Impactos registrados
Durante el 2017, innumerables meteoritos y asteroides estuvieron en camino a la Tierra.
Aunque la gran mayoría se desintegrados al atravesar la atmósfera, una veintena de piedras lograron ingresar al planeta, por suerte solo unas pocas causaron daños significativos.
Entre los impactos más destacados en suelo terrestre, fue el aterrorizó la ciudad sagrada de China, Sangri-La, cuando una noche de octubre se vio estremecida por un fuerte estruendo seguido por un bólido de fuego sobre sus cabezas.
El impresionante bólido cayó el 4 de octubre, su onda expansiva alcanzó unos 14 Km/s y una potencia fue de medio kilotón, siendo uno de los objetos más potentes de este año.
En momentos que China conmemoraba su Festival de Medio Otoño, el cosmos le tenía reservado un regalo especial para sus ciudadanos y fueron numerosas cámaras que registraron el insólito meteoro surcando el cielo del gigante asiático que felizmente no toca el suelo de la ciudad sagrada.
Hay que aclarar que en el caso de que hubiera llegado al suelo, probablemente no lo hubiera hecho con semejante intensidad, ya que gran parte se habría desintegrado mucho antes. Por los vídeos grabados, este bólido nos recuerda al de Chelyabinsk, que sorprendió a los rusos en 2013, causando más de 1.000 heridos, según las autoridades.
Las diferencias con el meteoro caído en Rusia
Entre los problemas causados por el meteoro de Chelyabinsk se cuentan daños a los edificios e, incluso, quemaduras “solares” causadas por el brillo de la explosión.
Algunos expertos afirman que los bólidos y sus explosiones aéreas podrían ser más dañinos para la vida que los propios meteoritos, que son aquellos cuerpos que terminan por caer en la Tierra.
En cualquier caso, por el momento, el meteoro de China ha quedado en un espectáculo sin más, ya que no se ha reportado ningún herido ni daño material relacionado con su explosión.
Hasta la fecha se avistaron 20 meteoros ingresando en la Tierra
Aunque no es el primero, ni mucho menos, este meteoro ha sido especialmente llamativo, uno de los más visuales que hemos podido contemplar en mucho tiempo. Según la NASA, en lo que llevamos de 2017 ya se han documentado veinte bolas de fuego surcando los cielos. Pero este tampoco ha sido el más potente.
Atendiendo al Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra, el bólido que ostenta ese récord, este año, se observó en mitad del océano, al sur de Australia, en el Atlántico, cerca de las Islas Bermudas. Su potencia alcanzó nada menos que los 2,9 kilotones.
Por supuesto, sólo los satélites estaban ahí para registrar el evento, aunque es una zona bastante “concurrida” para ser alta mar.
Para que nos hagamos una idea, son cientos los bólidos registrados a lo largo del año en todo el planeta, aunque no todos son apreciables a simple vista.
Por supuesto, muy pocos son tan vistosos como este meteoro chino, cuya composición química probablemente fuese rica en magnesio, cobre y hierro, por sus colores, aunque todavía no lo sabemos. Es interesante la comparativa entre este meteoro, que se registró con una fuerza notable, pero que fue mucho menor que el de Chelyabinsk, el cual alcanzó los 440 kilotones de potencia a unos veintitrés kilómetros de altura.
Las agencias espaciales siguen muy interesadas en estudiar este tipo de elementos.
El meteoro de Chelyabinsk estalló con 440 kilotones de potencia a unos 23 Km de altura
En el caso de que otro elemento como el de Rusia estallase, o, aún peor, cayese sobre la superficie terrestre, podría provocar un trágico desastre.
Especialmente si lo hiciese en una zona poblada. Por otra parte, los expertos también están preocupados por los meteoritos de potencial catastrófico. Para ello existen equipos y propuestas científicas serias trabajando en el hipotético caso de que tuviéramos que defendernos de un evento así.
Y es que, por el momento, no hay razón para preocuparse. Podemos seguir disfrutando de las estrellas fugaces y los bólidos que iluminan el cielo otoñal, sentados tranquilamente en el porche de nuestra casa.
Pasaron 20 piedras la atmosfera en 2017? ves esas cosas son peligrosas para la humanidad y en lugar de jugar tanto a la guerra todos los paises deberian tener formas de atajar esos objetos que caen antes de que toquen el suelo o el mar y se vuelvan realmente peligrosos. Pero el negocio es otro.