Rescate suicida

Fue la película más taquillera del 2016 en Rusia.

El film cuenta la catástrofe de un avión de pasajeros que tiene que aterrizar en una de las pistas más temidas del mundo. La película que tiene puntos altos de tensión, también cuenta con muy buena fotografías y recursos técnicos.

Con un presupuesto de 10,3 millones de dólares, ha recaudado alrededor de 25 millones de dólares en los cines rusos, se ha convertido en uno de los film con más éxito del año 2016 de las butacas rusas.

“Esta película es un caso único para la industria cinematográfica rusa. Es una superproducción técnicamente muy sofisticada que se encuentra realmente al nivel de las mejores películas sobre catástrofes de Hollywood”, comenta a RBTH el crítico de cine Valeri Kichin.

El film cuenta la historia de un avión de pasajeros que debe evacuar a la gente de un aeropuerto en llamas situado en una isla volcánica. Una historia en la que la tensa trama se desarrolla gracias a la aparición de personajes brillantes.

Algunos críticos consideran que la película es un remake de la película homónima de Alexander Mitta rodada en 1979 y que fue vista en la URSS por más de 70 millones de espectadores. Pero solo algunos motivos del guion son parecidos: el terremoto y las personas atrapadas. En principio, la historia es totalmente distinta, comenta el director de la nueva película, Nikolái Lébedev, a RBTH:

“Volver a rodar ‘La tripulación’ [la película ‘Rescate suicida’ es conocida en Rusia bajo el título ‘Ekipazh’, lo que significa ‘la tripulación’ – nota de RBTH] de la época soviética tendría tan poco sentido como hacer un remake de ‘Amarcord’ de Fellini. Son obras únicas. Además, es imposible trasladar la problemática de los años 70 o los personajes a la Rusia postsoviética. Nuestra película trata sobre personas normales que pasan por una mala experiencia.

Siempre me han interesado los dramas humanos en el contexto de un gran espectáculo, ya que en el cine lo más importante es una historia capaz de sobrecoger a los espectadores. Evidentemente, hoy en día tenemos las nuevas tecnologías al alcance, pero la base del relato aristotélico no ha cambiado: lo principal es el desarrollo de la trama, independientemente de que usemos maquetas, como Méliès, o gráficos modernos por ordenador”.