Pagando con dinero ajeno
Por Lorenzo Olivera
Hay mucha gente muy generosa con el dinero ajeno. Un país estable tiene que perder su estabilidad para darle amparo a seres que vienen de otros lares donde se viven guerras, hambrunas, por falta de gobernabilidad, por falta de educación y otras yerbas tal vez peores.
Por qué ciertas organizaciones internacionales no dejan la cómoda norma de transgredir los ordenamientos jurídicos de otros países y ponen sus baterías en regularizar lo que está mal y no formar regular o mal lo que está bien.
Hay un programa de TV española que lo han comprado los que ostentan el uso de los canales por aire uruguayos que viene a ser una especie de preguntas y respuestas con un muy buen casting previo de participantes, un graciosísimo y dúctil conductor y por el cual el que pierde cae por una trampa en el piso.
Con ese gracejo del excelente conductor les pregunta nombre y de dónde son los participantes.
Me pasó que las pocas veces que lo he visto en que en total hubo cuatro o cinco participantes argentinos y el locutor les dice inmediatamente “boludo”, lo cual demuestra a las claras que en España hay una importantísima población de origen argentino y que los modismos han sido captados por los habitantes del país anfitrión.
Esto ante el problema que veremos in fine me hace pensar que la riquísima Argentina ha perdido lo mejor de la sangre joven, útil, laboriosa, en España, entre un montón de países más y España ha perdido lugares de trabajo españoles en la persona de inmigrantes argentino y por qué no decirlo, hispano parlantes de América y del mundo, mientras España en la UE integra, hoy por hoy, el grupo PIIGS o sea Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España (Spain), un grupo considerado o mal considerado y quien sabe hasta cuándo, e inclusive la sigla en inglés es despectiva porque significa cerdos.
Europa carga con su propio lastre Piigs, pero de carambola España, Italia y Grecia tienen el ingreso a las buenas o por las malas de los subsaharianos, entre otros inmigrantes.
Vemos jugadores de fútbol italiano y francés de la etnia negra (pensé como un tonto, ah… de las ex colonias y me equivoqué feo) inclusive en Italia vimos en el Campeonato Mundial de Fútbol de Brasil un italiano, negro y judío por adopción.
Aparte de recibir el tema del islamismo, en forma no siempre silenciosa, que está bastante pesado en Europa después de lo de Je suis Chalie.
Le reprocharon a España, Italia y Grecia gastar en un muro para que no ingresen los ilegales, mucho más que lo que les costaría mantenerlos.
Este planteamiento de Amnistía Internacional es un mero paralogismo de falsa oposición, como lo enseñaba nuestro gran don Carlos Vaz Ferreira, nunca valorado tanto como se lo merecía.
Por qué ese dinero que pretenden que se invierta en los inmigrantes clandestinos no se invierte en el mejoramiento de los países proveedores gratuitos de carne humana.
Es muy claro, cranean tomando unos whiskys y fumando sus pipas en un ambiente alfombrado, calefaccionado o con aire acondicionado, lugares que no son más que un velo para tapar la realidad y que los negros africanos signa matándose o sigan siendo esclavos de la XX Corp.
Cómo España país pobre por naturaleza, con mucha piedra y desierto podrá mantener a habitantes de países millonarios en bienes y servicios que son vaciados sistemáticamente por malos americanos, con monstruosas cuentas en paraísos fiscales que pontifican como si fueran los dioses del universo.
Uruguay que tiene abundante comida se da el lujo de quedar ben con la claque de trasplantar con las raíces para arriba a unos pobres sirios que no conocen el idioma, que no conocen las costumbres y no tienen ni sombra de saber un oficio y les dan un subsidio de U$S 2.200 ($ 70.000.-) mensuales que no lo gana un uruguayo aunque trabaje ilegalente 12 o más horas por día.
Don Carlos Vaz Ferreira, Ud. que era Socialista y amigo de don Emilio Frugoni, tendría que explicarle a estos socialistas de la nouvelle vague que cuando se termine la plata dulce, el dinero del viento de cola, los sirios de siria, no van a repatriar a los sirios de Uruguay, ni a los uruguayos de a pie los va a repatriar nadie, a los sirios tal vez los sirios del Chuy.
Los sirios de ahora no son los buhoneros que hicieron la patria vendiendo “beines y beinetas” porque esos turcos eran judíos sefaraditas en su mayoría.
Ahora vamos a la realidad real europea.
Amnistía Internacional critica que el gobierno español que no estudie más peticiones de asilo y afirma que no colabora en la investigación sobre la muerte de 15 inmigrantes en El Tarajal
Amnistía Internacional ha denunciado que el Gobierno español no está investigando las denuncias de uso excesivo de la fuerza contra inmigrantes por parte de los agentes en las fronteras, ni ayudando en el proceso judicial por la muerte de 15 personas en la playa de El Tarajal.
En el informe anual de la organización, Amnistía reclama una rectificación de la política del Gobierno español en materia de asilo y recuerda que en 2014 sólo se otorgó protección internacional a 27 de los 4 millones de sirios que han salido de su país, mientras que otros 1.500 “están retenidos en Ceuta y Melilla de forma ilegal” en los centros de estancia temporal de extranjeros (CETI).
“Amnistía Internacional sigue denunciando el uso excesivo e innecesario de la fuerza en la frontera por parte de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley a refugiados, migrantes y solicitantes de asilo, que en ocasiones han sido devueltos de manera ilegal”, indica el informe.
Además, lamenta que el Gobierno esté intentando legalizar con la reforma de la ley de Seguridad Ciudadana “las denominadas devoluciones en caliente, prohibidas por el derecho internacional”.
En este sentido, el director de Amnistía Internacional España, Esteban Beltrán, ha asegurado que “el estado no ha cumplido con su obligación” de investigar la muerte de los 15 inmigrantes ahogados en febrero de 2014 al intentar alcanzar las costas ceutíes y “ya dictó una sentencia previa” sobre la inocencia de los agentes que trataban de impedir su entrada.
También ha recordado que hay una causa abierta en Melilla “por devoluciones en caliente de inmigrantes”.
A su juicio, estas prácticas incumplen la ley de Extranjería, que obliga “a escuchar al inmigrante, asistido por un abogado, antes de acordar su expulsión”.
“Espero que las investigaciones lleguen a buen término, pero el Gobierno español no está ayudando en nada a esas investigaciones”, ha señalado el responsable de la organización.
Un año complicado
Amnistía define 2014 como “un año especialmente negro para los derechos humanos, que se han puesto en riesgo por las políticas públicas y por reformas como la del Código Penal y la Ley de Seguridad Ciudadana”, ha opinado Beltrán durante la presentación del informe.
“La mayoría de las personas que intentan entrar por Ceuta y Melilla merecen al menos que se considere si son refugiados, que” ha insistido.
El informe alerta del peligro de que los Gobiernos, como el español, estén cambiado la política antiterrorista, vulnerando muchos derechos, como la prohibición de viajar fuera de España.
“Se ha profundizado en una política antiterrorista tan ambigua que cualquier persona puede caber en un delito de terrorismo”, según Esteban Beltrán.
Para Amnistía Internacional la reforma del Código Penal del Gobierno ataca la libertad de expresión, de información y de reunión “al ampliar delitos, tanto de terrorismo, como de desórdenes públicos, de manera tan amplia y vaga que resultan incompatibles con las normas de derecho internacional”.
“También ha sido un mal año para los que han sufrido las más de 65.000 ejecuciones hipotecarias o para los 873.000 inmigrantes irregulares que se han quedado sin tarjeta sanitaria”, ha explicado.
Para Amnistía, la crisis económica “ha profundizado la crisis de los derechos humanos”.
Como elementos positivos, la organización destaca el impulso de España al Tratado Internacional de Comercio de Armas y la iniciativa de documentar, por primera vez, los crímenes de odio, aunque reclama un protocolo para investigarlos.
Amnistía Internacional, comúnmente conocida como Amnistía o AI (en el original inglés Amnesty International), es un movimiento global presente en más de 150 países y que trabaja para que los derechos humanos, reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada en 1948 y en otros tratados internacionales como los Pactos Internacionales de Derechos Humanos, sean reconocidos y respetados.
Amnistía cuenta con más de 3 millones de miembros y simpatizantes en todo el mundo.
El objetivo de la organización es «realizar labores de investigación y emprender acciones para impedir y poner fin a los abusos graves contra los derechos civiles, políticos, sociales, culturales y económicos» y pedir justicia para aquellos cuyos derechos han sido violados.
En el campo de las organizaciones internacionales de derechos humanos, Amnistía es una de las que tiene un historial más largo, la que tiene el mayor reconocimiento, y «según muchos es la que establece la referencia en esta área en general».
Proteger a migrantes y refugiados
Amnistía Internacional tiene entre sus objetivos la defensa a las personas migrantes, solicitantes de asilo, refugiadas, desplazadas o víctimas de trata, aumentando su protección legal y física, garantizando que no se les niega su derecho a la educación, a la salud o a la vivienda.
Amnistía Internacional considera a estas personas población vulnerable.
Amnistía Internacional ha realizado una serie de investigaciones sobre la temática de refugiados y migración y ha dedicado a este tema acciones y campañas prioritarias.
Los datos hablan por si solos y reflejan la magnitud de la situación de las personas migrantes, refugiadas o demandantes de asilo en el mundo:
Existen más de 200 millones de migrantes.
Son 15 millones las personas refugiadas y solicitantes de asilo.
En 2013: 800.000 personas se vieron obligadas a huir cruzando fronteras, más que en ningún otro momento desde 2.000 (ACNUR).
En la UE viven entre 1,9 y 3,8 millones de inmigrantes irregulares.
Desde el año 2000: 23.000 personas han perdido la vida tratando de llegar a tierras europeas.
De éstas, desde 2011, 1.800 han desaparecido en aguas del Mediterráneo (= 150 al mes = 5 al día).
Y esta cifra no para de crecer día a día.
Estas personas son, en su mayoría, africanos en cuyos países hay situaciones económicas difíciles (inestabilidad política) o existen campamentos de refugiados con alto índice de población.
La situación de la población en Oriente Próximo y algunos países de África subsahariana, como Eritrea, entre otros, es tal que los que deciden migrar no lo hacen por motivos económicos, sino por buscar refugio ante la situación de inestabilidad política o guerras en sus lugares de origen.
Según Amnistía Internacional, estos últimos deberían estar amparadas por la Convención de Ginebra.
En el último estudio publicado de Amnistía Internacional, titulado El Coste humano de la fortaleza Europa, ponía de manifiesto que, en 2013, el 48% de todas las entradas irregulares y el 63% de todas las llegadas irregulares por mar a Europa eran de personas procedentes de Siria, Eritrea, Afganistán y Somalia, países asolados por conflictos.
Ante esta situación, Amnistía Internacional denuncia el esfuerzo de los países de la Unión Europea por cerrarles fronteras, puesto que se han gastado dos mil millones de euros en proteger sus fronteras externas desde 2007 – 2013, frente a los 700 millones destinados a mejorar la situación de personas refugiadas y solicitantes de asilo.
Así, Grecia ha construido una valla de 10, 5 km. a lo largo de su frontera terrestre de 203 km. con Turquía y ha desplegado a casi 2.000 guardias costeros desde el verano de 2012.
España ha invertido 300 millones de euros en proteger sus fronteras, frente a los nueve millones destinados a proteger a las personas.
Ante las dificultades impuestas por los países europeos, los migrantes se ven obligados a intentar rutas cada vez más peligrosas por el mar Egeo y Mediterráneo, viéndose atrapados en países como Libia, Marruecos, Ucrania y Turquía.
En algunos de estos países viven en la indigencia, carecen de los derechos sociales y económicos y sufren torturas o violencia.
Amnistía Internacional se ha centrado y se centrara entre 2012 – 2015 en mejorar la situación de las personas migrantes, refugiadas de asilo en las regiones siguientes:
En África, se orienta en la situación de los campos de refugiados somalíes existentes en Kenia y que casi es imposible su retorno al país de origen.
Oriente Medio y Norte de África (Libia, Siria, Iraq y palestinos), porque a la salida de sirios y libios se une el desplazamiento de larga duración de millones de palestinos e iraquíes, en una región donde la protección de los refugiados suele ser inadecuada.
Asía y el Golfo (Hong Kong, Malasia, Corea del Sur Qatar, Kuwait, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos), donde decenas de millones de trabajadores de países asiáticos (India, Indonesia, Nepal, Pakistán y Filipinas) migran y viven en situación de explotación al ser la protección laboral en estos países escasa.
México y Estados Unidos, lugar de paso y origen y destino de un viaje en el que miles de latinoamericanos sufren abusos de funcionarios de los servicios de migración, agentes de policía, militares y mafias.
Europa, en cuyos países se aplican medidas de control de la inmigración que dejan a estas personas expuestas a sufrir abusos contra sus derechos.
Para ello, Amnistía se esforzará en facilitar a los migrantes el acceso a información sobre sus derechos, conseguir que los trabajadores migrantes estén protegidos contra la explotación de los agentes no estatales, ajustar las leyes, políticas y prácticas sobre inmigración a las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos, abordando las prácticas abusivas de detención, proteger a las personas refugiadas y solicitantes de asilo contra la devolución a países donde estén expuestas a sufrir graves violaciones de los derechos humanos, buscar soluciones duraderas para las personas refugiadas que no puedan regresar a su país, captar apoyos entre responsables clave de la toma de decisiones en gobiernos, organismos regionales y organizaciones internacionales e influir en ellos para que aprueben políticas que protejan a las personas refugiadas y migrantes y colaborar con organizaciones locales para crear redes de apoyo a las personas refugiadas y migrantes.