16 diciembre 2024
GALERÍAS

Juan Gelman

La revolución cubana trajo nuevos aires a toda América y Gelman comenzó a percibir que la lucha armada era el medio para llevar adelante la revolución. En 1963, durante la dictadura de Guido, varios escritores, Gelman entre ellos, fueron a la cárcel por pertenecer al Partido Comunista. Alejado del Partido Comunista, en 1967 se une a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), hasta 1973 en que se fusionan con el grupo Montoneros. Durante esa etapa fue condenado a muerte por la Triple A. Cuando se produce el golpe militar de 1976, él se encuentra en el exterior denunciando las violaciones a los derechos humanos que se producían en su país. Ese mismo año son secuestrados su hija, su hijo y su nuera que se encontraba embarazada. Gelman se exilia en diferentes países europeos y americanos hasta que viaja a México donde fija su residencia. En 1979 deja la organización Montoneros y publica en Le Monde las razones de su disidencia. Los Montoneros lo tachan de traidor y nuevamente es condenado a muerte.

Durante todo su exilio mantuvo una firme lucha y denuncia de las atrocidades que se producían en la Argentina. Gracias a su trabajo, fueron las condenas que recibió la dictadura argentina de varios presidentes, como François Miterrand de Francia o el sueco Olof Palme.

Con la vuelta a la democracia en su país, Gelman no puede regresar inmediatamente porque se encuentra requerido por algunas acciones cometidas por los Montoneros mientras él militaba en la organización. Hasta 1988 no puede regresar a su país y recién en 1989 es indultado por el presidente Menem. Empieza a buscar a sus hijos y su nuera. El cuerpo de su hijo es identificado en el fondo de un río de la provincia de Buenos Aires. Se entera que su nuera había dado a luz pero no sabe dónde ni el destino de su nieta. En el año 1998 conoce que su nuera fue trasladada dentro del Plan Cóndor a Uruguay y que había dado a luz en el Hospital Militar. Pide a los gobiernos argentino y uruguayo que investigaran pero el presidente uruguayo Julio M. Sanguinetti se negó a realizar cualquier tipo de investigación. Gelman promovió una campaña de prensa denunciando al presidente uruguayo, que fue respaldada por muchos intelectuales de todo el mundo y que recibió más de 100.000 firmas brindándole apoyo en su búsqueda. Finalmente -como el mismo contó en una entrevista concedida al programa Carne Cruda de Radio Nacional de España en 2011- gracias a todo lo publicado en la prensa un ciudadano de Montevideo, vecino de una familia que en la época en que había nacido su nieta, había recibido un bebé de forma bastante extraña, se puso en contacto con Gelman y le brindó la información. La niña era su nieta y contaba con 23 años, cuando en el año 2000, se reunió por primera vez con su abuelo. La nieta que había vivido hasta entonces con la familia de un policía de quienes creía que era hija legítima, decide cambiarse los apellidos y adopta los de sus padres biológicos, pero mantiene el nombre dado por la que hasta entonces había sido su madre. Gelman continuó buscando el paradero de su nuera y denunciando la situación de su nieta. En 2011 la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Uruguay por el caso Macarena Gelman a quien tuvo que pagar una indemnización y obligó al Estado a investigar sobre el paradero del cuerpo de su madre. Al día de hoy las investigaciones no han arrojado resultados positivos y Juan Gelman ha muerto sin poder saber qué pasó con su nuera.

Todos estos avatares no lo apartaron nunca de la poesía, ni del periodismo. Su poesía está impregnada de sus vivencias y reflejan la realidad de la época que le tocó vivir. Su poesía ha sido reconocida en todo el mundo y ha recogido muchos premios, pero el más importante de los premios recibidos es, sin duda alguna, el premio Cervantes. En el discurso de aceptación de dicho premio denuncia que …“cada tres segundos y medio un niño menor de 5 años muere de enfermedades curables, de hambre, de pobreza. Me pregunto cuántos habrán fallecido desde que comencé a decir estas palabras. Pero ahí está la poesía: de pie contra la muerte.” Más adelante reivindica la recuperación de la memoria ….“Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero. La memoria es memoria si es presente y así como Don Quijote limpiaba sus armas, hay que limpiar el pasado para que entre en su pasado. Y sospecho que no pocos de quienes preconizan la destitución del pasado en general, en realidad quieren la destitución de su pasado en particular”.

Eduardo Galeano a modo de despedida publicó en Página 12, el periódico en el que escribía Gelman:

“Hace poquitos días, hablando del gordo Soriano y del negro Fontanarrosa, dije, o más bien comprobé:
–A veces, la muerte miente.
Y ahora, lo repito: miente la muerte cuando dice que Juan Gelman ya no está.
Él sigue vivo en todos los que lo quisimos, en todos los que lo leímos, en todos los que en su voz hemos escuchado nuestros más profundos adentros.
Nunca encontraremos palabras que expresen nuestra gratitud al hombre que fue muchos, al que fue nosotros y nosotros seguirá siendo en las palabras que nos dejó.”

Hace unos meses, ya presintiendo la cercanía de la muerte Gelman le dedicó este poema a Joaquín Sabina, poema que le entregó en secreto.
“Cada día/
me acerco más a mi esqueleto./
Se está asomando con razón./
Lo metí en buenas y en feas sin preguntarle nada,/
él siempre preguntándome, sin ver/
cómo era la dicha o la desdicha,/
sin quejarse, sin distancias efímeras de mí”.
“Ahora que otea casi/
el aire alrededor,/
qué pensará la clavícula rota,/
joya espléndida, rodillas/
que arrastré sobre piedras/
entre perdones falsos, etcétera./
Esqueleto saqueado, pronto/
no estorbará tu vista ninguna veleidad./
Aguantarás el universo desnudo”.

Juan Gelman sobre la poesía

Un comentario en «Juan Gelman»

  • Un verdadero león de estos tiempos, buena persona, gran escritor y periodista y sobre todo fue un tipo honesto con sus ideas, nunca ocultó que hizo ni dejo de hacer ni lo que pensaba, él ganó un premio Cervantes que es como un Oscar para los escritores, algo que dejó muy contentos a sus familiares y amigos y recalientes a los contras de su país.

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