La gente dijo Basta!!!

Un homicidio más provocó una movilización popular, espontánea, que hizo perder, por primera vez, el monopolio de la protesta callejera a los gremios o a algún sector político.

• Lomo de Cerdo con Manzanas
• La Tierra se preparará para recibir una segunda luna: un fenómeno efímero y fascinante
• Tarta de choclo
• Faldas con blusas sin mangas la combinación del 2024
• Flan de café para horno microondas

Parecía que las marchas callejeras, eran monopolio de las gremiales politizadas o de los partidos que hoy ostentan el poder.
Léase y entiéndase claramente como lo escribo yo, “ostentan”, que lo ganaron en buena ley y no “detentan”, que lo hubieron indebidamente.
Una señora desconocida para la mayoría de la gente, la cual se encuentra especializada en publicidad en redes sociales, estando a lo informado por el Observador del 14 de mayo ppdo., leyó una proclama de su autoría y a partir de entonces paso a ser “La proclama”.

Dicha Proclama tuvo como tema el reclamo de más seguridad, que según unos la marcha contó con 1.000 o 2.000 o más personas, que adhirieron al acto de la lectura, en la Plaza Independencia, cortando el tránsito, frente a lo que hoy es la sede del Poder Ejecutivo (ex Proyecto de Palacio de Justicia).

La cantidad no importa, sean más o menos, lo que importa es el hecho de dejar de lado la tranquilidad del oriental y salir a la calle a manifestar su repudio.
No hubo convocatoria, no hubo banderas partidarias, ni sindicales, excepto el pabellón nacional, el de todos los orientales.

Nadie hinchó el lomo, ni se golpeó el pecho, como triunfador y la única oradora, con algunos amigos al terminar el acto se fueron humildemente a una pizzería de la vuelta, se comieron unas pizzas, unos fainás y se tomaron unos vasos de cerveza, aunque después del acto, se les tendría que volver a llamar “cívicos”, como se les llamaba antes.

Esto de tomar unas cervezas, pareciera que les molestó a los dolidos por el resultado de la movilización popular sin campañas ni convocatorias publicitadas por los diversos medios, inclusive oficiales, como se estila Antel mediante en los últimos tiempos.
Todo empezó, según valores de recibo, con dos menores que entraron a La Pasiva de 8 de Octubre y Garibaldi, (donde estaba el viejo, querido y pituco bar Sirocco), mientras un mayor hacía de campana en la puerta.

Los menores saltaban el mostrador como si fueran gatos y sus movimientos, que todos vimos por televisión hasta el cansancio, eran ágiles y en ningún momento denotaban que alguno estuviera bajo los efectos del alcohol o de las drogas.
El mozo de barra a requerimiento, le dio una bebida refrescante a uno de los asaltantes y este lo mató a quemarropa con un tiro certero.

Rescataron el botín y se fueron.
Este hecho provocó la indignación de siempre y la policía actuó rápidamente y en poco tiempo, detuvieron a los dos rapiñeros y al campana.
Son como los perros que no pueden jugar al truco porque cuando ligan bien mueve la cola y estos agarran guita y salen a patinarla y son una cosa fácil para la policía.
El Presidente de la República, que le gusta mucho utilizar los medios de comunicación, se apresuró a decir que era un ajuste de cuentas.

Claro que al intervenir la justicia, los menores declararon, así como el mayor y resultó que el asalto había sido entregado por una ex empleada de la empresa, la cual había sido despedida un par de días antes.

La consigna de los que actuaron como sicarios, era que debían matar al encargado y el mozo de barra que alcanzo la bebida sin alcohol, era una persona que para su desgracia, estaba en el peor lugar, en el peor momento.

El asesino, por su pobre cultura y no haber trabajado nunca en nada bueno, no sabía distinguir un encargado de un mozo de barra.
Simplemente, cumplió con la cuota de sangre que había exigido la entregadora, pero con sangre de otra persona.

Asimismo el nivel de la entregadora tiene bastante que ver, había trabajado 4 o 5 días en La Pasiva y fue echada, cosa que le sirvió para pergeñar el homicidio del encargado, como venganza y cobró como víctima a un padre de cinco hijos.
También trascendió que las armas habían sido arrendadas por los malhechores a un sujeto del ambiente.

No trascendió si fue preso el arrendador o no.
La peor parte de las penas la llevarán la entregadora y el mayor que estaba de campana y los menores la sacarán más barata, unos cinco años de detención, si no se fugan antes o se matan entre ellos en el cautiverio.

La vida en la sociedad en que vivimos no vale nada.
Por trabajar cuatro o cinco días y ser despedida, el odio la llevó a contratar a este sicario para asesinar al empleado que la despidió, el precio fue el botín obtenido.
El Presidente de la República tiene los ministros que son los fusibles de los malos actos de gobierno.

Cuando pasa algo irregular no tiene que renunciar el Presidente sino los que se tienen que ir son los Ministros del ramo.
El Presidente está para gobernar y no para calificar el acto de unos vulgares rapiñeros asesinos, como un “ajuste de cuentas”, dándole una jerarquía que no tiene una rapiña.
De que cuentas estamos hablando, las del mozo que le sirvió el refresco al asesino.
No tenían nada en común.

Los delitos son y serán calificados por los jueces de la República que son idóneos en la materia y poseen la facultad jurisdiccional.

El texto de la Proclama empieza con una cita del Dr. Martín Luther King Jr un pastor, cuya trayectoria fue objeto de un artículo en Personajes de la Historia en este mismo medio, el cual fue asesinado cuando daba un discurso y sabía que lo iban a asesinar en el momento de decirlo.
Es lo que tiene, la democracia, que a veces debe ser regada con sangre inocente para que perdure.
La cita en La Proclama fue “Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos”, frase que molesta mucho a los que hacen la plancha, mientras otros caen bajo el fuego de los asesinos.
Dicha cita fue complementada con una de don José Artigas, “Nada podemos espera sino de nosotros mismos”.

Expresó el objeto de la reunión el cual consistía en expresar la indignación e impotencia del pueblo, que se siente avasallado por la violencia de los malvados y siente que lo que se está haciendo para evitarlo está lejos de ser efectivo.
Hace un balance las rapiñas y de los cientos de homicidios.
Aclara cual fue el detonante de la marcha, la filmación del asesinato del mozo de barra de La Pasiva, pero hace saber que el hecho no fue excepcional, sino que ocurre a diario con la misma o mayor crudeza.

Se preguntó donde estaban las organizaciones del PIT CNT que teóricamente defiende a los trabajadores y en estos hechos mira para otro lado.
Paros por obreros muertos en accidentes laborales son comunes pero se pregunta dónde están los paros por los trabajadores, los obreros, los comerciantes, los policías muertos y que mueren todos los días a manos de la delincuencia desenfrenada.

Se pregunta donde están los derechos humanos y las organizaciones que abogan por tales derechos de estos obreros muertos por la delincuencia.
Y siguió haciendo referencia a las carencias, que padece la sociedad, en cuanto a los medios defensivos, que les tendría que dar el estado y la omisión en el cumplimiento de la obligación constitucional (art. 7) donde dice “los habitantes de la República tienen derecho a ser protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad”.

Sugiere al gobierno que el mensaje sea:
“Señores delincuentes sepan que este gobierno está para defender a los trabajadores honestos y que no dejaremos piedra sin mover, que los iremos a buscar y serán juzgados con todo el peso de a ley”.
Manifiesta su aspiración de vivir en paz, con trabajo, para tener y criar a los hijos, y sentirse parte del mismo país para todos los orientales y recrear un país vivible.
Sabe y lo dice que la tarea no es fácil y que las soluciones no son simples.
Recuerda que el gobierno tiene que tener presente que no todos somos iguales, que el honesto debe ser defendido y el deshonesto perseguido, el trabajador alentado y el parásito desalentado, que no todo se arregla con dinero y que es necesario recuperar la cultura del esfuerzo, del respeto, la educación y el trabajo.

Volver a lo que una vez fuimos.
La pérdida del protagonismo de las organizaciones sociales y de los partidos se vio cuando algunos integrantes de partidos de gobierno y de organizaciones gremiales presurosos y a título personal, trataron de ascender al ómnibus que ya ha emprendido la marcha.

El camino es arduo y requiere el esfuerzo de todos los orientales que se sientan dignos de ser hijos de esta patria de Artigas.
Señores Gobernantes, señores políticos de todos los partidos, señores sindicalistas, señores malhechores, no olvidéis que el pueblo ha dicho BASTA!!!
Que todo sea para bien.