17 diciembre 2024
INSÓLITOS

Guacho

Mi viejo era huérfano de madre a los dos años de edad y de padre a los diez, lo criaron una tía y una abuela.
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A mi viejo el sentir la palabra “guacho” lo ponía mal, lo sacaba de las casillas y podría llevarme una pateadura de la cual me salvé, por lo buenos oficios maternos y él que nunca me tocó un pelo en toda su vida, porque se sabía de mano pesada y tal vez, por su experiencia de haber sido guacho y alguna de garrón que se llevó puesta.

Cuando empecé la escuela mi acervo lunfa aumentó considerablemente, cosa que lograba, a pesar de mi madre y sus explicaciones magisteriales, llegó a lograr que otra maestra me sentara en el mismo banco, con un aragonés, para que se me pegara el tú y no el “bo”.

El haber sufrido en su tierna infancia, no ser hijo de madre y no tener la figura paterna en un varón y la materna, a pesar del esfuerzo de la tía y la abuela, a las que adoraba, porque retribuía con devoción por el cariño aportado en los momentos críticos de su vida, no eran madres de él, eran la nona y la tía.

Claro que su abuela genovesa tenía una tropa de años y tuvo como siete hijos y dos más de un matrimonio anterior en que había quedado viuda y su tía tuvo una familia propia con un vasco talabartero.

Eran tiempos difíciles y no existía el MIDES, sino que lo que había era que laburar, porque en esa época no se ataban los perros con salchichas.

De dormir en la parte de arriba de una barraca donde pernoctaban los mulos y tener que ponerse diarios debajo de la ropa de abrigo para bancar los fríos, esa me la llegó a contar él, aunque no comentaba sus penas de la infancia, porque como no era un resentido ls borró , pero lo que me hacía notar bien a mí y a mis hermanos era que él había ido hasta tercer año de escuela y a los doce estaba con una escalera, una brocha y un tacho de cal pintando paredes y todo lo que había hecho en su vida, salió de sus propias manos y el afán de aprender para progresar y logró un título en la UTU.

Sigue en pag. 2

Un comentario en «Guacho»

  • En casa el decirte guacha o guacho era lo mas comun y para mi es mas parecido a lo de pibe o piba o botija que no tenia genero y servia tanto para nena o varon en argentina es chabon o chabona o chiquilin y chiquilina, pero creo que cuando queremos sobresaltar algo el dicho que mas escucho es ¿QUE GUACHA QUE SOS!

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