18 diciembre 2024
CRÓNICAS

Sonría que así es mejor

Cuando era muchacho chico y me quejaba por algo, mi viejo me decía: “De qué te quejás si naciste desnudo y estás vestido” y el sabía bien por qué lo decía. Fue huérfano de madre a los dos años y de padre a los once.

Conmigo fue sumamente tolerante, excepto cuando me sentía decirle guacho a otro chiquilín.
Se agarraba una bronca conmigo, porque él sabía muy bien lo que era haberse criado guacho.

Uno en la vida se encuentra con personas resentidas, de esas que quieren y no pueden y como actitud normal, en vez de tender una mano fraterna al prójimo prefieren darle un sopapo.
Por la mañana se desayunan con vinagre para tener cara de ácido todo el resto del día.
En vez de saludar gruñen.

Se comunican con el mundo por medio de la agresión, ya sea verbal, o física.
Si salen con el auto, los restantes conductores son una manga de burros y las cebras son para, si no hay un inspector a la vista, hacer correr a los viejos, en general, tirándoles al auto encima.

Se ocultan atrás de su propia mediocridad.
No se alegran ni cuando cobran el sueldo, porque de ahí en más tienen que pagar las cuentas.
De los bienes que adquirieron, se olvidan los beneficios que les reportan, si tienen muy presente el perjuicio que les ocasiona el tener que pagar las cuentas devengadas.
Cuando pago las cuentas, pienso en el beneficio que me reportó lo que compré, el uso de la energía eléctrica y el agua corriente con que cuento en mi casa, o la televisión por cable.

Cuando alguna cuenta me parece excesiva, trato de no incurrir en tal gasto o de saldarla lo antes posible y no tener que sufrirla mucho tiempo.
A veo en las facturas mensuales de teléfono, agua, energía eléctrica, que los gastos fijos más los impuestos suman un porcentaje muy elevado sobre el costo de lo que consumí.
Me parece injusto que yo tenga que pagar por el uso que hace la empresa para medir mi consumo, cosa que no tendría que venir aparte sino integrar el precio de lo que estoy adquiriendo.

Cuántas veces pago el contador de agua al cabo de un año con los gastos fijos o el caño que tuve que pagar para que me conectaran a la red.

El costo por gozar del servicio, el contador más el IVA, son un monto muy alto frente a lo que cuesta la energía o el agua y eso me molesta, pero tengo que cumplir las leyes como tendrían que hacerlo todos los demás y no voy a dejar de tener las comodidades o beneficios por no pagar esos gastos fijos e impuestos.

Si tengo que pagar contribución inmobiliaria es porque tengo una propiedad y la disfruto y me evito de pagar alquiler por usar un bien ajeno.
A veces se le va la mano a la Intendencia, pero también tenemos que tener en cuenta en qué lugar vivimos, o el tipo de construcción y de ahí la diferencia en más.
El que no es propietario tiene que pagar todos los meses el precio del alquiler, pero la contribución inmobiliaria, que la paga el dueño de la propiedad, a la corta o a la larga la va a pagar dentro del costo del alquiler o alguien sospecha que el que invierte en un inmueble lo hace para perder dinero.

No es que sea un conformista, sino simplemente valoro lo que tengo o pude llegar a tener en la vida, trabajando y sacrificando horas de mi vida, haciendo cosas para beneficio de otros, que indirectamente redundaban en un beneficio indirecto hacia mi persona en el sueldo que percibía.

La mía es una filosofía positiva de la vida, la cual la encaro preferentemente con una sonrisa y dándole la mano al prójimo cuando este realmente la necesita.
Cuando me comunico con los terceros lo hago amablemente, con buenos modos y generalmente soy correspondido.

A la cajera del supermercado, cuando le pago, le deseo que tenga un buen día y que nadie venga a malográrselo y muchas me dicen amablemente, que esas cosas las tienen a diario.
Muchos tienen esa actitud de perro chico, que cuando no llegan muerden al que tienen más cerca y cuando ven lo que tienen que pagar, por lo que compraron, se la agarran con lo que tienen más cerca, la cajera, que para ellos es la cara de la empresa y esta empleada que tiene que atenderlos, necesariamente bien, porque en ello le va el empleo.
Hay seres que viven toda su vida calando la sandía, no para ver si está madura, sino para encontrarla verde y hacer un problema o decir una pavada.
Sonría que le sonreirán.

Trate que a los demás les vaya bien, porque en la medida que a ellos les vaya bien, a todos nos irá bien.
A propósito de estas líneas que anteceden, el 5 de mayo ppdo llegó al mundo Santiago, un bisnieto de aquel que me decía: “De qué te quejás, si naciste desnudo y ahora estás vestido”.

Pero Santiago tiene padres, abuelos y la vida por delante y espero que encare la vida con una sonrisa, aunque por ahora utiliza el manido “quién no llora, no mama”, pero ya le va a llegar la contrapartida, porque en la vida nada es gratis, hay que ganarlo.
Que todo sea para bien.

2 comentarios en «Sonría que así es mejor»

  • Pa!!!! esta muy linda esa onda de amor y paz pero son muchos mas los que andan con el dedo mayor para arriba en todos lados. podes empezar ommmmm de mañana, pero cuando llegas al mediodia y se te siguen tirando arriba y atropellandote la paciencia cae y las uñas crecen. ya en las ultimas se laliga cualquier especimen que se quiera colar para estacionar o en la caja del super. y eso que la vida no es gratis, por suerte!
    Se equivocaron en la fecha del boletin,
    Saludos

  • Un buen consejo siempre es oportuno escuchar. Nada más.

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