por ahí, cada uno organizó su vida. Ahora en el 2010 uno de los integrantes del Octeto, de aquel que había cantado en la cárcel, me dijo: “che, ¿y si nos reencontramos? ¿Qué pasará con nosotros ahora, después de 38 años? Y bueno, la idea comenzó a funcionar. Nos pusimos en contacto, buscamos los teléfonos, los correos de cada uno, y todos estuvimos de acuerdo, todos quisimos, acordándonos de aquello, así que un día nos reunimos y empezamos a probar.

ER.- ¿Alguno de Uds. había seguido cantando o tocando públicamente?

Óscar Garciarena.- Sí, él –por Julio Herrera- es músico, experto en la materia, pero nosotros también intervenimos en alguna cosita, pero suelta, nunca formando un grupo. Yo quiero añadir algo más, fue todo una casualidad que nos hubiéramos reunido allá y cuando integramos ese grupo nunca pensamos que pudiera tener ninguna trascendencia en el futuro. Pero la vida nos dio esta oportunidad de probar nuevamente y ver que todavía nos gustaba y que las cosas salían bastante bien, según nuestro criterio. Es una oportunidad nueva que se nos brinda, si bien el Octeto tiene sus raíces allá “adentro” y nuestro conocimiento lo tiene allá, este Octeto es una reformalización o es un reinicio de actividades, que en aquel momento no pensábamos -cuando hicimos aquello, en aquel año 1973- que algún día íbamos a tener la posibilidad y el privilegio de tener la actuación y la tarea que estamos realizando ahora, queriendo llevar a otros el conocimiento de lo que pasó allá “adentro”, de cómo vivíamos nosotros allá “adentro”, de cómo a pesar de la situación había momentos de regocijo y de bienestar que nosotros generábamos.

ER.-¿Las letras que Uds. cantan son de su propia autoría?

El octeto, Tema 20 de febreroVER VIDEO

OG.-Nosotros cantamos en el penal lo que se podía. Para ese acto pidieron una lista de lo que íbamos a cantar -para censurar- y aparentemente estaba todo bien. Decía antes que nos habían disuelto, y es que habíamos cantado 2 canciones escritas por compañeros que estaban presos con nosotros. Llegó a oídos de ellos eso y -si bien las conocían porque las habían sentido cantar, nunca le habían prestado atención- esas 2 canciones generaron que a él lo llevaron para otro lado, nos quedamos sin director y se disolvió el grupo. Pero también cantábamos canciones que en aquella época eran conocidas de todos los que estaban detenidos allí, de todos nosotros, que representaban distintas cosas para nosotros. En cada uno despertaban recuerdos y sentimientos de situaciones que habían pasado o que estaban pasando y generaban un bienestar que, más allá de que fueran canciones conocidas o no, eran alcanzadas por otro grupo de compañeros y podíamos compartirlas y disfrutarlas nosotros mismos. Para nosotros, como decía Julio, fue un disfrute total poder hacer esas cosas y aun en los momentos más dolorosos o más tristes de la situación de presos teníamos ese rinconcito a donde ir a buscar fuerzas y compartir con otros lo que estábamos pasando. Hoy en día nosotros hacemos los arreglos y algunas de las canciones que cantamos son nuestras.

ER.-¿Hay algún hito en la historia del Octeto, alguna actuación que haya sido extremadamente importante para Uds.?

JH.- Hay un montón. ¡Cuando cantamos con León Gieco! Hace unos días atrás hicimos 3 actuaciones con León Gieco, que para nosotros fue una cosa impresionante poder cantar con él. Nosotros cantamos algunas de sus canciones. Es un autor importantísimo, además comprometido con la causa de los derechos humanos y somos admiradores de la música y el arte de él, del trabajo que hace. Y se nos dio esa oportunidad de cantar con él. Pero si uno se pone a pensar cada una de las actuaciones es un hito, porque cada una tiene sus componentes, uno se encuentra con compañeros nunca más vio, luchadores de años. La actuación en el MUME, que la gente escuchaba y recordaba haberla escuchado en el Penal. En el paraninfo de la Universidad. Nunca me había puesto a pensar, pero ahora que lo pienso, todas las actuaciones tienen algún componente que nos mueve.

OG.- Estuvimos en la sala Zitarrosa varias veces, con actuaciones nuestras o acompañando a otros grupos. Con los Diablos Verdes estuvimos en la actuación anterior invitados por ellos y para nosotros fue un halago. Estuvimos en el paraninfo de la Universidad en 3 ó 4 oportunidades: cuando la entrega del título Honoris Causa a Luisa Cuesta; cuando la conmemoración de los 40 años del golpe también.

El Octeto en el escenario pone profesionalidad, ilusión, fuerza, ganas, entusiasmo, creando una complicidad con el público.

2 comentarios en «El Octeto»

  • lindo articulo.muy completo y tresmite lo que es el espiritu de este grupo humano.gracias.

  • ¡Qué linda la nota periodística: CLARA, CORTITA Y AL PIE!, de esos artículos ”que nos hace mucho bien leer, escuchar y ver. …y, ¡qué lindo que se hayan vuelto a unir!. Muchachos de El Octeto: -parafraseando a Daniel V.-: ‘HOMBRECITOS NUEVOS’: USTEDES YA NO PODRÁN SER DISUELTOS NUNCA MÁS. Felicitaciones y ¡A SEGUIR!. Muchas gracias por haber estado y seguir estando.
    Gracias también a la dirección del semanario; así como también nuestro reconocimiento a los reporteros.

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