Lo que le pasa a Suárez

Como se van a dar cuenta, en unas breves líneas, el fútbol no es lo mío.

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Para que lo tengan más claro soy socio vitalicio de Rampla Juniors Fútbol Club, que está en la divisional B, y para que se desboque más y mejor, no soy del Cerro, sino que soy del Barrio Palermo, soy hincha de Rampla por herencia y mis primos jugaron en Central Palermo.

No sé si he sido, lo suficientemente claro.
Asimismo, los fanáticos del fútbol, enfermos que si uno no va a la misa futbolera de todos los sábados y domingos, no puede opinar ni con el diario del lunes.

Pero si de algo les sirve de consuelo, Luis Suárez, me hizo llorar unas cuantas veces, -no quiebro la muñeca- y quedar afónico otro montón, porque cuando grito un gol me hago pelota la garganta.

La gente por lo general es exitista, por naturaleza y por defecto y la del fútbol lo es en forma muy especial.

Eso se lo sentí a un viejo compañero de empleo, que aunque él era el jefe, era un compañero más y era bolsilludo, claro que no se enteró de quien era, es, será o fue Luis Suárez porque se murió mucho antes de que naciera el Pistolero.

El viejo, cuando aquel quinquenio de Peñarol, por los sesenta, con Spencer, Joya, el pardo Abadie, por nombrar algunos, estaba que bufaba, a tal nivel, que cuando el 4 a 2 de los manyas en Chile, se levantó de su escritorio, cerró la oficina y se fue dejándonos a todos adentro y si venía público, tampoco podía entrar.
Su teoría, con mucho de verdad, partía de la base que si Peñarol seguía ganando, los niños iban a seguir saliendo hinchas de Peñarol.

Será por eso que mi yerno le tiene prohibidas a mi nieto, que no llega a los dos añitos, que diga una sola mala palabra, pero cuando hace un gol Peñarol, lo deja gritar en su jeringonza “Peolcaraco!!!.
No voy a escribir ninguna biografía del Depredador porque todos saben que nació en Salto en 1987.

Jugó poco en Nacional, pasó a Holanda y de ahí a Inglaterra.
Gracias a Luis Alberto Suárez Díaz, he podido comprobar que los ingleses dejaron de matarse entre ellos en las canchas, con el tema de los holligans, y ahora se dedican a pasar por la máquina de picar carne, grano fino, a los jugadores que se destacan, claro a los jugadores del otro cuadro y los del de ellos, son como los dioses griegos, pueden hacer cualquier cosa.

Suárez es el loquito que atajó, en la puerta del arco, un gol que hasta un ciego gritaba, logró que lo echaran, pero también, gracias a todo ello, el equipo enfervorecido por el afán de gloria, logró que el golero atajara la pelota y dejamos afuera al último equipo negro africano en el campeonato de fútbol que se celebró en el continente negro.

Lo que hizo Suárez es cosa de locos, fue algo así como cuando el Negro Jefe agarró la pelota abajo del brazo en Maracaná y dijo los de afuera son de palo, dejó mudo a un país entero y enfrió el partido.

Hay una diferencia muy importante entre unos y otros, Suárez era un muchacho y el Negro Jefe un veterano. A Suárez cuando atajó esa pelota en el Mundial 2010, no dijeron que la suya era la mano de Dios, porque eso se lo dejamos para Maradona, porque el Uruguay es un país laico y en el supuesto de existir un Dios no va a andar perdiendo el tiempo con un partido de fútbol.
Fue la atajada de un oriental defendiendo la última línea oriental.
Si algún belinún quiere hacer una teoría que eso está mal, que no se debe hacer, que la haga y que la disfrute, a falta de otro esparcimiento más sano.

¿Cuál gol es más famoso de los que hicieron Messi, Suarez o Menecucho, o el que hizo Maradona con la mano?.
La pregunta se contesta ella sola y si lo duda vaya y pregunte en PicadillyCircus.
Ahora salen los teóricos de la salud, que es peor la mordedura de un cristiano que la de un perro, perdón, no sé si Suárez fue bautizado o no, Cavani estoy seguro de que sí.
Morder, si recuerdo haber mordido, cuando era chico, iba a la escribanía donde estaba mi padre y el dueño del escritorio, para jorobarme me agarraba y me torcía el poroto y si a esa edad es la única forma que se le puede llamar a dicha herramienta.
El escribano era grado 5 en la cátedra de la Facultad y yo lo mordí bien mordido y me pude recibir de escribano después, porque él ya no estaba.

Claro que ahora nos quieren tirar a toda la Cordillera de los Andes encima, porque Suárez, mordió a dos y entonces nos enrostran la “Tragedia de los Andes”.

Lo comparan con Mike Tyson que le arrancó un pedazo de oreja a un adversario y luego la escupió en la lona del ring.
Parece que se les entrevera la madeja y reprochan que escupió el pedazo de oreja y ¿qué querían entonces que se la tragara?.
Las cosas los gringos la manejan a tal nivel, que Tyson le mandó un twitter a Suárez, espero que no haya sido para reclamarle los derechos de autor.

El jugador endiablado que se hace y les hace unos nudos con las piernas y la pelota a los marcadores, que hay momentos en que ni él sabe dónde está la guinda, ni por donde va a salir, nos ha dado innumerables satisfacciones y algunas broncas cuando hace alguna moña más y no la pasa y lo puteamos bajito por comilón.
Le dan cada fierrazo de padre y señor nuestro, porque es la única forma inteligente que tienen para pararlo.

Si contra la habilidad las patadas y si el juez se come alguna y cobra lo que no fue, no es culpa de Suárez, sino del juez que no vio bien, que no estaba siguiendo de cerca la jugada y es de justicia, por lo aporreado que termina todos los partidos.
Una mordedura no da para que se gasten una plana de un diario detallando todas las enfermedades que pueden ocurrir por tal causa en el supuesto que no sea tratada, creo que lo mordió en el primer mundo y no en el Congo.

Tildan de racismo la bronca futbolera que tuvo con Patrice Evra un negro francés que se hizo famoso gracias a los gestos descorteces que tuvo el Pistolero con el mostrándole el dedo medio y negándose a darle la mano.

Desde cuándo si uno tiene una bronca con alguien tiene que darle la mano y como el otro era moreno entonces es racismo.
Evra ahora anda haciendo fama mordiendo un pedazo de brazo de plástico, además de practicar racismo, porque lo es tanto en un sentido como en el otro, es un ganso.

Bronca cara que le costó 40.000 Euros y 8 partidos de suspensión, más otro de yapa por el dedo a la hinchada de otro cuadro en plena bronca derivada hacia el racismo.
Si no tuviera el temperamento que tiene Suárez, no sería Suárez y estaría trabajando en la construcción, sin ser un desmérito para los albañiles su trabajo, pero no le hubieran pagado 7:500.000 de Euros por la ficha a los holandeses, ni los holandeses hubieran pagado U$S 1:000.000 por un chiquilín de 18 años.

Dejemos de lado la tonta crítica de ponernos puros y santos y hablar de evangelizar al Depredador.
Estamos como aquel sacerdote que fue a una tribu donde se practicaba la poligamia y cristianizó al salvaje y lo convenció de la monogamia.

Cuando volvió a los años, el cura le preguntó al nativo que había hecho con las ex mujeres y él aborigen muy suelto de cuerpo le dijo que se las había comido.

Dejemos que Suárez siga siendo Suárez, como también le toleramos al loco Abreu que tire los penales picándola.
Suárez es Suárez, Abreu es Abreu y cada cual con lo suyo.

Los que se golpean constantemente el pecho y se dicen puros que hagan el favor de no ser hipócritas.