Delincuencia
La sociedad al igual que una varilla de cristal, una vez que se rompe o fue rota, se podrá pegar de una y mil maneras, pero siempre será una varilla remendada.
Hay un factor social que nadie ha tomado en cuenta y tenemos muchos técnicos, psicólogos, psiquiatras, sociólogos, politólogos y es el factor miedo.
Estamos viviendo en un país desgastado por el miedo.
El ladrón tira primero porque está más aterrorizado que su víctima y tira y mata.
El policía tira a matar porque le tiene miedo al delincuente, en ese momento o cuando salga de prisión.
El ciudadano de a pié, se ha armado porque alguno tuvo la peregrina idea de decir que hay que armarse.
No ando armado porque tengo miedo de lo que pueda hacer con un arma en un momento crítico.
Van a rapiñar a un ciudadano y si tiene arma tratará de primerear al rapiñero por miedo a que este lo mate.
Se han perdido infinidad de valores, cuando un civil o un policía o un carcelero mata a un delincuente o los delincuentes se matan entre ellos en un ajuste de cuentas, la gente lo piensa, lo llega a decir y se han dado casos de hacerlo por escrito y publicarlo bajo nombre y apellido, cédula de identidad, ocupación y domicilio en la prensa explayándose sobre lo que significa uno menos, un delincuente menos, un preso menos para mantener en la escuelita del crimen que viene a ser la cárcel.
Publicamos a continuación la carta de los lectores publicada en Búsqueda de la semana pasada que dice así:
“Delincuencia”
Sr. Director:
Somos alrededor de tres millones trescientos mil residentes en Uruguay y, según cifras manejadas como ciertas, menos de mil personas que han cometido delitos graves, independientemente de su edad, delitos que afectan vidas, bienes, intereses, valores del resto de la población.
En un sistema democrático republicano como el que se supone que compartimos, las mayorías deciden y las minorías acatan.
¿Cuándo vamos a dejar de lado teorías obsoletas, prácticas que no cumplen con sus cometidos, “ideologías” perimidas y totalmente fuera de la realidad?
Si la inseguridad personal, familiar y colectiva está jaqueada, si las leyes y su aplicación no son efectivas, si todo el dinero que es quitado por la fuerza de los bolsillos de la mayoría indudable no sirve para, por lo menos, frenarla; es momento de tomar el toro por los cuernos y decir basta.
Es indudable que el sistema carcelario no reeduca para la reinserción en la sociedad de los delincuentes, pero sí mejora los conocimientos de estos sobre cómo seguir delinquiendo, a través de las clases de 24 horas que sus mayores les dan gratis y con la comodidad de la cercanía carcelaria.
¿Hasta cuándo vamos a seguir pagando para mantener vivos, sanos y fuertes a los delincuentes sin contraprestación ni resultado positivo para la sociedad?
Es el momento de pensar en la eliminación de ese grupúsculo en forma directa y como aviso a quienes intenten imitarlos. Está bueno que, entretanto, los ajustes de cuentas y las legítimas defensas de guardias y comerciantes se tomen como tales, sin mayores intervenciones ni gastos de la sociedad. Un delincuente muerto en ajuste es uno menos y chau; no más vueltas ni policiales, judiciales y menos de sepelios públicos. Para el comerciante que mata en defensa de su vida, familia y/o empresa, libertad y 5 años de beneficios impositivos. Para el guardia que repele un asalto o copamiento matando a los delincuentes, aumento de sueldo y, si es policía, ascenso automático uno o dos grados según su eficacia: está demostrando que realmente expone su vida en defensa de la sociedad.
Y la frutilla de la torta: vamos a repensar el tema de la pena de muerte: a esta altura del partido debe ser tenida en cuenta para delitos graves: violaciones, copamientos, asaltos, homicidios agravados, etc., etc.
No podemos tener estúpidos preconceptos ni jurídicos, religiosos o pseudomorales, cuando las vidas, familias, propiedades y valores de la inmensa mayoría están en juego, en manos de unos muy pocos que, para colmo, les seguimos pagando cuidados médicos, estadía all inclusive en la cárcel y dándoles apoyo “social” cuando salen para seguir delinquiendo.
Un nabo de siempre, perdón Tomás Linn, que está seguro de que no está solo, sino que simplemente dice lo que piensa: por eso defiende la democracia antes que esta desaparezca.”
Omitimos el nombre y apellido y demás datos filiatorios del corresponsal de Búsqueda, porque no vienen al caso y esto se trae a colación a vía de ejemplo.
Las conclusiones que las saque el propio lector, que serán de la gravedad que le dé la sensibilidad de cada uno frente a tan grueso tema.
Los marginales siguen aplicando los códigos de silencio y en un asentamiento de Maldonado que lleva el nombre de Mario Benedetti donde se dieron hechos que nada más alejados de la poesía pueden estar.
El episodio de los dos niñitos asesinos, con la consecuencia final de que los habitantes del asentamiento, en silencio, sin hablar, les dieron sendos lanzamientos a los padres de los niños homicidas, uno mediante el incendio de la vivienda y los padres del otro con toda su familia se fueron del lugar antes de que les pasara lo mismo.
En este caso nadie fue, fue Fuenteovejuna señor, claro que no fue justicia, fue el terror desatado de los habitantes del asentamiento, donde la mayoría es gente de trabajo y contra otros habitantes del asentamiento expulsándolos de esta forma brutal, por la forma de hablar pertenecen a la migración interna porque no tienen la forma de hablar fernandina.
El periodista Gabriel Pereyra de El Observador se pregunta.
¿Cómo es posible que una horda anuncie que va a quemar una casa, lo haga y no resulte nadie detenido?
Y en una cruda crónica dice lo que se transcribe a continuación: ”Cuando pasan estas cosas suelen venir a mi cabeza las últimas palabras del coronel Kurt en esa obra maestra del cine que es Apocalypse Now: “El horror, el horror”.
Un pibe de 14 años mata a otro de 11 años de varios machetazos y de varias cuchilladas en compañía de otro nene de 11 años y ante la mirada de una nena de 5 años.
No era un rapiñero novato de esos que cada tanto salen de entre las sombras y nos dejan temblando y con lo peor de nosotros a flor de piel.
Tres pibes cualquiera, jugando, lo mataron y siguieron jugando, incluso luego fueron a burlarse de la madre del muerto.
Esas cosas que no deberían pasar, o que suelen pasar en otros lados, y que cuando pasan nos llevan a las portadas de los principales diarios de otros lugares, sin que por eso seamos más ni menos que nadie.
La condición humana en su peor expresión también estalla en una cabecita de esa edad.
Pero hubo un momento en que esa historia del horror que involucró a cuatro nenes terminó.
Se encontró al muerto y se halló a los responsables y en todo caso el horror continuó en la vida íntima de esas familias.
¿Qué es lo que una sociedad sana comentaría de esas familias ante locura insana de sus pequeños?
Pobres padres, pobres madres, pobres abuelos, pobres hermanos. Ni siquiera voy a reclamar la madurez misericorde que debería llevarnos a decir también pobres pibes.
Pero no, terminado el horror de los nenes homicidas empezó otro, que nada tiene que ver con aquel, que nadie en su sano juicio puede justificar en el odio, ni en la alarma social y en ningún sentimiento salvo que empecemos a admitir que estamos llegando a niveles de un relacionamiento social con ribetes tan bestiales que al fin y al cabo el comportamiento de esos nenes no debería entonces llamarnos tanto la atención.
Una horda de vecinos quemó la casa de los victimarios.
Más aún, la familia de los asesinos ya sabía que eso iba a pasar y ¡pidió a la Policía protección para salir del barrio antes de que los vecinos les quemaran la casa!
¿Y la Policía no montó un operativo ante la evidencia de que se cometería un delito de semejante magnitud?
¿En este país una horda puede quemar una casa con previo aviso sin que las autoridades atinen a nada antes, durante y después de que eso ocurra?
Quizás me falta información, pero no sé de que haya ningún indagado por el incendio intencional de esa casa.
Vincular el incendio, la bestialidad de los mayores del barrio al acto de barbarie de unos pibes de 14 años es no solo admitir la justicia por mano propia sino la bestialidad como forma de vinculo social avalada por las autoridades que, ok, nada pudieron hacer para evitar el asesinato del pequeño, pero que en cambio sí pudieron evitar la otra animalidad colectiva.
Al final, según la información disponible, no solo se fueron del barrio la familia de los dos menores responsables del asesinato (¿A dónde habrán ido a parar? ¿Quién les habrá dado una mano en esta espantosa situación?), sino también la familia del chiquilín asesinado.
Tábula rasa.
No es para menos, mete miedo vivir entre tanta bestialidad, no solo vecinal, sino también oficial.”
Tras la impecable nota del periodista Pereyra, en estos momentos andan a las vueltas en el Cerro con el homicidio del menor que resultó era mayor, armado, con arma plantada, que se entreveró policial y políticamente con intervención del Ministro y subsecretario del Ministerio.
La policía que muchas veces es víctima en esta vuelta queda como victimaria.
Mataron al que no era con la excusa de que venía armado y al estar a los hechos hubo que ponerle una pistola en la mano para redondear la pelota y darle forma de pelota.
Esto no termina, sigue el miedo, sigue el terror, esta varilla de cristal parece que se hubiera hecho añicos y la han pegado con engrudo casero.
…. estuve analizando detenidamente el artículo y llego a una simple conclusión : TODO ES DECISIÓN POLÍTICA-ECONÓMICA . Y basándome en ésa premisa , he notado que éstos últimos gobiernos han invertido , porcentualmente , MAS recursos en Defensa e Interior que en Educación , Salud y Vivienda. Tan simple como éso. En unos de los puntos que trata la nota , habla del caso de un niño de 14 años , que en realidad tenía CINCO AÑOS cuando llegó el gobierno que prometió cambios. ¡¡ ahí está la raíz del tema !! . Si en vez de ADELANTAR los pagos de los INTERESES al FMI , se hubieran invertido (aunque sea un año o dos) , todos ésos recursos para salvar a todos éstos niños , hoy no tendríamos que hablar de éstos temas. Estoy hablando con el diario del lunes , que me está asistiendo en la razón ….
Los cuidamos con las leyes, les pagamos para que estudien, les ponemos sicólogos a los padres, asistentes sociales, le damos comidas.Cortar definitivamente con el FMI es bueno si no hubieran asalariados en el país porque se le haría pagar a las empresas todo lo que se robaron. Pero y el salario? que pasa si el pais se tranca? Ups! no lo pensastes o no importa?
Se emplean mas de 100 millones para combatir la indigencia y hay gente que no quiere techo ni comida. Mucho bla,blablabla….y berrinches pero a los que chillan no se les cae ni una sola idea. Cual es la solución magica que tenes jorge? no pagar al FMI, que renuncie alguien…tiene que haber algo mas inteligente que proponer.
Ya vimos que si se emplea la fuerza hay gente que tambien se enoja.
Es de nunca acabar, cuando de van a dejar de pelear los que estándar en el gobierno para empvezar a arreglarlo las cosas en serio%
Hola. Aca no se trata de qquien regala o regalo mas, regalar es mas fácil que laburar. La delincuencia es cultural y punto. No se arregla todo con plata EUU y venezela tienen los índices mas altos de delincuencia con culturas y educaciones diametralmente opuestas. Quieren culpar a alguien o soluciones????_