La fabulosas Perseidas 2017

Como muestran las imágenes, la pasada semana se registró uno de los más bonitos fenómenos cósmicos que pueden verse desde la Tierra. Esta lluvia de meteoros, que generalmente cae en las segundas semanas de agosto proviene de un cometa descubierto en 1862 que demora 135 años en orbitar nuestra principal estrella.

Las popularmente conocidas como las lágrimas de San Lorenzo, son un fenómeno cósmico de lluvia de meteoros de actividad alta. Los meteoros alcanzan una velocidad de 59 km/s creando un gran espectáculo espacial en el radio de la constelación de Perseo.

El nombre de las lágrimas de San Lorenzo proviene de la tradición católica pues este fenómeno se produce en la cercanía del 10 de agosto, que es el día de este santo.

En la Edad Media y el Renacimiento las perseidas tenían lugar la noche en que se le recordaba, de tal manera que se asociaron con las lágrimas que vertió San Lorenzo al ser quemado en una parrilla.

El cuerpo progenitor de las perseidas es el cometa 109P/Swift-Tuttle. Descubierto por Lewis Swift y Horace Parnell Tuttle el 19 de julio de 1862, posee un diámetro de 26 kilómetros y su órbita alrededor del Sol tiene un período de 135 años.

Su última aparición tuvo lugar en 1992, produciéndose en 1993 un pico de actividad con THZ 300. Desde entonces, la actividad ha descendido progresivamente hasta el nivel normal de la actualidad.

En 2009, hubo un paso hacia una corriente de detritos de mayor densidad poblacional, por lo que la THZ fue de 173.

Este fin de semana, las Perseidas, la lluvia de estrellas fugaces más populares en el mundo, estuvieron en su punto máximo, tal y como pronosticó la agencia NASA, convirtiéndose en un espectáculo que pudo ser disfrutado mejor en el hemisferio norte.

Las Perseidas, conocidas también como las lágrimas de San Lorenzo, son una lluvia de meteoros que se dan anualmente en el mes de agosto. Este año coincidió con un brillante luna, que evitó que sea vea en su máximo esplendor.

Pese a ello, según la NASA, se vería aproximadamente la mitad de los meteoros, y dado el brillo de las Perseidas y la cantidad, seguiría siendo un espectáculo cósmico digno de ver.