17 diciembre 2024
INSÓLITOS

El miedo

Por Niquita Nipone
Imaginaos por un segundo que hubieseis presenciado y sobrevivido a lo ocurrido en las torres gemelas de Nueva York. Ya da miedo solo de pensarlo.

miedo-233-1_435x326Escucháis una explosión: ¿qué hago Dios mío?
Tu sistema límbico reacciona, te quedas bloqueado, tus músculos se tensan, tus pupilas se dilatan, la adrenalina corre por tu sistema circulatorio, tu corazón se acelera, huir o pelear (flightorfight),… estas son algunas de las respuestas fisiológicas que produce el miedo.
Pero, ¿qué es el miedo? ¿Para qué sirve? ¿Por qué no eliminarlo?
El miedo es una emoción necesaria para la supervivencia.
Es una respuesta innata a situaciones que amenazan nuestra vida, un mecanismo de defensa que produce una respuesta fisiológica del organismo cuya función primordial es mantenernos alerta, y en definitiva, con vida.
El miedo nos ha ayudado durante nuestra evolución. Sin el miedo la raza humana y demás seres vivos no hubiesen sobrevivido y posiblemente se hubiesen extinguido hace tiempo.

Algunos dirán que eso es una locura.
Pues no, es la realidad.
Imaginaos por un momento que no tuvieseis miedo de nada, de nadie.
¿Cuáles serían las consecuencias? ¿Qué pasaría entonces si estuvieses frente a un tigre hambriento? ¿O fueses un soldado en una guerra? ¿O que el banco viniese a desahuciarte? ¿O que alguien intentase violarte, pegarte? Si no tuvieses miedo, tu cuerpo básicamente no se pondría alerta y lo más seguro es que lo peor pasaría casi, sino siempre.
El cerebro es muy complejo y muy plástico, y una vez se genera la memoria del miedo, esta de alguna manera puede superarse de forma natural.
Es lo que nos ocurre normalmente en situaciones normales de miedo a casi todos: el típico susto, miedo a suspender un examen, a perder el trabajo. Tienes miedo por un tiempo, más o menos el necesario, y luego ya no. Sin embargo, en casos de situaciones traumáticas (las cuales han aumentado dramáticamente en nuestro país debido a la crisis) esto produce cambios en ciertos circuitos cerebrales (por ejemplo el hipocampo, la amígdala y el córtex cerebral) y hace que este miedo se manifieste incluso en situaciones en las que no debería hacerlo.
Hasta aquí hemos hablado del miedo en forma genérica, pero un policía ya sea hombre o mujer, un político sea del partido que fuera, un juez, están en una tensión permanente.

No por temor jerárquico.
El policía tiene tanto miedo como el delincuente que viene con el arma.
Al comerciante le pasa lo mismo, entra el ladrón armado y la cosa se vuelve a ver quién tira primero.
Pero hay una cosa que tenemos que tener presente el ladrón que entró en una casa a robar, sea de día o de noche, lo hace con miedo, porque no sabe que es lo que pasará y estamos frecuentemente a mi me pasó con un robo que me cometieron en que el apartamento tenía dos entradas y yo no sabía que el delincuente estaba adentro, pero el delincuente sí, sin perjuicio que no sabía si yo estaba armado o no.
La puerta de servicio la habían arrancado de cuajo y no la vi, recorrí todo el apartamento, todas las luces prendidas, yo sin miedo, porque no sabía en que baile estaba metido.

Cuando llego a la cocina, lugar de salida por donde había ingresado el delincuente violentando la puerta, estaba todo el piso orinado, si señor, el delincuente, con su nerviosismo se orinó.
Cuando se encuentran heces en una casa robada, no lo hicieron por hacer un daño más, sino por el miedo que lleva el ladrón lo hace deponer.
Estos días estuvo movida la cosa.
Un juez de lo penal procesó sin prisión a un funcionario infiel que había cometido infinidad de hurtos, coimas y demás.
Pienso que no lo procesó con prisión aunque debería haberlo hecho por una razón elemental, el juez tiene familia, vive al alcance de la mano de los delincuentes.
Los sindicatos en la puerta de la sede penal haciendo una demostración de fuerza.
El juez tiene razón en tener miedo, porque cualquier desaforado puede tomarla contra la familia o contra el mismo, con la máxima impunidad porque no lo hará el que estaba haciendo la manifestación en la puerta del juzgado.
No critico al Juez porque es un ser humano, el Juez no le teme a la máxima autoridad del poder judicial, pero un juez con miedo no puede ser juez, por lo menos en lo penal.
No estoy hablando contra la administración de justicia sino simplemente estoy haciendo referencia a un ser humano, hombre, enfrentado a una nebulosa que no se sabe porque lado podrá atacar.

No necesita ser amenazado, el lo sabe perfectamente que está en la mira.
La semana estuvo movida, el diputado Michelini, llegaba a su casa o iba a buscar algo al automóvil y fue balaceado por cuatro individuos veinteañeros y herido en una pierna.
No me corre por la cabeza que lo de Michelini sea un ajuste de cuentas, si tal vez, los atacantes precisaban su vehículo para cometer un delito mayor o en su caso secuestrar a la familia del diputado en su propio automóvil o llevársele lo que les sirviera.
Eso fue en el famoso barrio de La Mondiola, Pocitos norte, y fue atendido en el Hospital Británico.
Si hubiera sido en el Borro o 40 semanas, hubiera sido un ajuste de cuentas de acuerdo a la nueva terminología policial y la víctima si sobrevivía hubiera sido trasladada a la policlínica del Cerro, al Maciel o al Pasteur, si llegaba vivo.
El diputado Michelini, sin comerla ni beberla resultó herido en una pierna, herida que no fue grave por casualidad, porque si le seccionan la femoral hubiera corrido otros peligros y la asistencia en el Hospital Británico es un poco menos especializada en este tipo de agresiones, pero demuestra una cosa muy clara, que la clasificación de víctimas que hizo el Ministro o el Sr. Vázquez no es ni aproximadamente cercana a la realidad que estamos viviendo en esta violenta sociedad, que hace no mucho nos cuidaba el guardiacivil de la esquina.

En la asistencia no somos todos tan iguales y no la tenemos clara en cuanto a si los que balearon a mansalva al Diputado Michelini no eran menores de edad, porque en lo que me es personal no soy especialista en nada de lo que escribo en este momento, pero si veo que se nos está escapando la moto a toda máquina.
Un imputado de delitos continuados con alarma pública no es procesado con prisión, a pesar del dictamen del fiscal, a un diputado lo balean para robarle el automóvil.
Cuando yo iba a Facultad algunas noches antes de la dictadura no sabíamos si íbamos a salir vivos, con las batallas campales que se producían en 18 y T. Narvaja.
Cuando me iba caminando hacia mi casa alguna noche sentí más de una docena de explosiones de bombas.
Cuando la dictadura en facultad nos miraban a todos como si fuéramos delincuentes y había profesores que iban armado a clase.

Yo tenía un autito que tenía un agujero en el piso, que cuando pasaba por arriba de un pozo con agua se convertía en un bidet, al tal efecto puso sobre el agujero del piso del auto una matrícula vieja que estaba tirada.
Llego una noche y doy la vuelta en redondo en la puerta de mi casa para dejar el mío frente a frente con la camioneta de mi hermano para que si alguien los pensaba robar se les complicara un poco la vida.
La chapa una vez cumplida su función había quedado en el furgón de la camioneta.
Veo que había un patrullero o una chanchita, comunicando a viva voz los datos del vehículo de mi hermano.
Me arrimo para preguntarles que pasaba, y me dijeron que las chapas blah… blah…
Me dejaron entrar a mi casa, pero como en esa época nadie dormía tranquilo desperté a mi hermano y le dije lo que había pasado.
A los pocos minutos tocan timbre en mi casa, salgo y me encuentro con los uniformados hablando del mismo tema de la matrícula y cual se aclaró porque no me vieron cara de malandra ni a mí ni a mi hermano.
Lo que me gustó muy poquito fue cuando terminé la conversación con uno de los policías, sentir el ruido metálico del cerrojo de la metralleta o algo parecido que cerraba en ese momento.

Cualquier además mío hubiera significado una ráfaga de ametralladora o lo que fuere en mis costillas.
Vivimos antes en el miedo, vivimos actualmente en el miedo, la policía actúa con miedo, los delincuentes actúan con miedo y los vuelve mucho más peligrosos, los comerciantes están con miedo, los ciudadanos estamos todos con miedo.

Y para acá porque esto da para muchísimo más.

Un comentario en «El miedo»

  • Que asco, todavia les tenes que decir pobrecitos X que te afanan y defecan y orinan del miedo? lo ladrones deberian ir con su bolsita y recoger el popo….jajajajjaja….no es gracioso xq lo primero es que no deberia nadie salir a robar…
    le ponemos humor de viernes….
    Saludos

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