15 diciembre 2024
MUNDO

El día de los muertos en México

Cada comarca en su tierra tiene sus costumbres, nosotros muchas veces llevamos al cementerio las flores que no les brindamos en vida a nuestros seres queridos, yo tengo la conciencia tranquila porque con mi madre la mimé cuando estaba viva.

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Halloween además de ser un día netamente comercial se juega en la vípera del día de todos los santos una costumbre nórdica que no tiene nada que ver con nosotros, pero como se regalan unos caramelitos y se venden unos disfraces, a los empresarios que viven de eso les sirve tener un margen más de ventas.
Pero la costumbre mexicana, no me entra en la cabeza, es muy distinta a lo nuestro, pero el mexicano lo hace desde tiempo inmemorial y no lo importó de los vikingos, sino que es una costumbre de las tribus que poblaron esa tierra.

Veamos desde los disfraces hasta los banquetes.
El Día de Muertos es una celebración tradicional de origen mesoamericano que honra a los difuntos. Se celebra principalmente los días 1 y 2 de noviembre, aunque en algunos lugares comienza desde el 31 de octubre, coincidiendo con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.

Es una festividad que se celebra en México y en menor grado en países de América Central, así como en muchas comunidades de los Estados Unidos, donde existe una gran población mexicana. En el 2008 la Unesco declaro la festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de México. En Brasil existe una celebración similar conocida como Dia dos Finados, aunque esta festividad no tiene las mismas raíces prehispánicas que el Día de Muertos.
El culto a la muerte en México no es algo nuevo, pues ya se practicaba desde la época precolombina. Asimismo, en el calendario mexica, que se localiza en el Museo de Antropología, se puede observar que entre los 18 meses que forman este calendario, había por lo menos seis festejos dedicados a los muertos. Posteriormente, los evangelizadores cristianos de tiempos coloniales aceptaron en parte las tradiciones de los antiguos pueblos mesoamericanos, fusionándolas con las tradiciones europeas, para poder implantar el cristianismo entre dichos pueblos.

Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles. Hay registro de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca. Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones desde la época precolombina. Entre los pueblos prehispánicos era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.

El festival que se convirtió en el Día de Muertos se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y se celebraba durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la “Dama de la Muerte” (actualmente relacionada con “La Catrina”, personaje de José Guadalupe Posada) y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos.
El paso de la vida a la muerte es un momento emblemático que ha causado admiración, temor e incertidumbre al ser humano a través de la historia. Por muchos años, en diversas culturas se han generado creencias en torno a la muerte que han logrado desarrollar toda una serie de ritos y tradiciones ya sea para venerarla, honrarla, espantarla e incluso para burlarse de ella. México es un país rico en cultura y tradiciones; uno de los principales aspectos que conforman su identidad como nación es la concepción que se tiene sobre la vida, la muerte y todas las tradiciones y creencias que giran en torno a ellas.

De cualquier modo, hay que destacar que esta celebración no es propia de todos los mexicanos puesto que, pese a ser una fiesta que se ha convertido en un símbolo nacional y que como tal es enseñada (con fines educativos) en las escuelas del país, existen muchas familias que son más apegadas a celebrar el “Día de todos los Santos” como lo hacen en otros países católicos. Además, cabe mencionar la fuerte influencia de los Estados Unidos que, al menos en zonas fronterizas, se evidencia con la presencia de la fiesta conocida como Halloween, la cual se celebra cada año con más frecuencia y en un mayor número de hogares. De ahí también que exista una inquietud entre los propios mexicanos de querer preservar el Día de Muertos como parte de la cultura mexicana sobre otras celebraciones parecidas.

Día de Muertos, Una Tradición Orgullosamente Mexicana
El día de muertos es una celebración mexicana de origen indígena en la que se honra a los difuntos y que se remonta a la época prehispánica. En la actualidad se celebra el día 2 de noviembre conjuntamente con el día 1° en que se celebran todos los santos en el calendario católico.

El culto a la muerte era uno de los elementos básicos del México prehispánico. Cuando alguien moría se organizaban fiestas con el fin de guiarlo en su recorrido.
– Flores de Cempasuchil
Enterraban a sus muertos envueltos en un “petate” y les ponían la comida de su agrado por si llegaban a sentir hambre, así como algunos de sus objetos personales. Hoy en día, la gente coloca altares con ofrendas para recordar a sus muertos, la decoración de éstos se hace con flores de cempasúchil y al igual que en tiempos prehispánicos, se coloca copal o incienso para aromatizar el lugar.

La antiquísima tradición del Día de Muertos, a pesar de ser la misma en todo México, cuenta con algunas variantes dependiendo del estado.

Altar de Muertos en Oaxaca
Oaxaca es uno de los estados más ricos culturalmente hablando, y su celebración de Día de Muertos es una de las más importantes y significativas. El altar se adorna con un mantel blanco o papel picado y sus escalones tienen un significado especial: el primero representa a los adultos y abuelos, mientras el segundo es para todos los demás. Los oaxaqueños decoran los sepulcros de sus cementerios con flores, además de que comen ahí y charlan con los amigos. Durante esta festividad, en Oaxaca puede asistirse a un sinnúmero de representaciones y exhibiciones de tapetes, velas, criptas y altares.
También te puede interesar: Día de Muertos o Hanal Pixan en la Península de Yucatán.
Al sureste de la Ciudad de México, una pequeña localidad llamada Mixquic, que significa “donde hay mezquite”, es uno de los lugares más visitados durante estos días, ya que su celebración se apega mucho a la antigua tradición y se lleva a cabo conjuntamente con la feria del pueblo.

Día de Muertos en Mixquic
Los preparativos comienzan desde mediados de octubre en cada una de las casas donde ponen una estrella alumbrada para comenzar a guiar a los difuntos, se limpian escrupulosamente las casas y los sepulcros para que las ánimas encuentren todo limpio y puedan tener buen reposo y tranquilidad durante su visita. Se colocan ofrendas, al igual que en Oaxaca y la mayor parte del país, pero aquí se elabora una cruz y cadenas de papel morado y amarillo que significa la unión entre la vida y la muerte.
El día 2 de noviembre se realiza la “Alumbrada” en el panteón, donde miles de velas iluminan los sepulcros decorados con flores. El amor y el respeto son los elementos principales de esta celebración, haciéndola única y extraordinaria.

Día de Muertos o Hanal Pixan en la Península de Yucatán
Cancún recibe todo el año a miles de turistas, bajo un sol caliente y un inigualable mar azul turquesa, los cuales vienen a conocer y disfrutar de una gran variedad gastronómica, playas de arenas blancas, mercados de artesanía, centros e plazas comerciales, además de su vibrante vida nocturna.

En el mes de noviembre la ciudad queda vestida de colores, música y misticismo para el tradicional festejo del Día de Muertos, una de las más tradicionales fiestas mexicanas, ya que, según la creencia de la antigua civilización maya, este día las almas acuden a visitar a sus familiares.

– “Tanto se burla el mexicano de la muerte que entre sus artefactos populares también le ha dado nombre y forma, y se llama La Catrina”
La muerte para los antiguos mayas no tenía el mismo significado que para los católicos, para quienes la idea del cielo y el infierno es penitencia o recompensa. A diferencia, los mayas creían que la ruta del destino de los muertos estaba definida por el tipo de muerte que hubiera tenido, no por su comportamiento en la vida.

El Día de los Muertos, también llamado por los mayas como “Hanal Pixan” o “Comida de las Almas”, se ofrece una serie de cantos y oraciones, además de una gran cena que se comparte con amigos y familiares. La comida típica del banquete es un enorme tamal maya (Mukbipollo), que se cocina bajo tierra, además de las calaveritas de azúcar y el pan de muerto.

Otra gran tradición es la creación de un colorido altar de para honrar a los fieles difuntos en el que se colocan fotos o retratos de éstos, además de sus platillos favoritos y distintos objetos que solían ser de su gusto.

El Día del Muertos fue declarado en 2003, como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, debido a su importancia como una de las expresiones culturales más antiguas y más representativas de los grupos indígenas del país.

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