15 diciembre 2024
MUNDO

El silencio es sabio

En diáologo con FM Gente, Laetitia D’Aremberg comentó: “Se ha perdido todo, se ha dejado estar, ya la gente llega al Conrad, como hoy de noche (se cumplía la elección de Miss Atlático), con chancletas y short; no existe, eso existirá acá en Uruguay, no sé si lo hacen a propósito, si quieren tirar abajo la ciudad porque queda mejor, queda más canchero”.

“No sé qué están buscando, pero ya en ciertos sitios eso no existe, el glamour se ha perdido en Uruguay, lo estamos perdiendo, y no es una cuestión de plata, glamur no es plata, glamour es darse el trabajo de un poquito preocuparse para salir”.

“Cuando uno se prepara para salir o te invitan a un lugar, lo menos que puede hacer es ducharse y vestirse un poco, ponerse una buena camisa limpia, un pantalón que todo el mundo puede tener, y un par de zapatos”, sentenció.

“Ahora la moda es venir así, cualquier cosa, es salir de cualquier manera, y venir a un sitio como el Conrad de chancletas y de bermudas”, dijo.

Para esta señora que vino a Uruguay huyendo de los secuestros express de Buenos Aires, en la época de la dictadura de allá y de acá, no como dijo alguno de esos que nunca faltan que vino acomodada con los PPTT, sino que vino en plena dictadura, pongámosle por 1981 o 1982.

Andaba por todos lados con un coche empadronado en la Argentina y como las “princesas no deben conducir” lo hacía con su chofer uruguayo hasta que la agarraron los aduaneros (alguien les sopló) y siempre ávidos de fomentar sus recursos, la multa de la que fue exonerada era de cinco veces el valor del vehículo (lujoso él) a nuevo.

Invirtió mucho en el país, le dio trabajo a la gente de la industria como ser el tambo Lapataia, que además es un lugar turístico, donde inclusive se le brindaba al público un show musical mientras el público disfrutaba de sus tés y sus cafés.

También fomentó el mejoramiento caprínido, vacuno, yeguarizo, el rubro automotor y algún rubro que desconocemos, tuvo, no sé si sigue teniendo una colección importante de aves exóticas en ambientes calefaccionados por la naturaleza de los animales, siendo ganadora de innumerables premios en la Rural y otros eventos.

Pasó el tiempo, la dictadura dio paso a la democracia y ahora se había hecho habitué a los asados en el Quincho de Varela es “más interesante que los Oscar”, estando a sus dichos.

El Presidente José Mujica dijo que en la comida que realiza su amigo en el Quincho de Varela las invitaciones corren por cuenta del anfitrión. Sin embargo, algunos asistentes dijeron ser invitados por Presidencia. Para la embajadora Julissa Reynosso, el asado es “mil veces más interesante que los Oscar”.

en el Quincho de Varela

“Lo acompaño porque es mi amigo, y si es un amigo no le voy a decir ‘no hagas esto’.

Ahora, para la cara de la sociedad queda como que es el Pepe.
El Pepe jamás le dio manija ni nada por el estilo, porque con la changa que tengo no me puedo preocupar de a quién invita y a quién no invita.
Los invitados de Varela son mis amigos porque Varela es mi amigo”, dijo Mujica.

El Quincho es de Sergio Varela, amigo y vecino de Mujica.
Queda en Camino Colorado y O’Higgins, a unos 200 metros de la casa del presidente.

Al asado concurrieron unas 300 personas.

A diferencia de otros años, en esta ocasión no había ningún dirigente del secretariado Ejecutivo del PIT CNT.

Del gobierno asistieron el prosecretario de la Presidencia Diego Canepa, los ministros del Interior Eduardo Bonomi, de Industria Ernesto Kreimerman, de Vivienda Francisco Beltrame y de Economía Mario Bergara y los presidentes de OSE Milton Machado, de UTE Gonzalo Casaravilla y de ANTEL Carolina Cosse.

También concurrieron varios embajadores: Dante Dovena (Argentina), João Carlos de Souza-Gomes (Brasil), Julio Chirino (Venezuela), Yan Banghua (China) y Julissa Reynoso (Estados Unidos).

Entre los empresarios que fueron se destacaban Laetitia D’Arenberg (Grupo D’Arenberg nombre simpático el de Grupo, porque debe de ser de puero grupo porque más bien es ella sola), Alberto Fernández (Fripur) y los propietarios del Hotel Argentino.

También se encontraban allí Enrique Espert, José Morgade y Omar Gutiérrez.

Mujica fue uno de los últimos en llegar.

Mientras él decía que el que organiza y realiza las invitaciones es Sergio Varela, el periodista Omar Gutiérrez le agradecía al presidente la invitación.
“Es un honor que el presidente me haya invitado”, dijo.

La comida. La entrada fue de croquetas de queso y de papa, empanadas de copetín, brochettes de pollo, chorizo y achuras.

El plato principal fue lechón, cordero y colita de cuadril acompañado por ensaladas varias.

El postre fue helado de frutos de bosque acompañado por brownie de chocolate.

Para tomar había vino, cerveza, whisky, refresco, agua mineral y champagne para brindar.

Se calculó unos 600 kilos de carne y unos 900 litros de bebida en total.
Según personas allegadas a Varela la mayoría de los costos se cubren con donaciones que hacen los empresarios (Cativelli y Kali, por ejemplo) y el resto de los costos corre por parte de Varela.

A los invitados no se les cobra “un solo peso”.

Los invitados. No toquen nada preguntó a algunos de los que participaron quién los había invitado.

Nancy Calvo, secretaria de COOPIMA (Cooperativa Industrial Maragata), una empresa recuperada por sus trabajadores, dijo que la invitación les llegó por Daniel Placeres, edil del MPP y secretario general de la Asociación Nacional de Empresas Recuperadas por los Trabajadores ANERT.

“Todos los emprendimientos autogestionados estábamos invitados con cinco participantes”, dijo.

“Venimos invitados de parte de Presidencia de la República”, expresó Ismael Sequeira, dirigente de SUTMA (Sindicato Único de Trabajadores del mar y afines), que forma parte de URUSUR, una cooperativa pesquera.

Laetitia D’arenberg, en tanto, conoció a los Varela a través de Carolina Viola y los definió como “gente amorosa”.

“Si hay algo que no festejo es un 1° de mayo, se podrá imaginar, pero bueno”, señaló.

Carlos Senra, gerente de un laboratorio de análisis clínicos, participa de las reuniones del quincho de Varela desde sus comienzos.

“Era un grupo de amigos que se reunía acá los domingos con el presidente antes de que fuera presidente.

No es una cosa que se creó ahora, viene de mucho antes que fuera presidente”, dijo.

Mujica se sentó en la mesa principal, al lado de Julissa Reynoso.

A sus espaldas, en la pared, había colgado una foto de él al asumir la presidencia, una foto del ex presidente chileno Salvador Allende y otra de Barack Obama, que Reynoso había obsequiado a Varela el 1° de mayo pasado.

Luego del plato principal y antes del postre, un representante de las empresas recuperadas le entregó a Mujica una placa en reconocimiento a su trabajo en pos de las empresas autogestionadas.

Mujica hizo un breve discurso de agradeciendo y destacando la importancia de estos emprendimientos.

Diez minutos después, Mujica volvió a tomar el micrófono y comenzó a contar su historia en el barrio.

Cómo compró la chacra, lo primero que cultivó y cómo se compró el primer tractor.

Contó que “un día vino el gordo Varela y compró esto.

Nos hicimos amigos en todos estos años”.

Lo definió como “un bolichero del Cerro y La Teja que se había hecho de abajo, peleando con la vida”.

El terminar su discurso Mujica se sentó a comer el postre pero no pudo: los presentes hacían fila para saludarlo antes de retirase.

Mientras, sonaban por los parlantes canciones de Los Olimareños y Alfredo Zitarrosa.

Una de las personalidades que habló con la prensa antes de irse fue la embajadora de EEUU Julissa Reynoso.

“Tuve la oportunidad de ir a los Oscar el año pasado.

Para mí esto es mil veces mucho más interesante.

Yo encantada con los amigos que tengo en Hollywood, pero en términos de asuntos interesantes y como evento, para mí las reuniones que hace la familia Varela por mucho es más interesante que los Oscar”, dijo.

Ausencia del PIT-CNTEn el asado, a diferencia de otros años, no había ningún dirigente del secretariado Ejecutivo del PIT CNT.

Solo fueron tres mujeres con la camiseta del Sindicato Único de la Aguja.
Flor de Liz Feijoo, secretaria general de ese sindicato, dijo que fueron como un actor social más.

“Dicho por el compañero Fernando Pereira: los trabajadores almorzamos y conversamos con quien nosotros entendemos oportuno.

No somos los únicos del PIT-CNT porque también hay muchos emprendimientos cooperativos, empresas autogestionadas, que también están en el ala del PIT-CNT”, expresó.

Mujica en su discurso también se refirió al tema.

“Si los trabajadores del Uruguay piensan que (el asado) le quita atención al 1° de mayo, los trabajadores del Uruguay no tienen otra cosa que hablar por teléfono con el gordo Varela y se acabó el partido” señaló.

“En lugar del 1° de mayo se puede hacer el 3, el 5, en cualquier fecha.
Esto es casi una tradición y nunca se quiso quitar espacio a la fiesta de los trabajadores”, dijo Mujica.

En el quincho de Varela sobró la carne y faltaron sindicalistas
Tras la polémica, ningún dirigente del PIT-CNT se acercó a compartir el 1 de mayo con el vecino del presidente Mujica

Embajador de China, Yan Banghua, Enrique Espert,
Laetitia D´Arenberg, Sergio y Karen Varela

José Mujica junto a Julyssa

Y sí, cinco goles son muchos. Pero podrían haber sido tres más o tres menos. Ahora, cuando ganamos somos todos unos fenómenos y cuando perdemos somos horribles. ¿Quién? No, no, el Hugo (De León no agarra y (Víctor) Espárrago tampoco”. El que dijo esto fue el vicepresidente del Club Nacional de Fútbol y presidente de Cambadu, Mario Menéndez, en referencia a la goleada clásica del domingo pasado. Y lo dijo ayer en en el ya popular quincho de Sergio Varela –el amigo del presidente José Mujica– en donde, como se ve, cada 1 de mayo se sigue hablando de todo un poco.

Como en años anteriores, allí se encontraron empresarios, políticos, diplomáticos, artistas y representantes de otras disciplinas. Pero fue evidente la ausencia de dirigentes de peso del PIT-CNT y esa ausencia puede llegar a ponerle fin al plural almuerzo. “Los trabajadores no se tienen que ofender por esto que organiza el gordo Varela. Pero si esto es un problema para el movimiento obrero, habrá que cambiarlo”, dijo Mujica en la puerta del quincho con un vaso de whisky en la mano. Mujica se refirió de esta forma a la polémica abierta en el PIT-CNT luego de que el dirigente del sindicato de la bebida, Richard Read, dijo que es de “muy mal gusto” que un referente gremial concurra a ese tipo de celebración.

“Es como ir con el diablo a tomar copas el día de Pascuas”, declaró. Como si sus palabras hubieran sido atendidas, ayer no estuvieron en el asado el dirigente metalúrgico, Marcelo Abdala, ni el exdirigente de PIT-CNT, Juan Castillo, que el año pasado se habían arrimado hasta lo de Varela.

Quienes sí se hicieron presentes como siempre y captaron buena parte de la atención de los periodistas fueron la princesa Laetitia D’Arenberg y la embajadora de Estados Unidos, Julyssa Reynoso. La princesa dueña del tambo Lapataia salía a fumar cada tanto y no paraba de elogiar a Mujica. “Es un señorazo, es una de las personas más grandes del Uruguay. Me da pena que no lo dejen hacer todo lo que quiere hacer”, dijo, y completó con un “está buenazo”, cuando le alcanzaron un pin con la consigna “No a la baja”. Adentro del quincho, el comunicador Omar Gutierréz arengaba por micrófono a degustar las cosas que salían de la parrilla, del horno y de la heladera. Carne de vaca, lechón, cordero, brochetes, empanadas de queso, ensaladas y helado artesanal con salsa de frambuesa fueron algunos de los alimentos que abundaron en las mesas de los casi trescientos invitados.
Entre los concurrentes se encontraban los ministros Mario Bergara, José Bayardi y Eduardo Bonomi, los embajadores de Argentina, Venezuela y China, el intendente de Canelones, Marcos Carámbula, el presidente de la gremial de carnavaleros Daecpu, Enrique Espert, y el murguista José Morgade.

Mujica defendió el espíritu plural de la convocatoria y recomendó que no se le busque una lógica a la lista de invitados. “El gordo Varela invita a diestra y siniestra y hace lo que se le canta. Si algún politólogo le busca algún criterio va a terminar suicidándose”, opinó. Mujica consideró que el asado del 1 de mayo en el Quincho de Varela es una muestra “del capital de tolerancia” uruguayo.

“Uno cruza el charco nomás y ve que ahí los políticos no se saludan”, comentó y se metió en el quincho, al que comparó con una criolla “torre de Babel”.

Y bueno ahora estamos a pocos días de otro cambio y el camaleón deberá cambiar el color de acuerdo a la ocasión.

Estoy convencido de que nuestra homenajeada de hoy Laetitia, empezará a ir a misa, varias veces a la semana, hará algunas donaciones a las iglesias apostólicas romanas siempre ávidas de donaciones, sin necesidad que sean por causa de muerte y contratará a un profesor de pesca o se comprará un baro de pesca de altura para probar las suertes en ese ramo que pareciera que no ha incurrido nunca, salvo en el rancho que cuando el asado de referencia departió con Fernández, aquel industrial de FRIPES, que prestaba el avión desinteresadamente para las giras políticas, puede surgir una buena relación de Fernández con Laetitia y de paso dejar que alguien se divierta con su hobbie predilecto, aparte del de hacer dinero.

2 comentarios en «El silencio es sabio»

  • La Laetitia y la Reynoso junto con el cachete Espert??? pregunto de que podran conversar…jajajaja!!!!!!!!!!!……..la princesa Laettitia tiene la cosecion de una marca de autos chinos asi que capaz que estaba vendiendo coches……!!!!!!!!jejejejejeje

  • Esta señora no se irá del Uruguay y no dejará de ir a uno de los lavaderos de dinero más importantes del país tanto para ella, como para argentinos y brasileños.
    Perderá el chsrme del Quincho de Varela cuando se arrastré atrás de Vázquez para lograr nuevas prebendas. Si se hubiera callado la boca ni siquiera hubiéramos sabido o pensado en la procedencia de los capitales que trajo al país en plena dictadura argentina y uruguaya.
    El papá dicen los aduaneros traía los lingotes de Europa, pero dicen puede que sí o que no. Tampoco tenemos por que creerle a los aduaneros, aunque traer lingotes en aquella época no era delito acá. Allá no se ni la procedencia tampoco

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