Haz lo que viereis
Cuando era niño muchas tintorerías de Montevideo eran propiedad de chinos. Si señores, los chinos no empezaron fabricando autos baratos, sino que empezaron trabajando la tierra, plantando arroz en gran forma y estilo.
Se morían de hambre porque había una clase que comía y otra que trabajaba y una clase que no era clase, sino militares que se daban de punta entre ellos los nacionalistas y los comunistas.
Chang Kai Shek era el nacionalista y Mao Tse Tung el comunista, así se escribía cuando yo era niño los nombres de los dirigentes de China continental y las islas una era Formosa (había sido colonia portuguesa) hoy conocida por Taiwan.
Claro que todo eso era cuando en las casas no existían muros al frente, no se ataban los perros, no había rejas en las ventanas, la única alarma que sentíamos era la de los bomberos o de las ambulancias, pero dejemos las nostalgias para la noche del próximo 24 de agosto y hablemos de las cosas del pasado menos remoto.
En la otra cuatra había una tintorería, con un chino, casado o algo similar con una rubia uruguaya, recuerdo que tenían un espejo con los bordes trabajados que tenía forma de cangrejo.
El hijo del chino con la uruguaya, se llamaba Felipe, era mayor que yo y un día estaba sentado en el umbral de mi casa y Felipe, que no tenía los ojos rasgados, y era rubio, me dijo si sabía lo que era un condón, a lo cual le dije que no sabía y él me dijo que le preguntará a mi madre para que me dijera lo que era.
Ni lerdo ni perezoso, entré corriendo hasta la cocina, y le pregunté a mi madre si sabía lo que era tal cosa y me dio flor de sopapo y me llevó un montón de años saber lo que era tal cosa.
Felipe terminó siendo boxeador y alguna peleas tuvo en el Palacio Peñarol.
Había muchas tintorerías en aquella época porque los hombres usaba n ropa de vestir, trajes, sobretodos, perramus (hoy es marca en Argentina y no prenda), pilots y las mujeres tapados, ropa confeccionada con telas pesadas, con lana de verdad y no sintéticas como ahora, había que llevar dichas prendas a la tintorería para que no encogieran.
Esta es una cerveza no una tintorería.
El chiste de por qué todos los chinos estaban en las tintorerías era porque cuando salían de China para Uruguay, los viejos les decían que hicieran lo que veían, o sea “haz lo que viereis” y como acá estaba la tintorería Bière, los chinos se confundieron y agarraron para las tintorerías.
Eran chistes de aquella época sin sexo ni violencia, sino un mero juego de palabras.
Al cambiar las telas con que se confeccionaban las ropas, los sintéticos en lugar de lanas, la ropa informal en lugar del traje y corbata, más la lavadoras doméstica, y los jeans y camperas en lugar de los casimires de los trajes, mermó mucho lo de las tintorerías.
De las clásicas de aquel entonces, la Francesa, la Regia y la Bière son las sobrevivientes a un mar de nombres nuevos y los chinos se acriollaron y cambiaron de ramo.
Ahora son los restaurantes chinos que venden el chop suey, como plato chino, claro que omiten aclarar que es un plato chino inventado por los chinos en California.
El mundo es redondo y en su girar diario va corriendo las cosas de un lugar a otro y los tallarines italianos son un plato chino que trajo en sus viajes Marco Polo.
Pero mi cuento no iba para ese lado, porque los chinos son astutos comerciantes, tan es así que en Pelotas, Brasil, cenaba muy seguido en un restaurante chino de esa linda ciudad y hete aquí que el dueño del restaurante chino era un japonés, y había una caipirinha mucho más rica que la de los propios brasileños.
Acá en mi patria, trabajando, cuando vino una delegación japonesa interesada en comprar productos nacionales, ninguno hablaba español, y el traductor era un japonés, floricultor del barrio de Mujica, aunque en ese entonces Mujica ya no estaba en el ramo, valga la redundancia, porque era en la época en que no lo conocíamos ninguno de nosotros y no estaba en el ramo, porque estaba mirando el campo a cuadritos, preso en la época del mal llamado, gobierno cívico militar, digo mal llamado cívico, porque era militar y no era gobierno, sino una dictadura, pero a las cosas hay que llamarlas de la forma en que la gente las entienda.
Hice buena relación con el traductor, hombre viejo, que había venido a nuestra tierra mucho antes de la segunda guerra mundial y encontró su ocupación con otros coterráneos suyos cultivando flores.
Hablaba español, con muy poco acento, tipo media lengua que ni se le notaba y el como prueba de ellos me día “yo ser uruguaio que no ni no”.
Cuando la Segunda Guerra hicieron como que lo internaban a él y a los suyos, pero no los internaron nada y los dejaron tranquilos cultivando la tierra, inclusive tuvo que ir a Buenos Aires por un tema familiar y lo hizo sin ningún inconveniente, para salir de Uruguay, ni para ingresar a Argentina, ni al volver a ingresar a nuestro país.
Él me explicaba que un uruguayo, muy trabajador, lo hace de sol a sol, pero él como buen japonés lo hacía de lucero a lucero, o sea que entre pitos y flautas trabajaba unas cuatro horas más por día, que el más trabajador de los nuestros, pero era feliz, de poder trabajar y que su trabajo le rindiera lo suficiente como para vivir bien.
El resto de la delegación siendo japoneses de Japón, no extrañaron para nada el pescado, ni el sake (el licor hecho con la fermentación del arroz), porque le entraron al asado como buenos gauchos de ley y el whisky como si fueran cow boys llegados del desierto y muertos de sed.
No tuve ningún intercambio con ninguno porque ellos no entendían nada y escuchaban exclusivamente al ingeniero agrónomo y la versión japonesa, que les pasaba el florista y dibujaban sus arbolitos en una libreta a una velocidad casi taquigráfica.
Lo que noté por cierto es que en su país de origen debe de haber escasez de agua no por el hiper consumo de whisky sino por el no uso de la cisterna de los baños, que era una cosa bastante insoportable para mí, en el caso de ellos, parece que la costumbre es esa.
Lo de donde fueres haz lo que viereis, no corrió en el tema wáter closet cisterna, pero con el whisky y con el asado aprendieron rápidamente.
Linda gente de ojos rasgados, que todo sea para bien…
Si, los chinos empezaron con las tintorerias despues con el tenedor libre todos los restoranes que ponian los chinos con un solo precio te comias de todo…