Nostalgia por los Sanduceros

Cuando uno tiene en mente montones de cosas para desarrollar y viene un pajarito y le sopla al oído un tema, llevarlo al papel es una cosa más fuerte que uno y en eso estamos.

La nostalgia es por lo del pasado remoto y no para lo de anoche.

La noche de la nostalgia es un fenómeno comercial que pegó y pegó bien. Tan es así que hasta los muchachos de 18 años participan de ese evento, aunque uno se pregunta nostalgia de qué. Pero si se divierten, vale.
Los que tenemos algún añito más aspiramos a una cosa más lejana y compartible.

Con el tema de los derechos no podemos incluir la versión de los Iracundos de Puerto Montt; pero sí esta versión Heavy Metal

Volviste al amor
Al que olvidabas por mí
No importa mi dolor
Si ahora eres feliz.

Que sentimiento tan versallesco trasluce el verso trascripto, sacrifico lo mío por lo tuyo.

Pensar que todo esto salió de un colegio de curas del interior e inspirada la búsqueda por el profesor de cultura musical de la época en unos adolescentes.

Con una música sumamente sentimental en épocas de otro tipo de música arrancaron en su ciudad natal Paysandú, la heroica Paysandú y de ahí a Montevideo, Buenos Aires y al mundo.

En 1958, siete muchachitos llamados Eduardo Franco, Leonardo Franco, Juan “Bosco” Zabalo, Juan Carlos Velásquez, Hugo Burgueño, Jesús María Ferrero y José María Brunini, quien formó parte del conjunto en los inicios, no llegó a grabar porque en aquella época mandaban los padres y los suyos lo mandaron con la música a otra parte, bah!!! en una palabra a la contabilidad, a los números.

El profesor de música en el colegio religioso de Paysandú fue Ángel Ernesto Benítez –con el tiempo fue la voz de la Cadena Andebu-.

Los muchachos no tenían medios económicos para la adquisición de las herramientas de los músicos y los instrumentos les fueron regalados por un profesional de su pueblo natal, quien no llegó a ver el vuelo que tomaron aquellos los muchachitos.

Hoy cualquiera compra una guitarra eléctrica, en aquel entonces era una novedad escasa y cara. La segunda guitarra era una guitarra acústica reforzada con dos micrófonos, una batería medio casera, piano, guitarra común y un contrabajo.

Como las grandes cosas nacen de pequeñas cosas, un profesor vocacional, unos alumnos emprendedores y entusiastas y con facilidad en el tema, y un alma grande que con una inversión muy importante, para quienes no tenían lo necesario e indispensable, les abrió el horizonte, con la propia ayuda de ellos, con mucho esfuerzo y tesón, mucho trabajo y dedicación, gran inspiración y mentalidad de equipo.

Solo estoy aquí en la ciudad
Paso entre la gente que se va
Que ve mi sufrimiento
Buscándote, soñándote y tu no estás.

Por razones de marketing pasaron de los Blue Kings a los Iracundos debido a su ingreso a la RCA VICTOR.

De Reyes Tristes pasaron a un nombre que, para nosotros, poco tiene que ver la tendencia de los temas que creaban y ejecutaban los Iracundos. El nombre impuesto por los contratistas, fue tomado de una tendencia en el movimiento literario, artístico y cultural inglés que había en Europa después de la II Guerra Mundial.

Se agruparon en 1958 y a mediados de 1960 ya tenían fama internacional, aunque su debut se produce el 10 de octubre en el Teatro Florencio Sánchez de su ciudad natal.

De no tener dinero para los instrumentos, en el auge llegaron a tener avión, el cual tuvieron que abandonar porque pilotear trasnochado y componer música al mismo tiempo, hace perderse a cualquiera. Por algo el piloto de avión chico lleva una tablilla en su pierna derecha con el mapa de vuelo y va marcando por los lugares que pasa y a que hora lo hizo y no andar dando vueltas sin ton ni son y quedarse cortos de combustible, como les pasó, pensando que estaban perdidos en Brasil y estaban en Florida, cuando aterrizaron en una pista de campo y averiguaron.

El avión no es como el automóvil que uno se arrima al cordón y le pregunta al primero que pasa donde está, sin perjuicio de los carteles con los nombres de las calles y demás, si no los robaron.

Desde 1958 hasta 1986 todos juntos, componiendo más de lo que editaban y siempre con muy buen rating.
Incursionaron en el cine con varias canciones y hubo una película que se hizo pura y exclusivamente con la actuación de ellos.

En 1986 por un problema de autoría Hugo Burgueño se separa del grupo.
El 1º de febrero de 1989 Eduardo Franco, fallece de una penosa enfermedad que soportó durante mucho tiempo y siguió actuando hasta el final.

En su auge estando a sus dichos hacían 20.000 kilómetros por mes, sin contar los viajes en avión.

Pasaron del Florencio Sánchez de Paysandú a radios montevideanas, Festivales de la Canción en Parque del Plata, cruzaron el charco y con sus progresos pasaron de vivir en pensiones de barrio en Buenos Aires, los managers los llevaron a la sastrería, les mejoraron el look y los trasladaron a hotel céntrico. Por aquello que no solo serlo, sino aparentarlo también.

Llegaron a grabar “Serenata a la luz de la luna” y “El hombre del brazo de oro”, que se tenían fe, no cabe ninguna duda.

“Serenata a la luz de la luna” es un clásico de Glenn Miller, que hizo famoso a Benny Goodman. Miller murió en una gira, con su orquesta, en un avión desaparecido en acción, que iba a recrear a las tropas aliadas al frente de guerra.

“El hombre del brazo de oro” de 1955, música del gran Elmer Bernstein, que es la música de fondo de un síndrome de abstinencia de un drogadicto protagonizado por Frank Sinatra y entre la interpretación de Sinatra y la música, me hizo transpirar las manos.

Con estas dos interpretaciones demostraron que no le hacían asco a nada.

Cátulo Castillo desde el Japón les pide que le graben determinado número de tangos, a lo que ellos en principio se resisten, pero es más fuerte que ellos el desafío y lo hacen, con gran éxito en Japón, y en Argentina y en Uruguay. Se malogra la gira japonesa por la muerte de Cátulo Castillo.

Incursionan por primera vez en “Una ventana al éxito” interpretando “Nena para ti”.

Después asumen el protagonismo de “Este loco verano” donde compartieron la escena con otro grande, el también uruguayo Emilio “Guita”Vidal, ex Telecataplún, ex Familia Teledoce.

Otras películas “Balada para un mochilero”, “Locos por la música”.
Otra cosa bien de ellos es que sin haber pisado Chile, se tragan al público chileno con “Puerto Montt”.

En un viaje a Santiago recibieron a un delegado de Puerto Montt quien les trajo una placa recordatoria de dicha ciudad con motivo de la canción, lugar que ellos nunca habían pisado.
Asimismo en dicha playa, sobre el agua se encuentra una roca de gran tamaño donde están grabadas las seis caras de los Iracundos y en la emisora local todos los días al abrir la emisión se toca el tema y los días festivos se pasa primero el himno nacional chileno y luego Puerto Montt.

Tuvieron gran fuerza en el Pacífico, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, donde lograron imponer la palabra Chiquilina, título de una canción, palabra nuestra que no era de uso en esa zona.

Sentado frente al mar
Mil besos yo le di
Después le dije adiós
Todo termina aquí
Y ella me dijo así
Abrásame y verás
Que el mundo es de los dos
Salgamos a correr
Busquemos el ayer
Que yo te hice feliz.

Enumerar las canciones producidas por los Iracundos ni ellos las tenían, una bohemia típica de los grandes.
Gracias a estos grandes que me dieron la oportunidad de entrar en su tema, nostálgico e inspirador de amores que van y que vienen y muy feliz noche de la nostalgia para todos.

Y yo la dejé
Sola frente al mar
Bajo el cielo azul
De Puerto Montt