La vida es un viaje en tren
La alegría compartida se multiplica y el dolor compartido se divide.
Nuestros hijos nos acompañarán un buen tramo del viaje y también nos darán felicidad con sus alegrías y sus triunfos, que los consideraremos como nuestros y así los disfrutaremos.
En algún momento podremos disfrutar de otros pasajeros que serán los hijos de nuestros hijos a quienes mimaremos y si hay que rezongarlos dejaremos que nuestros hijos lo hagan y nosotros los consentiremos.
Cuando nuestro asiento quede vacío tratemos de dejarles a los demás pasajeros un sentimiento lleno de bonitos recuerdos, que ellos disfruten con nuestra compañía en el viaje como nosotros disfrutamos la de ellos y entre la medida que nos recuerden seguiremos viajando en sus recuerdos, que es la única forma de permanecer vivos.
Nuestro viaje fue muy feliz, cosechando e impartiendo amor y cuando nos toque dejar el asiento que los demás nos recuerden por nuestra bella forma de ser, que no puede ser de otra forma, si nos comportamos como corresponde.
Sería una buena cosa para la humanidad encarar el viaje de esta forma, por el bien de los que se bajan antes y por los que siguen viajando y los que suban en otras estaciones.
El mundo sería mucho más fácil, feliz y la vida no sería un calvario para nadie.
Que todo sea para bien
Es jodido pero es eso el tren como la vida no te espera una vez que te bajaste no se para sigue andando con los que estan arriba esta bueno como reflexion de viernes.