Un paso atrás
Sí, hablamos de un paso atrás, pero en lo que hace a nuestros valores uruguayos, en este país en que todos estamos seguros que no pasa nada, excepto alguna rapiña o un ajuste de cuentas entre malandras, menos tranquilo que en los 60 y cada día más movido en temas de crónica roja.
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El asesinato de 16 personas o muchísimas más, en mérito a que los propios asesinos perdieron la cuenta y hubo que abrir una línea 0800 para que los que tuvieran un mal palpite lo denunciaran a la policía.
Estos dos enfermeros se creyeron Dios, eso dicen ellos, en mi concepto son unos vulgares asesinos especializados en matar viejitos.
En el Hospital y la Mutualista había en cada lado un enfermero, que en complicidad con una enfermera, celular mediante, estando a sus declaraciones mataron 16 enfermos viejitos, no todos terminales.
En los procedimientos dispuestos por la autoridad competente, creemos que se pone fin a esta dolorosa historia y pongo, creemos, porque si no se sabe a ciencia cierta el número de personas asesinadas y se pasaron años, matando gente como podríamos afirmar que no hay otros tipos, por ahí, cometiendo similares fechorías.
La Dra. Inés Masiotti, abogada ella, representante de uno de los enfermeros procesados, amiga de su representado, en una entrevista para la televisión argentina tuvo el toupet de decir que hubiera preferido una inyeccioncita de uno de los asesinos luego de que la coronaria móvil demorara 55 minutos en atenderla, tras sufrir un pre infarto en la audiencia.
“Me hubiera convenido sacar el (enfermero) que estaba en el carcelaje, me daba una inyeccioncita y pasaba a mejor vida y no esperábamos a la coronaria” dijo Masiotti al periodista, cosa que fue transmitida y retransmitida y repetida a todos los medios televisivos de ambas márgenes del Plata y en la prensa oral y escrita, demostrando una inoportunidad total para el chiste de mal gusto.
El enfermo mutual, amigo de la abogada, fue violado en reiteración cuando niño por un pariente cercano.
Esta profesional tuvo su cuarto de gloria en los medios
En definitiva la captura por la policía de estos dos enfermeros que asesinaban pacientes a su cuidado en una mutualista y en un hospital público es el episodio criminal más conmovedor de la historia reciente del país, en la que se cruzan dos seres afectados por graves patologías, con la inexistencia de controles adecuados para prevenir estos delitos, y la displicencia oficial que impidió detenerlos antes.
Aclaremos cada uno daba la inyección letal en su empleo.
La de agua era de 20 cm.
Todo aquí es grave y alarmante.
El descontrol era por ambas partes.
Tanto el patronal, con sus empleados y drogas.
Como el de los mercaderes de la muerte.
La investigación paradójicamente la llevaba un comisario cuyo nombre real es San Angel Rosas, en los eufemísticamente hablando institutos de salud.
Todos los investigados están cuidándose, ninguno se descuida, sino que todos están en guardia.
El policía investigador es atendido en los distintos lugares por mesas de abogados y muchos otros títulos profesionales, médicos pocos, los mínimos indispensables.
Era un investigador policía Angel Rosas contra la carga administrativa, que cuidaba más su nombre, que su prestigio.
El desorden de la Administración nos trae a la memoria que hace unos meses en el Palacio Legislativo una comisión investigadora citó al Ministro del Interior y este estaba de licencia en La Pedrera y les mandó un Secretario General del Ministerio, no compareció él como correspondía.
Dije desorden
El Ministro de Salud Pública en este caso se vino expreso del otro lado del mundo, Singapur, cuando le soplaron el tema y tuvo que suspender la materia en que estuviera especializándose y ponerse en el tema.
Se detecto el aumento en los porcentajes históricos de muertes en los CTI de la Española y del Maciel.
El descontrol es total
En el Hospital de Clínicas perdieron un enfermo que apareció a los días muerto en un caño.
Nadie fue responsable.
En el Instituto Nacional del Cáncer se dejaron vencer medicamentos por casi un millón de dólares.
Ningún responsable
En el mismo lugar el tomógrafo no funciona porque no hay técnico que lo sepa utilizar. No hay rubro para un equipo que se utiliza en enfermos terminales.
El MSP puso una línea 0800 para las deuncias de los muertos del Maciel y de la Española.
Hay dos enfermeros y una enfermera procesados con prisión.
Los enfermeros por autoría y ella por complicidad.
Las autoridades deben estar informadas pero no se puede continuar.
Que pasó con la salida de morfina no utilizada por estos asesinos.
Y al contralor de stock de este tipo de medicamentos le dieron bien los números.
No trascendió que hubiera habido ningún problema en tal sentido.
¿No se habrá comercializado la droga en el mercado paralelo?
Si la justicia actúa como corresponde, es probable que en los próximos meses desfilen por los juzgados profesionales de la salud y administradores de los diferentes servicios, para tratar de explicar cómo pudo ser esto posible, y deslindar sus responsabilidades personales en el asunto, lo cual llevará unos cuantos miles de fojas escrituradas de ambas fases.
La voz del pueblo ya se oye clamar, a pesar de campañas interesadas en que la sangre no llegue al río, o sin eufemismos que la verdad llegue al pueblo.
A medida que el gobierno reaccione -aún no se enteró de la monstruosidad- es necesario que se pongan en marcha diversas acciones para cambios drásticos en el sistema.
Es claro que la remoción de jerarcas, de equipos enteros es indispensable para restaurar la confianza perdida. Han sido tantos los horrores y errores cometidos antes y después del estallido del boom como para pensar que esos cambios no se harán.
Vendrá luego la dolorosa etapa de precisar con exactitud las responsabilidades personales e institucionales.
La responsabilidad penal es una pero la responsabilidad pecuniaria irá en forma personal y solidaria, desde los autores, los profesionales certificantes hasta las instituciones privadas y públicas, Ministerio incluido.
Si no hacemos distinciones en forma promedial cada muerte puede costar en indemnización unos U$S 50.000.- dado que eran personas mayores en general, si tenemos en cuenta que el hijo del poeta Gelman costó U$S 530.000.-
Todo esto es para meditar y algo más, claro que este no es un caso político.
Por favor dejar la política de lado y pensar que estamos con la salud del país.
Sigo atentamente toda nueva información sobre los enfermeros pero siento que cada vez que quieren aclarar algo, oscurecen. El comentario de la Dra. fue totalmente infeliz y aunque uno sabe que se expresó en broma,(la pobre quiso hacerse la graciosa con un montó de muertes alrededor)da que pensar. Porque realmente por mas que quieras y te hagas el profesional, no hay como no quedar mal parado defendiendo a estos asesinos.
Mas que un paso hacia atras yo diría ‘que bajo que hemos caído’, no justifico lo de pais sub desarrollado porque eso es para descalificarnos y nada mas. De todas formas los que se suben al carro de las estadísticas de que podríamos tener a los mayores asesinos en serie de la historia sacando las guerras, no se olviden al Kukus clan y si lesparece muy lejos, pregunten cuantos mueren al año en la frontera EEUU Mexico.
Bajen la pelota que los locos y los asesinos no tienen color ni partido politico.
Nuestros padres y abuelos si se enferma les sale mas caro al sistema de salud. Pero hay que pensar que los que hoy estan aportando, mañana serán los padres y abuelos. Espero que no les pongan ningún “angel de la muerte” para abaratar costos….