19 diciembre 2024
PERSONALIDADES

Cortinas de humo

Hayan existido o no están usando las mismas armas como excusa para dos guerras, si son reales o ficticias no les importa.

Claro que la Casa Blanca y la CIA están vendiendo una guerra en la era de YouTube, si la hay o no la hay es otra cosa, pero el que pague el precio compra una guerra.

Los gobiernos siempre han usado el miedo y la manipulación de las emociones para conseguir que la opinión pública apoye una guerra.
La administración Bush lo hizo en 2002 en Irak, y está ocurriendo de nuevo con Obama en Siria.

Posiblemente, el capítulo más importante lo hemos vivido este fin de semana pasado en el que la CIA ha sido requerida para vender esta nueva guerra, sin pruebas demostrables.

El sábado, fuentes de la inteligencia estadounidense afirmaban haber “autentificado” trece vídeos que muestran los terribles efectos de un ataque químico en Siria en agosto.

¿Qué es exactamente lo que “autentificaron”?

Autentificar es determinar un autor cierto de algo.

¿Por qué estos vídeos se han convertido de repente en noticia, cuando hasta ahora han estado circulando por la red desde hace semanas?

La razón es esta: los vídeos tienen que “vender” la guerra, no “demostrar” quién cometió las atrocidades (CBS News y otros han descrito las justificaciones para la guerra por parte de la Casa Blanca como “abiertamente circunstanciales”).

Ya hemos visto esta película antes, y no termina bien.

Una década después de que la administración Bush usara el cuento del uranio enriquecido de la CIA y otras pruebas prefabricadas, el gobierno confía de nuevo en la CIA para liderar el esfuerzo de propaganda nacional para apoyar una intervención militar en el extranjero.

Si esos vídeos pueden cambiar la opinión pública norteamericana, tal y como pretenden, e influir en el voto del Congreso para atacar Siria, podríamos estar ante la primera guerra de la era YouTube.

You Tube, no es Pearl Harbour o el cataclismo de las Twin Towers.
Ningún americano puede ver estos vídeos terribles de gente sufriendo y muriendo y no conmoverse, pero la duda, la mensajera de los dioses, anda en la vuelta buscando la verdad.

Pero eso no significa que un ataque militar sea la única manera de responder a la tragedia humanitaria que está viviendo Siria.

Es tan descarada esta prisa por ir a la guerra, que la Casa Blanca no pudo contenerse y anticipó que esos vídeos cumplirían su misión de “vender” la guerra.

Como informó The Washington Post, “miembros de la administración y sus aliados en el Congreso creen que las horribles escenas que se ven en los videos podrían cambiar la opinión pública”.

Pearl Harbour no lo vieron por televisión y a la media hora había cinco largas y anchas cuadras de cola para enrolarse en la guerra del Japón.
Pero CNN, que emitió parte de los terribles videos este fin de semana, añadió una advertencia: que no podían autentificarlos de manera independiente.

En este caso el cuarto poder no hace el mandado entero, dice pero no ratifica lo dicho.

La emisión de estos vídeos explícitos es una cínica maniobra de la Casa Blanca, porque el resto del argumentario a favor de la guerra sigue sin estar demostrado, con preguntas sin responder sobre transcripciones, imágenes de satélite e inteligencia electrónica sujetas a la cobertura de información clasificada.

¿ Qué significa que las razones del gobierno para la guerra se basen más en la emoción que en la prueba?

Bienvenidos al marketing de la guerra en la era de YouTube.
De igual forma que la Casa Blanca quiere hacernos creer que otros trazaron “las líneas rojas”, la administración ha trasladado la responsabilidad de la guerra a manos de la CIA, que es famosa por su uso de armas emocionales y psicológicas.

Por citar un solo ejemplo, en los años 60 la operación Chaos de la CIA espió a activistas antibélicos para interrumpir y desacreditar a los que se oponían la guerra de Vietnam, con fin de cambiar la opinión pública y volverla contra el movimiento antiguerra.

Últimamente, los servicios de inteligencia parecen funcionar como un grupo de vendedores dentro de un plan de marketing más amplio.

En una entrevista este fin de semana, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, reconoció que no se habían demostrado los argumentos de la administración al cien por cien: “¿Tenemos una idea clara o tenemos pruebas irrefutables, más allá de la duda razonable?… Esto no es un tribunal de justicia.

Y los servicios de inteligencia no trabajan así”, dijo.
En realidad, hay leyes que castigan la guerra agresiva.
Y las pruebas falsas.

Yo mismo fui testigo de este juego antes de la guerra de Irak.

Como miembro del Congreso, formé parte de sesiones reservadas donde se mostraban mapas, se elevaban conjeturas, se manipulaban escenarios y se fabricaban pruebas, lo que me llevó a la conclusión de que no había razones legítimas para atacar Irak, tal y como defendí cinco meses antes de la invasión.

En el marketing de la guerra, manipular la emoción de la gente es un error.

Aquí hay algunos remedios inmediatos:

– Debemos insistir en que toda la información que se facilite de manera reservada para inducir a la guerra sea inmediatamente desclasificada y publicada.

– El Congreso debe exigir que la CIA deje de promover la guerra e investigue su papel en esta campaña de propaganda nacional; ¿quién pidió la “autentificación” de la CIA, y cuándo? ¿qué departamento de la CIA la ha llevado a cabo?

– El Congreso debe pedir el testimonio adicional de James Clapper, el director de Inteligencia Nacional, que supervisa la CIA.
– Los investigadores del Congreso deben exigir la información de los servicios de inteligencia en la que se apoyan las sesiones clasificadas.
– No puede haber una guerra basada en información secreta.
– La administración debe ser responsable de cualquier decisión que tomen para ir a la guerra.

Hace 11 años, se mintió al pueblo norteamericano a causa de una guerra.
No podemos dejar que vuelva a ocurrir.

Todo muy lindo, pero esta información que manejé en este artículo también pudo haber sido manipulada, como lo son todas las informaciones.
La CIA no sirvió para nada desde la muerte de Kennedy para acá, o antes, sin contar que la manejaba a piacere aquel nefasto señor Hoover, de menguada reputación, enemigo de los Kennedy un emperador dentro de una república, durante muchísimos años.

Dónde estaban los organismos de seguridad que ahora se zarandean para todos lados cuando las Torres Gemelas, cuando el Dr. Martin Luther King jr. , cuando Malcolm X y montones de veces más que no vienen al caso.

No hay una verdad única, siempre viene manipulada, unos opinan para un lado y otros para el otro.

Ni Rusia, ni China, ni EEUU, ni UK o Francia, ni Siria son inocentes, los videos serán fraguados en cuanto a las armas químicas, pero que hay miles de muertos por una lucha de poder dentro de Siria, los hay.

Acá el gobierno nuestro opina y se preocupa por opinar.

La opinión uruguaya en este conflicto debe ser igual a la de los monjes que discutían la cuadratura del círculo en Bizancio, cuando los turcos estaban por pasarlos a todos a degüello.

Harto de estar tan preocupado ya me preocupé, me preocupé por el gatito, por el perrito extraviado, por los niñitos Sirios, a veces alguna voz se acuerda del hambre de nuestros niños cuyos merenderos son robados por sus propios padres, para comprar pasta base quitándoles la posibilidad a sus hijos, del único plato cierto de comida seria al final del día.

Claro que cuando digo padres, estoy hablando de sujetos que no tienen la menor idea de lo que puede ser la paternidad y así se criarán esos hijos sin el menor concepto de familia, filiación, fraternidad.

El niñito que bajó a Montevideo, por primera vez en su vida, a ver a su tía, una conocida cantante y lo llevaron al supermercado de Gaboto y Rodó y a la hora, si 60’ de estar en la capital ya había recibido un tiro en el abdomen.
Alguien recuerda al buen muchacho, 24 años, que dejó la moto y no repartió más comidas por la noche y salió a repartir gas con una camionetita y le metieron un tiro y lo mataron para robarle unos mugrientos pesos y los asesinos van desde los 12 o 13 años en adelante.

Alguien se acuerda del mozo de barra de la Pasiva de 8 de Octubre que sin resistencia y sirviendo a los asesinos recibió de estos una balacea mortal.
Vivimos en un mundo televisivo, con muchos teleteatros en que la mala le robó el marido a la buena o viceversa y nos pasamos por alto que al lado de casa la nena quedó embarazada del novio que le contagió SIDA y se borró.
Los programas de chismes en que los atorrantes hablan de las atorrantas y como se birlan los maridos, amantes, laburos, son los que tienen mayor rating.

Los informativos chorrean sangre y muerte.

La gente se regodea con la muerte de un malandra, la vida no tiene precio, nadie apuesta nada a favor de ella, estamos perdiendo nuestra nacionalidad, embanderamos los autos y las casas para los partidos de fútbol y nos olvidamos de nuestras fechas patrias.

No aumentamos la producción de las pasteras porque nuestra vecina y amiga K no quiere y ya amenazó con La Haya.

Cuando un pueblo pierde los puntos referentes puede pasar cualquier cosa, menos buena, cualquier otra.

Por favor seamos más realistas y miremos como está moralmente el pueblo que habita nuestro país, que se eduque en las casas y se enseñe en los colegios, volvamos a respetarnos como seres humanos a nosotros mismos y no olvidemos jamás que la fuerza es la razón de las bestias.

Un comentario en «Cortinas de humo»

  • Muy buen enfoque, me gusta la pasión del autor.!!!!

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