Comer sano
Algunos siguen para adelante con el bacalao, cero asado y con la torta pascual pero según cuentan pasaron más de dos mil años y todavía discuten la fecha, claro que para determinarla hay que utilizar la terminología y fechas judaicas. Algunos, la mayoría, siguen igual para adelante, sin hacerse problemas.
Escriben libros sobre el santo grial y la última cena e inclusive lo han paseado por Piriápolis y también por la casa del Águila, en la entonces Atlántida, hoy Villa Argentina.
También adoptaron muchos la costumbre de no tomar del mismo vaso porque se transmiten los secretos, claro trayendo a colación, que cuando Jesús brindó con el santo grial con los doce apóstoles, dijo que uno de ellos lo traicionaría y ahí le cayó el fardo a Judas Iscariote.
De ahí a la imaginación criolla, no se debe tomar de la mismaq copa porque se conocen los secretos del otro.
El imaginario nuestro vuela, pero lo que a pesar del tiempo transcurrido se sigue discutiendo el momento en que se celebró la última cena.
El problema de la datación de la Última Cena de Jesús se basa en las divergencias sobre este punto entre los Evangelios sinópticos, por un lado, y el Evangelio de Juan, por otro.
Marcos, al que Mateo y Lucas siguen en lo esencial, da una datación precisa al respecto. «El primer día de los ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:
“¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?”… Y al atardecer, llega él con los Doce» (Mc 14,12.17). La tarde del primer día de los ácimos, en la que se inmolaban en el templo los corderos pascuales, es la víspera de Pascua. Según la cronología de los Sinópticos es un jueves.