Assange: “Hice espionaje al Gobierno de EEUU”
Julian Assange tuvo que declararse culpable de espionaje y conspiración para lograr su libertad. Disciplinar al periodismo era el único objetivo y se ha logrado señaló la Dra. Robinson.
WikiLeaks celebró la liberación de su fundador, Julian Assange, tras un acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU. que puso fin a un prolongado periodo de cinco años de encarcelamiento. A ello hay que sumarle los 7 años en los cuales Julian debió permanecer huyendo, solicitando asilo en embajadas como la de Ecuador en Inglaterra.
Según Barry Pollack, abogado de Assange, su defendido sacrificó su libertad en nombre de la libertad de expresión al exponer crímenes de guerra y abusos de derechos humanos. Pollack criticó el uso del Acta de Espionaje para perseguir a un periodista, subrayando que nunca antes había sido aplicada de esta manera en la historia de EE.UU., y expresó la esperanza de que no se repita.
Fin de la libertad de expresión como la conoce el occidente
De aquí en adelante el periodista podrá comunicar y publicar libremente toda la información que reciba, menos aquella por la cual seguro que irá preso. No se conoce antecedente en EEUU de que el Gobierno pueda levantar el teléfono y extorsionar a un periodista con mandarlo preso por los delitos de “Espionaje y Conspiración” si publica su artículo. Hoy se puede.
Por ello la Dra. Jennifer Robinson, también abogada de Assange, denunció la criminalización del periodismo, advirtiendo sobre el precedente peligroso que esto establece para los medios de comunicación. A pesar de la victoria de Assange al regresar a Australia como hombre libre, Robinson instó a la reforma de la Ley de Espionaje para proteger la libertad de prensa globalmente.
La esposa de Assange, Stella, destacó la difícil experiencia de su marido y la importancia de su regreso a casa después de años de encarcelamiento. Subrayó que el proceso contra Assange representa una amenaza para la libertad de prensa, creando un precedente que podría afectar a periodistas en todo el mundo.
En conclusión, la liberación de Assange se celebra como una victoria para la democracia y la libertad de expresión, aunque sus defensores advierten sobre los desafíos continuos que enfrenta el periodismo en un entorno cada vez más hostil hacia la transparencia y la rendición de cuentas.
