La ‘Rata’ desfila para Chanel

Con su paso, ella es un ejemplo de lo que debería ser una buena actitud frente a la vida. Molly Bair, aunque no entra en el estereotipo de las modelos convencionales, es patrocinada por las marcas más prestigiosas de la industria de la moda, que apuestan a la belleza.

De cómo es el ser humano Molly Bair poco podemos informar pues no la conocemos, sin embargo me arriesgo en adelantar que en el mundo del espectáculo como en la vida, si no hay belleza, no triunfas. La belleza es tu todo, es lo que primero se ve por fuera, pero lo que te sostiene es lo que llevas por dentro. A Molly, como a la amplia mayoría de chicos y chicas que NO han tenido la fortuna de salir con el molde de la ‘carrocería perfecta’, tienen más dificultad para transmitir su belleza. Y Molly, nos da esperanza al resto de los mortales de que todo es posible, si estas dispuesta o dispuesto a pagar el precio.

¿Cuál es ese precio?

Todo en la vida tiene un precio. La vida siempre te pide, si tú quieres algo, debes de dar algo a cambio. Tu trabajo, tu esfuerzo, tu tiempo, tu dinero…algo debes de dar a cambio. Y mucho más la vida te exigirá, si ese algo vale la pena que lo tengas. NO estamos diciendo que las chicas que califican en un 100% con el estereotipo para ser top model, notengan que esforzarse para llegar; ¡claro que sí! Y cuanto más arriba están, más esfuerzo se les exige. Los patrocinios son por contrato, y las empresas contratan solo a profesionales, o sea que, aparte de transmitir belleza, las modelos deben transmitir los objetivos que las marcas contratantes esperan.

Teniendo en cuenta el precio que paga por ejemplo Alessandra Ambrosio, Adriana Lima, Kendall Jenner, Gigi Hadid, y tantas otras top model, que irradian belleza desde el primer segundo que se muestran, piensen el precio que está dispuesta a pagar Molly Bair para estar en el mismo lugar que ellas Molly, que desde chica en la escuela lo mejor que la trataban era de ‘rata’.

En un artículo anterior; Del ‘Bullyng’ a estrella en las pasarelas, ya comenzábamos a conocer a Molly Bair.
Si a ti desde chica, tus compañeras de estudios te han llamado desde alienígena, rata, mantis religiosa, gremlin, duende, demonio, goblin, etc, etc, etc, y tú nunca te lo has creído. Y aún a pesar de ello, has seguido con tu vida luchando por lo que quieres, puedes convertirte en otra Molly. Porque es casi seguro, que Molly haya tenido más de una compañera de clase, que quizás fuera bellísima físicamente, y que quizás también se haya burlado más de una vez de ella, pero…

Quien ríe último ríe mejor, dice el dicho popular, y la mejor venganza es el éxito decía Frank Sinatra, que por cierto era feucho.