Fito Páez

Enemigos íntimos en el 2008, fue un trabajo que realizó con Sabina del cual hubo dichos y entredichos.

El creador de Mariposa tecnicolor, también tuvo una mala relación con Arjona, sin embargo ayudó a una actriz a transitar por los peores momentos de su enfermedad.

Hijo único de Margarita Zulema Ávalos (pianista concertista, profesora de aritmética y álgebra) y de Rodolfo Páez (empleado de Correos).

La casa recibió al pequeño, llena de sonidos de música clásica europea, con su madre tocando Brahms y Liszt en el piano de concierto colocado en el salón, pero no pasó de una mera recepción dado que su madre murió cuando el tenía 8 meses y medio de edad de un cáncer de hígado y fue criado por su padre y su abuela paterna y su tía abuela materna.

Era un alumno no muy sobresaliente y sufrió el castigo de las amonestaciones.

El pelo largo, el cigarrillo y una actitud rebelde, le hicieron vivir varios malos momentos.

A esa edad comenzó a tomar clases de piano en el Instituto Scarafía ubicado frente a su casa, aunque ya sabía tocar desde pequeño.

Tenía un método de estudio muy particular: memoria y oído.

No leía partituras, aunque su profesor siempre pensó lo contrario.
Su talento comenzó a notarse muy pronto.
Cuando terminaba la clase volvía presuroso a su casa para ejecutar la última lección aprendida.

Su breve aprendizaje musical de casi un año, se completó con las clases particulares que dictaba una señora en su domicilio. Después de estar introducido unos años en el folclore, comenzó a desarrollar la música que más le interesaba.
Llegó el rock, la influencia de Los Beatles, Deep Purple, Arco Iris (banda), Charly García, Luis Alberto Spinetta y Litto Nebbia, entre otros.

Rodolfo “Fito” Páez, nació en Rosario el 13 de marzo de 1963 y formó su primera banda, cuando tenía 13 años.

Cuando Juan Carlos Baglietto formó su banda, lo incluyó como tecladista y como arreglador, junto a Goldín, quien también tocaba la guitarra.

Daniel Grinbank, mánager de García lo hizo comenzar a ensayar para la gira nacional de “Clics Modernos”, junto a GIT y Fabiana Cantilo. Sustituiría a Andrés Calamaro.

Tras ese empujón artístico, preparó su primer disco solista, “Del ’63” (1984). Lo presentó primero en Rosario y luego en Buenos Aires, acompañado por Daniel Wirtz en batería, Fabián Gallardo en guitarra, teclados y voz, Tweety González en teclados y Paul Dorge en bajo, más los invitados especiales: Fabi Cantilo, Rubén Goldín y Miguel Zavaleta.

Ya por entonces consagrado como uno de los compositores más importantes fue definido como “el hijo de Charly García y Nito Mestre”.

“Ciudad de Pobres Corazones” (1987), compuesto en memorias de su tía y su abuela, asesinadas en Rosario fue el álbum, elegido como el Mejor del Año para el Suplemento Sí, marca una clara diferenciación con el período anterior, más rítmico.
Su escepticismo se plasma en sus declaraciones: “para quien piensa que la música sirve para algo, la gira de Amnesty es lo mejor que le puede pasar.

Yo no creo que el arte sirva para nada.

Si en la primera etapa cantaba: “quién dijo que todo está perdido yo vengo a ofrecer mi corazón”, ahora sentencia: “en esta puta ciudad / todo se quema y se va / matan a pobres corazones”.

“Ey!” (1988), es el primer disco producido por el propio Fito y fue registrado con su nueva banda: Guillermo Vadalá en bajo, Guillermo Colombres en batería, Osvaldo Fattoruso en percusión, trompetistas y saxofonistas del grupo Afrocuba (que por entonces acompañaba a Silvio Rodriguez) y una serie de guitarristas invitados: Fabián Gallardo, Ulises Butrón, Ricardo Mollo y Gabriel Carámbula.

“Tercer mundo” (1990) es una especie de película sobre el continente americano y sus países: las fiestas paganas, los curas mezclados con los terroristas, las prostitutas tratando de quitarles el dinero a los norteamericanos.

Los temas más importantes son “Carabelas nada”, “Yo te amé en Nicaragua”, “El chico de la tapa” y “Tercer Mundo”, definida como «el equivalente rockero de “Cambalache”.

El siguiente álbum sería el que mayor éxito y dinero le traería: “El amor después del amor” (1992).

El éxito comercial lo llevó a ser el disco más vendido de la historia del rock nacional (600.000 copias) con hits como el tema homónimo, “La rueda mágica”, “Dos días en la vida” y “A rodar mi vida”.
Páez se quedó con todos las encuestas de popularidad: Mejor Solista, Mejor Disco (“El amor…”), Mejor Tema y Mejor Video

(“Tumbas de la gloria”) y perdió solamente en Mejor Show.

En Cuba y fue el primer extranjero en permitírsele su presentación en la Plaza de la Revolución de La Habana, ante 40.000 espectadores y con transmisión en directo para el resto de la isla. Luego, acompañado por Silvio Rodríguez, fue a visitar a Fidel a la Residencia.

En 1998 editó “Enemigos íntimos”, un álbum junto al español Joaquín Sabina, la relación del dúo no fue buena y terminaron cancelando una gira con más de 60 fechas por América y España con una poesía de despedida firmada por Sabina: Urge cortar por lo sano, con la gira del verano, y el kilombo del video. El rol del patito feo, no me va te lo aseguro, y menos el de hombre duro, que a ti te cuesta tan poco.

El 2003 lo encontró en un aspecto mucho más rockero, como hacía tiempo no se lo veía. “Naturaleza sangre” incluyó como invitados a García, Spinetta y Rita Lee, y el material fue editado también en formato DVD.

“El mundo cabe en una canción” (2006) fue editado luego de terminar de rodar su segundo film, “De quién es el portaligas”.
Con este trabajo, ganó un Latin Grammy en la categoría Mejor álbum de Rock Vocal.

“Rodolfo”, de agosto de 2007, lo grabó acompañado solamente por su piano.
Al año siguiente, grabó en vivo “No sé si es Baires o Madrid”, con varios invitados como Joaquín Sabina (con el cual había estado peleado), Pablo Milanés y Ariel Rot, entre otros.

Fito Páez un vocacional al igual que muchos otros, con su temperamento no fácil y rodeado de unos ejemplares no comunes, de una generación que por el momento sigue produciendo a todo trapo y hará escuela, una escuela mestiza como lo fue ella misma, pero quién sabrá con que otros estilos se cruzará.

Fito Páez y Julieta Venegas interpretan “Un vestido y un amor”