¿Qué quiere que le diga?
Es evidente que cuando el filósofo Juvenal proclamó aquello de “mens sana in corpore sano”, se refirió a algo más que al fútbol y al puzzle, partiendo de la base de que esos juegos fueron posteriores al romano.
Sin embargo, crédulos se hacen a la idea que cumplen con el viejo precepto latino, intentando por las mañanas tocar el suelo con la punta de los dedos sin doblar las rodillas, cosa que cuando era flaco no podía porque no llegaba, ni nunca llegué sin hacer trampa con los profesores de gimnasia en la escuela (el mío era un capitán del ejército que a veces venía con el uniforme verde) y tampoco puedo ahora con la buzarda que el sedentarismo me dotó y además me fatiga, no por el esfuerzo sino porque la barriga me aprieta los fuelles y me consuelo tomando un libro cualquiera del estante de mi biblioteca para ponerme bostezarlo por dentro.
Así que uno vive sin darse cuenta de que la imaginación es el principal recurso necesario para enderezar la ruta de la vida, para lograr nuestra libertad y quedar bien con nuestro destino.
Charles Darwin los llamaba con cierta jocosa coquetería— “experimentos para bobos”, a aquellos con los que él mismo se entretenía.
Pensaba y decía el sabio que el hombre ante cualquier cosa, ya sea un chaleco, un termómetro, un anillo, un container de basura, la cajuela del auto, una mochila, el hombre debía siempre preguntarse: “Esto tiene que ser necesaria mente así ?”
Es el punto de partida hacia la revalorización de todo lo que por abulia o por miedo al ridículo suele aceptarse tal cual está, sin plantear nada.
Hace muchos años un escritor aburrido de tanto tener que mojar la pluma en el tintero, se hizo aquella pregunta, “Esto ¿debe ser, necesariamente, así?” y pudo inventar la lapicera fuente, bueno ahora para la juventud no tan joven, el floating ball.
Un corrector de pruebas de galera, aburrido de que se les borronearan con la tinta, inventó una tinta en pasta, y el señor Byro, un señor de origen judío argentino, inventó la llamada Birome, nombre de marca que se vendió a la Parker en Montevideo por ciento cuarenta mil pesos de aquel entonces y de ahí a acá, las de marca eran biromes y las otras similares eran bolígrafos.
En trance más dramático se hizo la pregunta un tambero allá por los tiempos de tata con mama al comprobar la cantidad de leche que se tiraba porque se cortaba por falta de conservación.
Fue cuando alguien se preguntó, entonces “Esto tiene que ser necesariamente, así?”.
Y trepando por la misma pregunta se inventó la leche condensada y la leche en polvo.
Esa gimnasia de la imaginación —esa especie de Bowling mental en el que el impacto de un noble atrevimiento tira, al diablo, los palos agrupados de las viejas ideas— debe constitutir, sin duda, el verdadero cumplimiento de la exigencia que alienta en el “mens sana in corpore sano” del finado Juvenal.
Una idea nueva no deja de ser una locura hasta que se transforma en un invento formidable y el loco deja de ser loco y pasa a ser un sabio inventor.
Por esa pregunta se inventaron infinidad de cosas como por ejemplo, un piloto desconocido llamado Charles Lindbergh en 1927, cruzó el Atlántico Norte, en el Sprit of Saint Louis y fue llamado “el águila solitaria”, donde casi pierde la vida, no lo hizo de puro héroe sino porque había un premio que nadie encaraba de USD 25.000.- para quien lo hiciera.
El casi se mató, pero llegó, por plantearse el bendito dilema “Esto tiene que ser necesariamente, así?” más los tentadores dólares y la fama que le dio al piloto, que le costó trágicamente la muerte de su hija por un miserable secuestrador, son golpes que a veces trae la fama.
Pero atrás de la proeza de Lindbergh arrancaron la TWA, la PAN AM, y muchas otras que sobrevolaron el globo terrestre como si fuera una pelota con nubes, claro que hasta el 2012 lo hizo durante 70 años sin un siniestro nuestra querida Pluna.
Antes de la segunda Guerra Mundial los alemanes y los italianos probaron sus armas en 1936 en lo que fue dado en llamarse la Guerra Civil Española, donde dicen que murieron un millón de hermanos, matándose entre sí, por un petizo fascista el Paco Franco, contra la República Española.
Nosotros en nuestra juventud en las vinerías y 30 años después cantábamos las canciones de la revolución y la que nos hacía latir el corazón era esta que transcribo a continuación.
El Ejército del Ebro
¡Rumba la rumba la rum bam bam!
Una noche el río pasó,
¡Ay, Carmela, ay, Carmela!
Y a las tropas invasoras
¡Rumba la rumba la rum bam bam!
Buena paliza les dio,
¡Ay, Carmela, ay, Carmela!
El furor de los traidores
¡Rumba la rumba la rum bam bam!
Lo descarga su aviación,
¡Ay, Carmela, ay, Carmela!
Pero nada pueden bombas
¡Rumba la rumba la rum bam bam!
Donde sobra corazón,
¡Ay, Carmela, ay, Carmela!
Contrataques muy rabiosos
¡Rumba la rumba la rum bam bam!
Deberemos combatir,
¡Ay, Carmela, ay, Carmela!
Pero igual que combatimos
¡Rumba la rumba la rum bam bam!
Prometemos combatir,
¡Ay, Carmela, ay, Carmela!
Muchos compatriotas y latinoamericanos e inclusive yankys fueron a pelear por la república española, entre ellos Ernest Hemingway, hay una lista de muertos y sobrevidientes uruguayos de la guerra civil que puede ser injusta por las omisiones.
Muertos en España:
José Facal
Ramón López Silveira (periodista del semanario Marcha, murió en un campo de internamiento en Francia)
Antonio Pereira (natural de Tacuarembó)
Rómulo Sánchez
Felipe Torres
Pedro Trufó (profesor)
Luis Tomás Tuya (oriundo de Mercedes, aviador que murió en el frente de Aragón).
Sobrevivientes a la Guerra:
Aguilera (dirigente sindical)
Carlos Álvarez
Arturo (obrero de la construcción)
Regino Báez Quintana (nacido en Carmelo)
Enrique Baudevin Burquin
Virgilio Bottero (médico)
Alberto Cabot Lagos
Roberto Cotelo
Carlos del Valle (oriundo de Sarandí del Yi)
Alberto Etchepare (corresponsal del diario El País)
Salomón Goldstein
Juan B. Gomensoro (médico)
Francisco Haro Guevara
José Lazarraga
Juan José López Silveira (combatiente con Francisco Galán y el pintor mejicano David. A. Siqueiros, en varios frentes)
Salvador Loy
Juan Llorca
José Martorell Tange
Rabino Mateo Mestre (oriundo de Colón)
Edgardo Mutti
Pastor Ontiveros Rodríguez
José Palanco Verdugo
Lorenzo Palermo Martínez (oriundo de Minas)
Francisco Pastor Esquiroz
Víctor Antonio Rizzo
Manuel Souto Sastre
Martín Alberti Taberna
Ramón Tajes (estanciero salteño)
Ángel Tzareff
Walter Valls Castro.
Otros:
Benjamín Álvarez Pena
Hugo Fernández Artucio (padre de Hugo Fernández Faingold)
José Herrera Pérez
Miguel Liris Ramírez
Según las estimaciones de Gerold G. Baumann, se considera que hubo entre 54 y 70 voluntarios uruguayos que participaron en la Guerra Civil a favor de la República, (otros hablan de una treintena).
Hubo una cantidad importante, más de 25, que fueron internados en un campo de concentración alemán en Francia hasta que terminó la guerra.
Y a pesar de que muchos han muerto todavía hay broncas de quienes por distintas circunstancias tuvieron que estar con la falange.
Y en aquellos tiempos hubo un catalán comunista de origen judío (tal vez marrano como se les llama a los conversos, que por la cantidad de nombres pudiera serlo), en la Wikipedia lo tildan de origen judío por parte de madre, lo cual no cambia para nada la cosa.
Hay algo que me llamó siempre la atención que siendo comunista hasta los tuétanos y de yapa judío, en la Francia de Vichi, no haya estado ni siquiera un rato preso y ahí los nazis cortaban el estofado grueso.
El nombre de Pablo Picasso, era Pablo Diego Francisco de Paula de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso, fue un artista muy reconocido mundialmente y que amasó una buena fortuna.
Una de sus obras más reconocidas es esta que pegaré a continuación con una persona como referencia para que se note el tamaño del cuadro.
El otro día a guisa de almuerzo me estaba fagocitando unos frankfurters, curioso no?, frankfurter quiere decir oriundo de Frankfurt, las hamburguesas, quiere decir oriundas de Hamburgo, también Alemania, vamos a bautizar el chivito ya!!!..
Aunque a los frankfurters le llamamos nosotros y los que no saben les dicen Panchos, no por ningún Francisco en especial, sino por el vesre sanforizado, de Choripan, panchori, Pancho.
Y en la cervecería muy remozada, puesta cucu, veo en una pared nichos con imágenes de partes del famoso Guernica.
Cuando viene el mozo a cobrar, por hablar algo le digo, como quien no quiere la cosa, “¡¡¡en qué quedó el Guernica!!! en adorno de una pared de una cervecería” a lo cual el buen hombre me dice rápidamente, “No pero mire que no es, son copias” y la dejé ahí por esa plata, y realmente eran muy buenas reproducciones.
No quise aclarar nada porque si comentaba algo era para embarrarla totalmente y el mozo caballerosamente me sacó de mi “ignorancia” de que no eran los “originales” “cortados en pedazos”.
La actitud del mozo habla bien de nuestro pueblo, el mozo servicial sabía bien lo que era el Guernica y me sacó de un eventual gafe de mi persona, con ese caballo con los dientes para afuera y los ojos para cualquier lado o esa cabeza de toro con los ojos de cotelete.
El mozo un caballero, cosa que habla bien de la cultura de cierta parte de nuestro pueblo, sin jactancia ayudando al que no sabe, ojalá todos los mozos de mi tierra supieran distinguir un Blanes de un Picasso o un Dalí de un Hernández, así sean fotos de cuarta categoría.
Me gusta ser oriental, y mi gente, que todo sea para bien…