La verdad y la justicia es una cuestión de ética
“Si no admitimos que alguien robe una cartera, menos podemos admitir que se torture, se desaparezca, se viole, eso es una cuestión de ética”, señala el fundador de SERPAJ, Efraín Olivera Lerena.
“¿Si va a haber verdad y justicia?: no lo sé porque no depende de nosotros, depende de los que tienen el poder en sus manos.”
Por Iara Bermúdez y Waldemar García
En el año 1981, se funda en nuestro país SERPAJ (Servicio de Paz y Justicia), una organización que trabajaba por los derechos humanos en varios países de América Latina y estaba en pleno desarrollo. El Reporte entrevistó esta semana a uno de los fundadores de la organización en Uruguay: Efraín Olivera Lerena. En plena dictadura fundar una organización que defiende los derechos humanos es como poco un acto de gran valentía, si no un acto de locura. Hoy a casi 35 años de su fundación sigue aportando valores a nuestra sociedad, sigue luchando por los derechos de los uruguayos y buscando la justicia. Olivera nos cuenta en pocas palabras como ha sido la historia de esta organización y cuáles son los objetivos de hoy. De la polémica con el Ministro de Defensa no habla porque se ha publicado un comunicado de prensa el 29 de diciembre y esa es oficialmente la posición de SERPAJ.
El Reporte.- ¿Cuándo se fundó SERPAJ y desde cuando está Ud. en la organización?
Efraín Olivera.- Yo soy uno de los fundadores. En 1980 le dieron el Premio Nobel de la Paz a un argentino que yo no sabía ni que existía, que era Pérez Esquivel. Aquí a pesar de tanta censura se filtró un poco la noticia, entonces yo pensé si por casualidad no se podía aprovechar ese pequeño “boom” para hacer acá algo parecido. Entonces hablé con diferentes personas, personas importantes, proponiéndoles hacer algo así.
Hablé con cada uno por separado, con todo el sigilo que requerían los tiempos, y las 4 ó 5 personas me dijeron lo mismo: “que interesante la propuesta, pero yo no veo posible concretarla en esta situación”. La cosa quedó ahí pero como un mes después me llamó Perico (Luis Pérez Aguirre), “¿te acordás lo que me propusiste la vez pasada? Sabés que recibí una carta de un conocido, un sociólogo uruguayo que está trabajando con Pérez Esquivel y nos sugiere fundar un SERPAJ acá, que nos pueden ayudar” –
Un apoyo que nadie sabía hasta qué punto podía ser útil en aquellos tiempos. Entonces sucedió que no actuamos como uruguayos, que a todo le buscamos 4, 5 o 10 patas, buscamos todas las dificultades. Dijimos no hacemos mucho de esto, pero parece que nos sirviera, si con el tiempo vemos que no es útil ya habrá tiempo de dejarla. Decidimos meternos en esto. Tratamos de difundir mucho en el exterior para tener un gran respaldo moral desde el exterior, cosa que se dio y que fue muy útil. Había amigos que nos decían: “Durarán 15 días”; duramos 2 años antes de que nos cerraran. Se invitó a una cuantas personas, todas conocidas, porque no queríamos que viniera alguien que dijera: “que buena idea”, pero que no se supiera quién era ni que había detrás. Preferimos que fuera gente conocida, que supieran que podía correr riesgos, si había parejas que tuviera niños chicos que solo estuviera uno solo de los dos, acordamos que cuando saliéramos lo haríamos públicamente, que no íbamos a ocultar nada, que teníamos que conseguir un local, que estaría bueno que estuviera detrás de una institución para estar un poco más protegidos y ahí uno de los compañeros, que era el Yolo Mosca (Jesuita, como Perico) consiguió una pieza en lo que había sido un colegio de monjas en Gral. Flores a 3 ó 4 cuadras del cuartel de Blandengues y nos instalamos allí. La idea era preocuparnos por todos los derechos humanos y la paz, sabiendo que no podíamos ocuparnos de todo. Enseguida vinieron familiares de desaparecidos, de presos políticos a ver si podíamos hacer algo. Decidimos no quedarnos solo en eso, la idea era que hubiera un área dedicada a ese tema, los presos y desaparecidos; otra parte se dedicaba a salud; otra parte a educación, que funcionó poco; otra parte de apoyo a los gremios nacientes. En tiempos del Cnel. Bolentini en el Ministerio de Trabajo, por presiones de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) se autorizó a que funcionaran lo que se llamaban Asociaciones Profesionales, tanto patronales (que nunca habían dejado de funcionar) y de trabajadores que tenían que ser por empresas, se preveía, pero nunca funcionó, que podía haber por rama por actividad y que hubiera algo a modo de central que tampoco nunca funcionó. A la gente que quería trabajar en esas asociaciones le hacían la vida casi imposible, por supuesto no podía participar ningún sindicalista viejo porque estaban presos o en el exterior o tenían la categoría C (que los inhabilitaba para cualquier tipo de actividad pública). Pero a la gente joven que no tenía nada de eso igual la despedían. Muchas muchas dificultades, nosotros tratamos de apoyar eso. Recuerdo que se hicieron 2 libritos. Uno se llamaba “Cuando se juntan los Pereyra”, era una historieta en blanco y negro que pretendía facilitar el diálogo entre trabajadores. En aquella época con aquel temor la gente no hablaba con sus compañeros de trabajo, al menos no de temas de solidaridad. Los Pereyra se juntaban a comer los domingos y entonces hablaban de cosas que pasaban en la fábrica. La otra se llamaba “Se necesitan jugadores” se trataba de armar un cuadro de fútbol, pero trataba de otra cosa, de juntarse con gente y tuvo mucha trascendencia para lo que era porque no había nada más que eso. Cerca de los 2 años pasó la Operación Morgan, aquí cayó gente joven del partido Comunista, fueron torturados, violados, y nosotros denunciamos eso, sobretodo al exterior, acá quien iba a publicar algo. Y aparentemente sirvió para que la tortura parara con esos jóvenes pero quedamos más marcados, entonces a Perico le pasaron el dato de que nos iban a cerrar. Entonces pensamos vamos a morirnos haciendo algo que valga la pena. Nos preguntamos ¿qué podemos hacer con la poca fuerza que tenemos? y surgió la idea de hacer un ayuno, que en Uruguay no era nada común los ayunos, se nos criticaba mucho el tema religioso. Pesamos que empezara a principios de agosto y se llamara a la gente para que el 25 de agosto se reunieran y se conversara sobre las posibles salidas para Uruguay, si querían que mandaran cartas sin firma al gobierno, que si mandaban cartas del exterior que las mandaran a las embajadas, porque si no llegaban y las rompían y las tiraban a las basura, en cambio si la mandaban a las embajadas tenían que abrir un expediente y al menos se hacía más bulla. Todos los compañeros y compañeras queríamos participar en ese ayuno y recibimos un consejo muy bueno de los compañeros de Buenos Aires, que nos dijeron que habían hecho un ayuno en condiciones mucho menos duras que las nuestras y terminado el ayuno la gente que ayunaba caminó por la calle y los del grupo de apoyo nos caíamos de sueño y cansancio, entonces “pongan la menor cantidad de gente a ayunar y la mayor cantidad de gente para el grupo de apoyo, que nunca va a ser suficiente”. Al final decidimos que ayunaran solo 3 compañeros religiosos; 2 curas: José Osorio y Perico Pérez Aguirre y Ademar Olivera, que era pastor metodista. Los demás todos apoyamos de distintas maneras. Se difundió bastante, por ejemplo un día prohibieron entrar diarios argentinos y brasileros porque hablaban de eso. El semanario Aquí que era de la Democracia Cristiana publicó unas cosas sobre el ayuno y no lo dejaron salir. Al final cortaron las páginas con tijera a toda la edición que era de 2000 ejemplares pero la voz se corrió. Venía mucha gente, no toda creyente, porque SERPAJ es una organización de inspiración cristiana pero no es un organismo religioso. Vino mucha gente hasta que al final a los 5, 6 o 7 días rodearon la manzana y vino la policía y nos dijeron que no iban a impedir que estos compañeros siguieran ayunando pero que la gente que estaba dentro si salía de la casa no podía volver. Nosotros habíamos pensado que si pasaba algo parecido nos íbamos a otros locales y decidimos salir de allí y que quedara el jesuita Yolo Mosca quedara ahí solo con los ayunantes. Fuimos a la Parroquia de La Teja y cuando llegamos estaba un Volkswagen con los milicos parado en la puerta y fuimos a otro lugar y también. Entonces seguimos y la gente que venía antes a estar adentro, venía igual y como no podía entrar, se quedaba en Gral. Flores en medio de la calle, a veces era tanta gente que paraba el tránsito. Una vez se llevaron a todos, trecientos y pico, los llevaron a Granaderos en Magallanes. Después los soltaron a todos, pero los tuvieron varias horas ahí. Hasta el 21 de agosto la gente venía, cantaba, rezaba, estaba ahí, hasta que el 25 salimos y fue a acompañarnos un diplomático francés y un periodista inglés, los llevamos a la Parroquia Peñarol y el local quedó cerrado varios días, al final nos dieron la llave pero primero se llevaron todo lo que había. El Ministro del Interior anunció por radio que se disolvía esta organización y se prohibía su funcionamiento. Igual seguimos trabajando, ya durante el ayuno, entre la gente que venía a acompañar vinieron también algunos políticos, recuerdo a Tarigo y a Zumarán. Y se había formado un ámbito que le decían “La Intersectorial” en que estaban los partidos políticos todos, legales e ilegales, el PIT naciente, la ASCEEP (Asociación de estudiantes) y SERPAJ, y nos reuníamos en el Club La Estacada. Hacíamos chorizos y como que estábamos festejando algo. Le llamábamos la “interchorizada” y eso funcionaba más o menos porque la gente iba por los partidos políticos pero no los representaba, no podían tomar compromiso en nombre de los partidos. Después del cierre de SERPAJ empezó a funcionar realmente la intersectorial con gente de los partidos con representatividad, fue muy interesante eso. Después se invitó a FUCVAM (Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda de Ayuda Mútua) y funcionamos bastante bien. Se hacían volanteadas relámpago. Los volantes lo imprimía una editorial. En ese tiempo había pocas maquinas offset y todavía había mimeógrafos, entonces le ponían querosene a la tinta para que saliera feo y pareciera que era impreso en un mimeógrafo. Esta gente era la de Banda Oriental que colaboraban bastante.
Cuando escuchamos el anuncio de que nos cerraban hicimos algo que teníamos previsto. Fuimos a hablar con gente notable para pedirle que si no podíamos seguir que siguieran ellos. Nos dividimos en grupos, conmigo salió Marta Delgado, fuimos a ver el encargado de negocios de la embajada de Francia, estuvimos con el arzobispo Partelli, estuvimos con el Dr. Canabal, abogado muy reconocido del partido Nscional y otros compañeros hablaron con otros y le planteamos que hicieran eso, no por nosotros sino por el país. Y formaron la Comision Nacional de Derechos Humanos, que la formaron diferente que SERPAJ, era gente de partidos políticos. Estuvo ahí Chiarino, uno de los más jóvenes era Zumarán, que trabajó mucho. Nosotros después les ofrecimos hacerles como una secretaría. Ellos no querían recibir plata de nadie, nosotros tampoco recibíamos mucho, pero no tenían nada más que una máquina de escribir vieja. Entonces abrimos un localcito cerca de la pza. Independencia como secretaría de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, con Perico y 2 ó 3 compañeros más. Una de las cosas más importantes que hicimos fue en el caso Roslik, el último muerto de la dictadura. Nos llamaron por teléfono, que había llamado una mujer de San Javier, Mirtha Sabelín, que recién habían matado a Roslik. Vimos que teníamos que ir allá. Hablamos con la gente de la Comisión, llamamos al cuartel de Fray Bentos y nos dejaron colgados y decidimos ir. Hablamos con Fernando Urioste, el abogado y dijo que si que iba y fuimos con él con Marta nuestra compañera y con 2 periodistas que no voy a decir quiénes son. Fuimos primero a Paysandú, hablamos con Araujo un cura amigo nuestro que nos indicó algunas cosas, fuimos al diario El Telégrafo que nos hicieron caso y nos fuimos a San Javier. Llegamos de noche y con niebla. A Roslik lo habían enterrado hacía unas horas. Estuvimos con la viuda, María Zabalkin que nos contó lo que había pasado y Fernando Urioste hizo un acta como abogado y volvimos a Montevideo con bastante miedo. Enseguida esa acta se le entregó a la Comisión e hicieron un comunicado que los milicos no se esperaban. Se contó cómo había sido la muerte de Roslik, había un médico, el Dr. Sainz del cuartel que había hecho el acta de defunción y era todo mentira. Este médico sigue viviendo en Fray Bentos. Eso se publicó y tuvieron que cambiar el libreto los milicos. Al mes de la muerte fue mucha gente de acá, se hizo un homenaje en el cementerio de tal forma que no pudieron tapar como había sido la cosa, pero al Capitan Caubarrer nunca le pasó nada, al médico tampoco.
ER.- ¿Cuando cerraron SERPAJ fue alguien preso?
EO.- No nos pasó nada y no sé porqué. Pienso que gracias que teníamos bastante difusión en el exterior, vinieron muchas cartas. Tuvimos mucho apoyo internacional.
ER.- ¿Cómo se financiaba SERPAJ al principio?
EO.- Al principio no se financiaba, no creíamos necesitar plata. Yo unos años antes había ido a Europa por Emaús y algunos compañeros de Suecia nos ofrecieron plata para los presos, pero le tuvimos que decir que no porque no teníamos como hacersela llegar. Después yo volví en el año 1981 también por Emaús y les dije a los compañeros que había cosas que cambiaron, “la dictadura sigue igual pero hay dos vías para lo que nos propusieron antes: una es Caritas Uruguaya que ha encontrado una vía para hacer llegar tabaco y comida a los presos y presas; y otra es que acabamos de fundar SERPAJ. Ahora si aceptamos alguna plata y nos dieron 2.000 dólares que era más que ahora y eso no fue para funcionar SERPAJ sino para hacer llegar comida a los presos y para eso se usó. Un tiempo después llegó a Uruguay una representante de la Acción Ecuménica Sueca, una asociación de iglesias libres. Ella nos ofreció un apoyo económico, nos mandaron una fotocopiadora, una máquina de escribir y otras cosas. Después nos dieron algo de plata para funcionamiento. Había un compañero que hacia la parte de información al que le pedíamos que trabajara más, pero trabajaba de profesor y hacía muchas horas. Entonces con ese dinero le dijimos que dejara algunas horas del liceo y se las pagamos, y a 2 compañeras les pedimos que estuvieran algunas horas diarias en la oficina. Asi fue como empezamos a financiarnos a través de esta gente que durante muchos años fue la única entrada que tuvimos.
ER.- ¿Y SERPAJ Argentina que había instado a formar SERPAJ aquí, no colaboraba?
EO.- Teníamos muy buenas relaciones pero no económicas. Pérez Esquivel estuvo aquí alguna vez. Cuando el ayuno quiso venir pero no lo dejaron entrar al país.
Con el tiempo nos apoyó otra organización que se llamaba Pan para el Mundo, de Alemania, que ya no nos apoyan más. Ahora ya no tenemos casi apoyo de nadie porque ellos apoyaban porque Uruguay estaba en problemas, ahora apoyan a gente de otros países no a nosotros. Lo de los suecos, la última ayuda que hicieron antes de irse fue para comprar esta casa, pero ya en ese entonces no nos daban nada para funcionar.
ER.- ¿Cuándo fue eso?
EO.- Hace más o menos 20 años.
ER.- ¿Entonces quién ayuda a SERPAJ para funcionar? ¿Las publicaciones dejan algo?
EO.- No tenemos plata para publicaciones. El informe anual que publicamos desde el 1988 lo sacamos todos los años menos el año pasado porque no teníamos recursos. En 2012 conseguimos la plata a último momento y ahora también estábamos en la misma y apareció la Fundación Rosa Luxemburgo de la izquierda alemana y publicamos este libro que es de dos años.
Desde hace muchos años hacemos un trabajo para el INAU, de formación de jóvenes en las colonias, trabajan en panadería, carpintería, etc. para que tengan una idea de lo que es trabajar y aprendan algo y en eso trabajan 2 compañeros y algunos maestros que no son de SERPAJ. Eso lo paga el INAU y de lo que paga el INAU por ese trabajo, los compañeros donan una parte.
ER.- ¿Entonces de dónde saca Fernández Huidobro que SERPAJ se financia con Organizaciones que quieren desestabilizar el mundo?
EO.- Eso tendría que saberlo él, porque tiene los servicios para averiguar esas cosas, además en la página web de SERPAJ aparece la lista de todas las organizaciones que nos han apoyado a lo largo de toda nuestra trayectoria, pero no todas nos apoyan ahora ni todas nos han apoyado económicamente. La casa se llueve y no podemos arreglarla, hace unos años pudimos arreglar algo porque la Fundación Benedetti nos tiró unos pesos pero ya pasa agua otra vez. Por ejemplo la Fundación Adenauer nos financió un seminario sobre cárceles y la publicación de lo que se dijo ahí pero no pagó sueldos ni nos dio dinero para funcionamiento.
ER.- ¿En cuanto a los Derechos Humanos en Uruguay, este año (2014) se presentó el informe por parte del relator de la ONU ante la Asamblea General de este organismo, estamos bien?
EO.- En cuanto a las cárceles se ha mejorado mucho, en poco tiempo se hizo mucho, pero en cuanto a la impunidad me remito a la última nota de prensa que editamos:
… “Hoy como en el pasado no podemos aceptar la banalización del horror y de la impunidad, porque no nos hace bien socialmente, porque la democracia solo puede ser sólida y estable si se construye sobre la Verdad y la Justicia.
En este sentido queremos recordar nuevamente lo que afirma el Informe del Relator Especial sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, Sr. Pablo de Greiff: “Uruguay aún tiene un capítulo importante de su pasado reciente sin resolver adecuadamente. Avanzar realmente hacia el futuro y continuar en el camino del desarrollo supone necesariamente que los derechos a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición sean cumplidos. Esto es responsabilidad de los tres poderes que comprende el Estado”.
Por todo lo expuesto entendemos que la persona que ocupe la cartera del Ministerio de Defensa debe estar en consonancia con la sensibilidad y la idoneidad adecuadas para atender las demandas en relación con nuestro pasado reciente.”…
El informe de la Corte Interamericana de DD. HH. sobre el caso Gelman no se cumplió en su totalidad. En Uruguay se ha avanzado muchísimo en temas sociales aunque no se ha avanzado mucho en la inequidad, la diferencia entre los que tienen mucho y los que tienen poco no ha cambiado tanto, y en cuanto a impunidad no se avanzó.
ER.- ¿Por qué hay tanta diferencia con Argentina en cuanto a la impunidad y a los procesamientos de implicados en el Terrorismo de Estado?
EO.- Porque el gobierno quiso hacer justicia allá, cosa que aquí no ocurrió y es lo que estamos reclamando. Allá por un lado hubieron cambios en la cúpula del Poder Judicial y el Estado investigó y obligó a dar información, en Chile también.
ER.- ¿Podemos avanzar en los casos pendientes de terrorismo de Estado, o con la separación de la jueza Mota, de la fiscal Guianze, del fiscal Viana va a ser imposible?
EO.- Si creyera que no se puede hacer nada no estaría en esto, pero falta voluntad política, por ejemplo la falta de información por parte del Ministerio de Defensa. Cuando estaba la jueza Mota no la dejaron entrar al 300 Carlos, en el Batallón 13 con gente que había estado presa ahí. Después sí los dejaron entrar, pero no sabemos qué cambios se hicieron.
ER.- ¿Va a haber verdad y justicia en Uruguay?
EO.- Yo no puedo hacer futurología, puedo decir lo que deseo y lo que estamos trabajando. Estamos trabajando para que haya verdad y justicia. Si la va a haber o no, no lo sé porque no depende de nosotros, depende de los que tienen el poder en sus manos, es un tema de voluntad política, pero tengo esperanza de que en algo mejoren las cosas. Pienso que si todo se va a dar como queremos no puedo decir que sí pero tampoco es nada fácil. Seguiremos luchando.
ER.- ¿Es una estupidez buscar verdad y justicia?
EO.- Creo que no, es importante. Es importante por un lado para que no se repita y es importante por una cuestión de ética. Si no aceptamos que alguien robe una cartera, menos podemos aceptar que se haya torturado, desaparecido, violado, eso es una cuestión de ética.
Es un rememorar para los que vivimos eso años e informacion para los más jóvenes y mostrar las mentiras que es caoaz de decir Fernández Huidobro