Turismo tranquilo

El domingo de turismo, me había acostado, después de un día excesivamente tranquilo

Comer con pan duro, por la necesidad de comer pan, no por no tener el dinero necesario para comprarlo.

Ahora que pienso tendría que haberlo comprado congelado el día anterior. Pensando que por lo general la gente entrevera la cosa, del Día de los Trabajadores, con Sacco y Vanzetti.

No sé si la tendrían clara los que fueron a bancarse el temporal a Las Piedras, porque la batalla de las Piedras, donde Artigas le mandó a Larrañaga a recibirle el sable a Posadas el español perdidoso y exclamó aquella famosa frase, “Piedad para los vencidos”, que año a año nos hacían repetir como loros en la escuela.

Resulta que los que llevaron a los chiquilines, le erraron, porque el desfile es el 18, no el 1º y el cambio de la plaza de los fierros retorcidos, por Las Piedras, no sé por qué fue, tal vez idea, del número uno de la Comuna Canaria.

Menos mal que el Club Juventud, igual que el semanario se llama, les ofreció abrigo y pudieron hacer el acto.

El día de los trabajadores fue una idea de don José Batlle y Ordóñez para que no le hicieran un paro todos los 1º. de mayo, y creo un feriado no laborable, con el nombre de Día de los Trabajadores.

Resulta que los que inventaron el problema del 1o de Mayo lo festejan en setiembre y se sacaron el problema de encima, podríamos hacerlo nosotros también porque en setiembre no hay ningún feriado excepto mi cumpleaños.

Había una norma en EEUU, que fueron los padres del borrego, que si se obligaba a los obreros a trabajar más de 18 horas por día, tenían que pagar los patronos una multa de U$S 25.- no se si diaria o mensual.

Pero era un pueblo que se preocupaba por sobre todas las cosas por la salud del pueblo, el trabajo es salud, trabaje 18 horas diarias, sábados incluidos y si no muere en el intento, considérese una persona sana.

Así venían hasta que aparecieron unos anarquistas, a luchar por la ley de las 8 horas. 8 para trabajar, 8 para descansar y 8 para disfrutar de la familia.
A la patronal no le cayó nada bien la idea, ahí empezaron los líos y en una escaramuza hubo un policía muerto, de los obreros no se sabe cuántos muertos hubo porque no llevaban la cuenta, fue un tanto negligente la policía.

Se hizo un juicio contra una cantidad importante de obreros, pero para preservar la mano de obra, terminaron enjuiciando a 8, capaz que era uno por cada hora de cualquiera de las tres categorías.
El juicio fue una parodia y los acusados parece chiste, ninguno era un obrero de pico y pala, sino un inglés, pastor metodista (obrero textil) un estadounidense, vendedor y un alemán tipógrafo.

El primero y el último fueron condenados a cadena perpetua y el del medio 15 años de trabajos forzados.
Los ocho restantes Georg Engel, alemán, tipógrafo, Adolf Fischer, alemán, periodista, Albert Parsons estadounidense, periodista, que no estuvo presente en el lugar, pero se entregó para estar con sus compañeros y fue juzgado igualmente, August Vincent Theodore Spies, alemán, periodista, y Louis Lingg, alemán, carpintero, que se suicidó en su celda.

Los prenombrados fueron condenados a muerte en la horca, excepto el suicida por razones lógicas y da la casualidad que todos eran alemanes, menos uno.
La pena se cumplió el 11 de noviembre de 1887 y todo esto ocurrió con motivo de una huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y la revuelta de Haymarket protagonizada por una pelea entre los huelguistas y los rompehuelgas o esquiroles o como les dicen ahora carneros.

No hay que ser muy suspicaz, para notar que las condenas a muerte fueron todas contra los periodistas o del gremio gráfico, o sea ya existía la norma de que, siempre la culpa la tiene el cartero.

Lo que lleva a confusión es la muerte de Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, italianos, anarquistas, a los que se les atribuyeron asalto con mano armada y la muerte de dos personas en 1920 y después de dos juicios, en que hasta prejuzgamiento por parte del juez hubo, fueron electrocutados en la silla eléctrica el 23 de agosto de 1927.
No fue nada claro y dio lugar a obras de teatro y películas.

Mucha gente confunde los hechos por lo injustos y por tratarse de obreros anarquistas y lo más probable es que no hubiera habido sangre en las manos ni de los Mártires de Chicago, ni en las de Sacco y Vanzetti.

Pero eran inmigrantes, alemanes, italianos y anarquistas, un buen cocktail para los que mandaban en aquella época.
Los informativos aburridos, sin choques, ni fútbol, con los informativistas en las casas y algún novel repórter de retén sin noticias que leer el 1o de mayo, hasta que tímidamente, una línea de letras que corrían por la parte de debajo de la pantalla anunciando la muerte de Bin Laden.

Cuando el 11 de setiembre, me enteré por la radio del atentado de las Torres Gemelas y puse el televisor, parecía una puesta en escena.

Una de las torres incendiándose y de pronto un avión que se incrusta en la otra y chorrea para todos lados el combustible que terminó de vencer la resistencia de la misma.
Digo otro avión ahora, porque en aquel momento pensé que era la reiteración del primero.
Humo y polvo por todos lados, personas que se tiraban de las torres, si no fuera porque una chiquilina amiga, había ido dos días antes a Nueva York.
La sorprendió el hecho yendo a las Naciones Unidas, que ese era el primer empleo que había conseguido, podría haber discutido con un pueblo sosteniendo que había sido una película armada en un escenario.

Que todo era como aquella dramatización radial que hizo Orson Welles de la Guerra de los Mundos, la cual pese a haberse anunciado previamente, que era una ficción de una novela de H. G. Wells, “La guerra de los mundos”, la gente cundió en pánico, con accidentes de todo tipo, muertes, vandalismo, etc.
Los medios al ratito nomás, habiendo sido ignorantes del tema hasta que ocurrió el desastre, le cargaron el fardo a Bin Laden y al movimiento Al Qaeda, y después un atentado en Madrid y otro en Londres.

La CIA salió del letargo, del sopor en que vivía, así como las otras agencias de inteligencia como el inglés MI5 y MI6 o el Mossad de Israel, muy famosos, pero fracasaron tal vez porque no se mostraron entre sí todo el juego o Bin Laden era el rey de la mosqueta.

Pensar que el padre del imputado era socio del padre de George Bush y al día siguiente del 11 de setiembre se les permitió la salida de EEUU a una cantidad importante de parientes del señor Bin Laden padre y con su mismo apellido.
Ahora, en una operación denominada Gerónimo, debe ser en honor del cacique de los apaches chiricahuas, entraron en un par de helicópteros de los cuales se les averió uno, (no es la primera vez que les pasa), entraron por la puerta trasera a Pakistán, y como en territorio propio y sin orden de allanamiento, ni previo aviso, le entraron duro al hasta entonces sigiloso Bin Laden.

Dicen ellos, que con la anuencia directa del presidente Obama, que presenciaba el operativo en directo, procedieron a aplicarle un tiro en la cabeza a Bin Laden, se llevaron su cuerpo y también dijeron que lo tiraron al mar para evitar que fuera motivo de un peregrinaje terrorista.

La democracia es el mejor sistema de gobierno hasta que no se invente otro mejor, pero la ejecución sumaria, sin previo juicio, no está comprendida en dicho sistema de gobierno.
Como vemos en las películas que a grandes asesinos los largan del juzgado porque el policía que los detuvo no les leyó los derechos previamente a su conducción.

Creo que en resumidas cuentas, haya sido lo que haya sido Bin Laden, lo que se practicó en él, no fue un acto de justicia, sino más bien un acto de venganza.
El presidente Obama que tiene sangre por la vía paterna de origen islámico, con este acto hizo la prueba de sangre que les exigía a los conversos la iglesia en la época de la santa inquisición y sin solucionar la crisis económica de su país, se aseguró una reelección como presidente, porque los estadounidenses odian a los perdedores y aman a los ganadores.

Que todo termine pronto y con poca sangre, porque al contrario de las películas de la segunda guerra mundial, en esta no son solamente los norteamericanos y sus aliados los astutos en el arte de la guerra, sino que los contrarios también conocen de eso.

Pasaron de las tiendas en el desierto a manejar grandes fortunas, grandes ejércitos y armas poderosísimas manejadas por fanáticos, no por mercenarios y tienen dinero para comprar a un vulgar traidor o al más puro y probado presidente del país que sea.
Artigas era un sabio y que bueno sería que alguien recordara u cumpliera su frase “Piedad para los vencidos”.