Good Kill

Con la era de los videos games, los chicos combaten a hábiles enemigos, donde se sabe que los que sangran y mueren, son los pixeles del monitor.

Sin importar el resultado, probablemente los chicos tomen un refrigerio y prueben algunos bocados entre batalla y batalla. Pero, ¿Qué pasaría si cuando disparas, desde el joysick salen balas y misiles de verdad?.

La película muestra con crudeza, algunas de las realidades en armamento bélico, que ciertos países podrían estar utilizando hoy, para quitarles la moral a sus enemigos y exterminarlos.

Y el director neozelandés Andrew Niccol, a pesar de su corta carrera con 6 películas, luce como todo un experto en este tema, pues a través del la historia, con un tinte de thriller bélico y suspenso, muestran que organización podría o puede estar utilizando estas armas de destrucción a distancia, de qué forma podrían estar utilizándose y bajo qué normas.

Lo que deja la historia del film Good Kill, es que si existiera un conflicto, y uno de los bandos, no pone en juego vidas humanas para destruir al otro bando, y lo único que tiene que dar cuenta es de un presupuesto económico, la vida valdría muy poco.

Gran parte de la carrera actoral de Bruce Greenwood, se las ha pasado interpretando a militares, esta vez encarna a un comandante, que tiene como subordinado a Tommy Egan (Ethan Hawke), que es un oficial de la Fuerza Aérea encargado de dirigir los ataques con aviones no tripulados.

En un principio, la nave es utilizada por las fuerzas armadas con misiones de apoyo en campo de batalla o acciones antiterroristas. Has que, el comando cambia de dueños, y las órdenes ahora son diferentes.

Las misiones son ultra secretas, con objetivos de exterminios más amplios, y más oscuros. Y los soldados que están frente al monitor, sufrirán un gran conflicto entre lo que indica su deber en cuanto a cumplir órdenes, y lo que le indica la moral.