13 diciembre 2024
MUNDO

Enrique Pinti

Con este grande de la escena me pasó, tal vez, lo que a muchos uruguayos.

La primera vez que lo vi en Buenos Aires, en el Teatro Liceo me sentí apabullado por el torrente de palabras soeces, no podía seguir el hilo de la obra, que me parecía grotesca, en todo sentido, tan es así, que la borré de mi disco duro a tracción a sangre.

Por más que me esfuerzo, lo único que me viene a la mente es una obra con elementos de la historia remota y unos bailes y un gordo diciendo groserías.
Después de siete obras, soy un admirador de la verborragia mal hablada, de un ser que no tiene tiempo de pensar, todo lo que dice, aunque lo que dice, está muy bien pensado.
La radiografía que le hace a la sociedad argentina, es como la que le hace el Dr. Marcos Aguinis, pero sin malas palabras.

Salvo detalles, ambas sociedades tienen mucho que ver y van a un ritmo muy rápido de parecerse mucho más.
Alguno de los lectores no estará de acuerdo con mis dichos, pero les bastaría con leer algún artículo del Dr. Aguinis y del propio Enrique Pinti, ambos columnistas de la Nación de Buenos Aires (se baja gratis por Internet) y los argentinos tienen una cosa que nosotros no tenemos.

Nos ignoran por considerarnos una provincia más y nosotros nos creemos mejores que ellos, cosa que en cierto punto es verdad, por lo menos, en lo que se refiere a la no corrupción.
Enrique Pinti se puede definir como actor y dramaturgo argentino, pero lo suyo es muy amplio dado que desde hacer los libretos para la tira cómica “El mono relojero” que publicara la Revista Billiken por los años 70, fue libretista.
Lo fue de Gasalla en Gasalla for export y Gasalla 77 e hizo “Luz verde” para Jorge Luz, el nombre de la obra lo dice todo, con este último no tuvo que contenerse en el disparatario. En lo que me es personal, a Jorge Luz, nunca lo vi de otro color que no fuera verde.

Con un físico no muy dúctil para el escenario, fue desde boletero, hasta cortador de entradas en la urna. Con tal de colaborar y engordar (simbólicamente) el virus del teatro que lleva en la sangre, tanto le daba barrer como planchar y para todo aquel que esté dispuesto a trabajar gratis, en el teatro tiene para estar ocupado una vida.
Por su estilo de ir cambiando la obra, representación tras representación, ha llegado a las tres mil representaciones con tres millones de espectadores con la “Salsa Criolla”.
Mentiría si dijera, cual de las tres mil versiones, vi en las diez temporadas que estuvo en cartel dicha obra.

En 10 años se le gastaron hasta los vestuarios y en 10 años en Argentina, las figuras políticas que desfilaron y su cuota parte que en el libreto tuvieron fueron muchísimas. Me gustaría poder comparar el libreto primero y el último de Salsa Criolla y ver en que se llegan a parecer.

Debe ser muy difícil trabajar con Pinti, salvo que sean las coristas y los bailarines, porque un partenaire, si los cambios no fueron previstos de antemano, se pierde tanto en la letra como en el escenario.
Mi evolución teatral con Pinti fue desde Circo Romano, Salsa Criolla, Pericón.com.ar, Candombe nacional, Los productores, Pingo argentino y Antes que me olvide.

La última me encontró totalmente afiatado a lo que es Pinti hablando, desbocándose, disparateando, pero dicha obra, desopilante y cruda realidad política, tiene un retrogusto amargo de un actor que en la ficción – realidad o realidad –ficción, deja un mensaje entre líneas, como que ésta es la penúltima, como dicen en el boliche, hablando de las vueltas de copas, porque la última será antes de morir y el “Antes que me olvide” puede representar un alzheimer, una demencia senil, un derrame cerebral o por qué no un gentil infarto, sin sufrimiento, ni miserias humanas, que ante todo lo malo, doloroso, desagradable, borre todo produciendo el olvido.

Cuando con los kilos demás, se movía y fatigaba en el escenario, diciendo, desde el primero hasta el último disparate, me produjo un nudo en la garganta mientras aplaudía a rabiar.
Cuando uno ve de que forma va la situación política argentina, Pinti admitió haber votado a Cristina Fernández de Kirchner en 2007.

De sus libros tuve el placer de leer Salsa Criolla, Palabra de Pinti, los argentinos de la A a la Z, No sé por dónde empezar, Las cosas por su nombre y Candombe Nacional.
Por el bien de ambos y de la cultura general, ojalá podamos, él representar y yo presenciar, muchas penúltimas obras de este gordo brillante, verborrágico y boca sucia.
Los lectores no imaginan el esfuerzo que me significó escribir sobre Pinti sin poner una palabrota.

Voy a poner un ejemplo pueril del idioma grueso para clarificar un poco más el tema del léxico.
Decir que una persona es un pedazo de estiércol es mucho más light, mucho menos gráfico, que decir fulano es una bosta.
La virtud de Pinti además de su inteligencia y memoria elefantiásica es bajar el nivel de sus expresiones a los términos más gruesos y vulgares para que todo el pueblo, desde el más leído al más rústico entiendan el mensaje por igual, el cual es además transmitido en forma meteórica.

Es un actor nato, que se maneja en todos los niveles, como ya vimos, desde el infantil, el televisivo, el cine, los libros y además escribir en serio y actuar y además canta.
Tanto le da un monólogo, como un cuento, como el music hall y los cafés concerts.
Para verlo en su esplendor hay que hacerlo en Buenos Aires y no en Montevideo, con medio elenco, etc., y qué placer sería para nosotros ir a Buenos Aires, pasear por Corrientes y doblar por Esmeralda en esa media cuadrita hasta el Maipo y sentir ese olor característico de un teatro, con la boca del escenario abierta y el crujir de las lentejuelas.

El que vaya a ver un espectáculo de Pinti y piense que será una obra de humor, que lo piense bien, porque nosotros solemos reírnos del mono, cuando hace monerías y estas se parecen a nuestros actos.

Por lo general las obras que vi de Pinti, aunque parezca paradójico, son dramas reideros, si, porque la vida es un drama que terminamos a las carcajadas cuando nos adentramos en él.

Viene a ser como los espejos deformantes, los gordos se ven flacos y los flacos se ven gordos, los petizos se ven altos y los altos se ven petizos.

Hermano, la vida es así, es un drama reidero.

LORENZO OLIVERA
SE AGREGA UNA PIEZA DEL PROPIO ENRIQUE PINTI
TESTAMENTO DE ENRIQUE PINTI
Yo, hombre del medio-pelo argentino, en mis cabales y absolutamente responsable del momento que me toca morir, digo vivir… dejo todo mi agradecimiento a las fuerzas vivas, muy vivas, yo diría avivadas, que me gobernaron con total falta de respeto e identidad profesional.

A los conservadores aristocráticos de la primera hora, les dejo un manual de historia argentina que la relean a ver dónde dice que en una república democrática alguien pueda creerse superior a los demás por cuestiones de linaje y casta, sobre todo, siendo hijos de inmigrantes como cualquiera, un hombre de esa prosapia trucha, con horrorosos latifundios digno del peor señor feudal del medioevo en pleno siglo XXI y cagarse en el pobre insultándolo con una caridad, que en 90 % de las casos es humillante e insuficiente.

A los correligionarios radicales les dejo una brújula para que, al saber dónde está el Sur y dónde está el Norte, sepan también definirse entre la izquierda y la derecha o el centro en vez de ser alternativamente seudo bolches o gorilas conservas.
A los distinguidos camaradas de la izquierda argentina les dejo un manual “titulado” ¿Qué es la clase obrera? Con modelo para armar incluido, a ver si así pueden explicarse qué les faltó para lograr un puto voto del laburante que, ante la confusión de prédica que iba desde el hermetismo intelectual a la declaración de guerra de guerrillas, prefiriendo (y esto debe ser único en el mundo) votar a la derecha o apoyar dictaduras populistas.
A los compañeros peronistas les dejo el manual de la contradicción perpetua y fanática donde se explica como un movimiento populista que lucho contra el conservadorismo puede llegar a ser un movimiento conservador que acusa de populista a los que luchan contra los conservadores y cómo se puede glorificar a Evita haciendo todo lo contrario de los que hacía ella. También les dejo un bombo para que lo conviertan en shopping y un CD doble con canciones de Menem y música de Palito Ortega cantado por María Julia.

A los milicos que tengan menos espíritu de cuerpo y a los curas que tengan menos cuerpos y más espíritu.
Y a las generaciones venideras sepan que hubo una vez un país rico, grande, lleno de buena gente al cual unos pocos pícaros avivados hundieron sin remedio.

9 comentarios en «Enrique Pinti»

  • un chistero mass%&$)(¿? el peor el mas boca sucia%&%$$%&@@como hace calentar a los politicos%$%&@jejeje

  • Cantando es malisimo pero contando una historia como le dicen monologo es genial…Gasalla es muy bueno y Pinti es el otro
    saludos

  • De buen nivel esa gala que estan haciendo para los mas grandes capo comicos del momento. El que faltaba de esa generación es Pinti. No porque si lo dejaron para el final, creo. Ya que >Argentina no tiene el carnaval como nosotros, donde la murga con sus letras representa la opinion del boliche y de la esquina de barrio, tanto Gasalla como Pinti y mas Pinti con su verborragia, cada verano hacen eso que en el Uruguay hacemos con las murgas……………
    Muy bueno
    saludos para todos

  • No canta tan mal…………..Pinti es bárbaro….todos son barbaros y siempre que puedo veo a todos¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡saludos

  • Son todos los anteriores buenos, pero Pinti, no hay con que darle. es como dice ahí, es un tipo culto que putea abierto y despues que te acostumbras lo aplaudis.

  • Uno de los mejores si en este mometo no es el uno. Un tipo muy ingenioso y acido porque mezcla humor con critica y actualidad. Eso a la gente y principalmente al argentino le encanta. Sabe y sabe!
    Saludos

  • Que tal! este si que es terrible! Arriba el Quique Pinti

  • A esto es diferente. El video esta buenísimo, vengo de arañar a un compañero tuyo pero esto me cambió el humor. Es que es un sol Pinti ante tanta oscuridad de algunos. Sobre los epitetos de Pinti, conoci a alguien hace un tiempo que era muy boca sucia y sigue siendolo, pero tiene un habilidad para decir las malas palabras que no le quedan tan mal como que pegan…Pinti es igual y creo que es el fuerte de sus monólogos…porque…quien no espera que puteee…si ahi es cuando nos reimos?. algo mas de Pinti, una vuelta, en un monólogo dijo que cuando era niño era gordo y todos se reían de él. bueno no lo dijo de esa forma. lo dijo a lo Pinti. y yo antes me calentaba y llorraba dijo Pinti. Y después con el tiempo aprendi a reirme de mi. y si yo me reia de mi me importaba una m…..lo que dijeran los demás. Hay que aprender de reirse de si mismo….es tambien un folósofo Pinti
    Saludos

  • Enrique Pinti, uno de los mejores comediantes de habla hispana. En lo personal, el actor mas dúctil del espectáculo Rioplatense, hace desde una comedia musical, pasando por el monólogo, hasta un papel dramático en cine. Un genio!

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