Noche de Halloween

Esta celebración de origen celta da rienda suelta para el disfraz, la música, el changa – changa y el consumo de bebidas foráneas como la propia fiesta.

Se nos viene un festejo importado, puesto en nuestro medio por la publicidad y el mercadeo inherente.

Como introducción podemos decir que es una celebración de origen celta, día 31 de octubre, relativamente nueva, porque se celebra desde el siglo XIX, principalmente en Estados Unidos, aunque no es originaria de allí.

Fue importada de Irlanda con motivo de la diáspora irlandesa motivada por la escasez de papas, que produjo una gran hambruna, que significó la muerte, no había estadísticas precisas en la época, de dos millones o dos millones y medio de habitantes y la emigración de dos millones a Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Argentina y Australia.

Si no hubiera sido por ese honguito llamado Phytophthora infestans, la policía en Nueva York y en Chicago hubiera sido de otro origen y las familias de la mafia, no hubieran contado con los Dean O’Bannion, James Burke y algunos otros gatillos fáciles de tal procedencia.

No hablemos de los John Does (NN o Juan Pueblo en español) que trabajaron en las peores condiciones y en los peores lugares, por unos pocos dólares para sobrevivir.
Resumiendo, Halloween hubiera terminado cruzando a América, pero en forma menos apresurada de lo que lo hizo en 1840.

El origen del término Halloween es una derivación de la expresión All Hallow’s Eve (Víspera de todos los Santos). Su origen es con motivo de la festividad celta del Sanhain y la festividad cristiana del “día de todos los santos”.
Eso allá en Estados Unidos, pero en Uruguay, a mi me tocaba solamente regalo en mi cumpleaños y en reyes.

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Ahora que estoy del otro lado del mostrador apareció el gordito Papá Noel (Santa Claus) el 24 de diciembre y por las dudas retoque en Reyes, el cumpleaños sigue siendo sagrado, pero ahora tenemos, brujas, murciélagos, ratones y trampa y treta con caramelos y alguna otra cosita, el 31 de octubre.
De celta lo único que tengo son unos abuelos que ya no están.
Lo más interesante es que la festividad celta, conocida como Samhain, deriva del irlandés antiguo y significa fin de año, la noche, la estación oscura y era considerada como el Año Nuevo Celta.

Aquella cultura creía, que la línea que une este mundo con el otro, se estrechaba con la llegada de Samhain, permitiendo a los espíritus (buenos y malos) pasar a través de ella.

Los disfraces eran o son para ahuyentar los malos espíritus y disfraces de malos para evitar ser dañado.
Los escoceses para no ser menos, pero no iguales, se vestían de blanco y se pintaban la cara de negro.

e encendían hogueras, se consumían alimentos y bebidas.

Pero gracias al imperio romano que también llegó hasta ahí, incorporaron la fiesta de la cosecha, en honor a Pomona (diosa de los árboles frutales) siguiendo los principios de los griegos, como vimos en Cleopatra, los romanos integraban sus dioses con los de los lugares conquistados.

En los festejos también tiene su participación la manzana (pomme).

Estas fiestas paganas la iglesia intentó suplantarlas por la de todos los santos que pasó del 13 de mayo al 1º de noviembre y ahí quedó medio entreverada la noche del 31 de octubre, con el 1º de noviembre, pero como el hombre es hombre y estas cosas le sirven, tiene los dos días.

En 1840, con el tema de la diáspora irlandesa, la festividad en Estados Unidos quedó arraigada y los irlandeses le incorporaron la calabaza calada con una vela adentro, inspirada en la leyenda de Jack el tacaño (Jack – o’ – lantern).

La leyenda fue ganando adeptos y perdiendo en dureza.

El truco o trato ya no consiste en maldecir al que no quiere trato o a sus familias y bienes y desearles pestes a sus ganados.

Hoy los niños se disfrazan y piden dulces o dinero y si se les niegan pueden llegar a arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta (difícil porque son productos caros).

Jack, el de la calabaza, representa un personaje que pactó con el diablo y no le cumplió y se liberó de él utilizando una treta similar a la de “El herrero y la Muerte” (la obra de teatro de Mercedes Rein y Jorge Curi) y se vio liberado de su amenaza, pero al morir no pudo acceder al cielo y le tocó el infierno, pero en el infierno tampoco lo querían como pasó con el “viejo Miseria” en el cuento de Ricardo Guiraldes, “Don Segundo Sombra” y por no quererlo ni en el cielo ni en el infierno la miseria siguió rondando este mundo permanentemente.

El tema lo vemos, desde el punto de vista descriptivo, pero el mismo tiene sus orígenes en el Druidismo, con el solsticio de invierno y el equinoccio de otoño (estamos en el hemisferio norte), con el Cristianismo los Papas Gregorio III y IV que anduvieron corriendo en el calendario fechas de conmemoraciones, con la cultura celta, con el Samaín “da cedeira” en la cultura gallega “o final dos tempos calidos” con fantasmas y calabazas “no Horreo das animas”, entre muchas otras.

Como Ud. lo prefiera, trato o treta…