Las cosas no son como son
Por COMOUSTÉ
Es cierto las cosas no son como son, muchas veces son mucho peores. Dígase lo que se diga, el hombre siempre fue un ser supersticioso, asustadizo y a lo que no le tiene miedo es lo peor, un género al que le debemos nuestro ser y lo pagaremos toda la vida y es algo así como el pedestal de un monumento o la lápida de una sepultura, no hay empate y ella es la mujer, propia, ajena, o la otra, la cuñada, la suegra, la vecina, la nena, la que sea, porque para el tipo todas las del mundo son pocas y una es demasiado, ¡¡¡ sí señor !!!.
Basta que un amigo le pregunte: “¿Qué te pasa? Te noto demacrado…”.
Pah…!!!Basta ese pequeño detalle, esa pregunta inocente y hete aquí que siempre fue ésta, la fórmula para arruinarle el día, la semana, el mes o el lapso que Ud. amigo se pueda imaginar, llegando hasta la vida entera.
Pero ahora, desde que se multiplicaron los manuales de divulgación científica, los libros de autoayuda y desde que las revistas traen, notas sobre el comer sano, el colesterol, la trombosis, la bendita úlcera al estómago, el cáncer y el dolor en el medio del pecho llamado por los que se creen que saben angina al pecho, le infaltable osteoporosis, el tipo vive desesperado.
Si el médico no le manda algún medicamento en la consulta, ese doctor es un burro, un bueno para nada y el gran médico es el que lo larga con docenas de recetas de medicamentos y órdenes de análisis de laboratorio.
Claro que habrá que ser un tipo muy, pero muy sano, para soportar todos los medicamentos que va a tomar, al cabo del día, más un antiácido, por ejemplo un omeprazol (si es marca, Carlos mirá que no estoy pasando un chivo), pero el antiácido es para evitar que no se le haga un agujero en el estómago con todos los ácidos que contienen esa caterva de pastillas, que lo tendrán ocupado al tipo y al estómago el día entero, mirando el reloj y buscando el vaso de agua para irlas tomando, a la hora señalada.
El empieza el día sacando la lengua frente al espejo, bajándose el párpado con el índice, para ver el color del forro del parabrisas del ojo y al apretarlo queda menos rojo, por la presión del dedo y entonces se pasa la película de que está corto de glóbulos rojos, anemia que le dicen, y si hay alguna telaraña en la córnea, sale como trompada para el oculista; en su examen matinal continua apretándose el costado, tomándose el pulso a cada momento y pesándose, en la mentirosa que está entre el wáter y el bidet o la bañera y la remata comprándose un aparato para tomarse la presión de mañana, al mediodía, de tarde y de noche o comprándose un reloj que cuenta y registra las pulsaciones y toma la presión cada cierto tiempo.
Tiene más chirimbolos que un buzo con escafandra y todo.
Pienso, pero no lo digo, para evitar un malentendido con este enfermo imaginario, que si piensa que con todos estos aparatos, va a tener mejor calidad de vida o vivirá unos días más de los que le marca el destino.
Tiene razón si piensa que tragar pastillas todo el día es calidad de vida o vivir el saldo de vida privándose de unos buenos asados bien ensillados y regados.
A papa hervida, sin sal por la presión, ni aceite por el colesterol, ¿será calidad de vida? ¿Vivir arriba de una balanza será calidad de vida?
Recuerdo un conocido, que se jubiló, estaba en buen estado atlético y salía a correr por la rambla, claro está que el chofer del auto que no respetó la cebra de cruce y lo levantó en el capó, no estaba pensando en que este hombre quería vivir mucho más y por eso cruzó la cebra corriendo y sin mirar y fue boleta.
El que ha dedicado su actividad toda la vida a otra cosa que no es la Medicina, debería ignorar, en buena hora, tanto la ubicación como la posición y el comportamiento de sus órganos.
Los mismos trabajan por sí solos, sin un tipo que los esté controlando, tanto las horas en que está despierto durante el día y como las que se despierta durante la noche para controlarlos.
El otro día un conocido de un conocido, que tenía un gato y dormía con el gatito en la cama, tuvo la peregrina idea de traerle al felino un ratoncito para que jugara.
Un ratón vivo, de verdad, de esos grises, que se mueven, no uno de juguete fabricado en la China, que hacen hasta los ruiditos del minero y se lo dio al gato para que jugara.
El Lord de la casa, también conocido como gato, no entendió lo de jugar, y se lo pasó a bodega en un santiamén.
A las 48 horas del ratonicidio perpetrado por el gato, tuvo un efecto inesperado, no se sabe que peste traía el ratón y el gato que pernoctaba en el lecho del patrón, se la contagió a su amo, algo que lo hizo finado y el gatito quedó huérfano de amo en tan breve lapso, meningitis dijeron los galenos forenses.
La vaga noción anticipada que se adquiere acerca los síntomas, sólo sirven para que el individuo se “sienta” atacado, no obstante provenir, el malestar del teclado (keyborard) más alto o más bajo del ordenador o de un mouse que no corre bien.
Por otra parte, cuando el individuo se da cuenta que adentro está lleno de chinchulines y diversos órganos, como ser hígado, la hojita de lechuga llamada páncreas, se hace un mundo de lo que ignora que pudiera haber tenido o llegara a tener en ese momento, o tenga en el futuro.
Es como un automóvil viejo que no se sabe que pieza se le puede romper y no tiene repuesto en plaza, porque ahora todos los autos son chinos y por un lapso indeterminado no se romperán, claro que un choque mediante, los hace descartables y capaz que a nosotros, seres humanos comunes y corrientes, fabricados expresamente o en un descuido paterno, industria nacional pura, si se nos embroma algo y los viejos no tuvieron la previsión de hacernos un órgano único doble, como fueron los riñones, los ojos, los pulmones, no como aquel jugador de fútbol que cuando le preguntaron después de mucho correr en un partido cuantos pulmones tenía contestó, “uno como todo el mundo” (verídico y de Peñarol).
El individuo tendría que conocerse por dentro, tanto como por fuera, claro que esto último se ve y lo de adentro se siente, para y de tal modo que su conocimiento le rindiera no avezamiento de su topografía triperil, de puro curioso, sino en la transmutación de sus funciones.
Como disfrutamos del perfume de la rosa y sin embargo ignoramos el mecanismo entrañable del rosal para producir a la rosa y su fragancia, claro que lo disfrutamos lisa y llanamente y ya está, sin tanta pavada.
Siguiendo, incluso, el ejemplo del ojo, que ve todo con las prótesis de lentes de contacto o antiparras con armazón o sin ellas: sin llegar a verse a sí mismo…, para ello necesita y espejo y se ve de frente y nada más.
Es como el oído que no oye nuestra voz, sino lo que retumba dentro nuestro y por eso cuando sentimos la grabación de nuestra voz nos parece un tipo raro el que habla, hasta lo encontramos medio pedante y hasta un tanto afectadito.
La medicina es una ciencia de la que el individuo suele sentirse orgulloso, envanecerse- después de cerrar los libros de autoayuda, tan de moda últimamente- que si somos un tanto sensibles nos sentiremos síntomas imaginarios.
Cuando vamos a hacernos un control preventivo nos sentimos como un conejillo de indias, también un cuis de laboratorio, que llegó a tal circunstancia por ser un apereá chico aristocrático, de color ratón pasó a ser overo y por tal lo viven contagiando de un montón de enfermedades y pestes ajenas, si humanas, aunque ahora lo está desplazando el hámster o ardillita de Siria, esa que los papás le regalan a los nenes ignorando que tiene mal carácter del diablo y es mordedor, siendo su primera víctima, el niño que trata de entretenerlo, amolándole la tranquilidad todo el día, cuando su intención pura y simple es terminar con cuanta hoja de lechuga le pongan en la jaula y no dar vueltas como un estúpido en esa rueda de alambre, que cuanto más rápido va más impulso agarrará, cuando no sea para exasperar las aprensiones.
El individuo por ejemplo, lee que los sabios utilizan a la rata en sus experimentos porque es un bicho cuyas reacciones biológicas presentan una mayor similitud con las del homo sapiens o sea el tipo y entonces, guidado por el conocimiento de tan insólita semejanza que, en cierto modo, le hace primo segundo dela rata, se pasa el resto de la vida controlando de reojo cuanto gato ande en la vuelta.
Este artículo venía entretenido pero se terminó lo que se daba y ahora viene la cruda realidad, aunque el aerobista que cruzó la cebra, el jugador de fútbol y el dueño del gatito, no son imaginarios sino que los conocí directamente o por interpósita persona.
Cuando mi infancia, tierna ella, hubo una llamada epidemia de poliomielitis y aunque parezca paradójico, a pesar de todo era una fiesta, en lo que me era personal, porque las clases empezaban en mayo.
No se iba a la playa porque era un foco del colibacilo, o el bacilo coli, claro que el Dr.Salk se mandó una vacuna que cortó el fenómeno en forma muy radical.
Creo que fue por el año 1954 y se vacunó abierto.
En EE.UU. se vacunaron como 98 millones de personas y en Rusia también.
Para la elaboración de la vacuna se apestaban con polio los monos Rhesus de la India y después con los virus medios vivos o medio muertos, se procedía a producir la vacuna.
Claro está que en aquel momento hubo una bronca en la India porque los monos Rhesus eran sagrados y no se podían matar cantidades industriales como las que se estaban utilizando.
Se cambió de mono por el mono verde del Cabo y siguieron con la cosa y la mano venía fea porque en plena guerra fría los EEUU y los Soviéticos elaborando vacunas a la par e intercambiándoselas no era moco de pavo.
Pero el Departamento de Estado de USA lo sigue negando, pero hubo un inconveniente no pequeño con el tema de los monos Rhesus y no por el hecho de ser sagrados para determinadas religiones de la India, ni que le importara mucho al Gobierno de ambas potencias el culto a los monos, el cual existe realmente, con templo y todo. .
El problema era otro y está en que los monos Rhesus eran portadores del virus del simio 40 (SV-40) y producen mesoteliomas y linfomas no hodgkinianos.
Los investigadores insisten en que se produce ese tipo de cáncer por la administración de dicha vacuna y el gobierno parado en los pedales las niega y ha llegado a sancionar a algunos investigadores del tema.
La cosa a llegado a tal extremos que el porcentaje de cáncer pediátrico fue aumentando a través de los años 1960, 70, 80 y 90 y la Asociación de Cáncer Infantil Americana da un paso más fuerte, agregando un gráfico afirmando que según las estadísticas el cáncer es la principal causa de muerte de niños en los EE.UU.
Pero para empeorar la cosa esos cánceres están apareciendo en niños que no han sido vacunados y los investigadores están estudiando lo que pueda ser la transmisión de la madre al niño por la sangre en la gestación y otros tipos de contagio.
El Gobierno dice que no y los investigadores insisten sobre los raros cánceres al cerebro, hueso y pulmón.
Se le ganaron 60 años a la poliomielitis, pero negándolo no se solucionará este otro tema, estamos en manos de los investigadores.
Les pido disculpas por haber terminado tan duramente con un artículo que venía como siempre son los nuestros, pero el sol no se debe tapar con un dedo, negando no se solucionan los problemas y menos de la gravedad del planteado y a no olvidarse que salvo excepciones estamos todos vacunados contra la polio y si no nosotros nuestros antecesores.
Esperemos que se pongan las pilas, no analicen tanto los costos, que los laboratorios estuvieron ganando dinero 60 años con las vacunas, ahora es el momento de responder con una actitud de enfrentar la realidad.
Que todo sea para bien…