Un problema de pesos
Allá por los setenta, cuando la cosa se estaba poniendo un tanto espesa entre la antigua izquierda no gobierno y los militares con ganas de ser gobierno, le había comprado una casa a un Coronel retirado.
Además de comprarle la casa por escritura pública como es de estilo, le compré las herramientas para uso rural por documento privado por un monto importante en aquel entonces, pero no demasiado que no se pudiera pagar de un saque, pero para no desmonetizarme se la iba pagando en cómodas cuotas mensuales, porque las herramientas no eran una prioridad para mí, pero siempre sirven y antes que se las llevara otro las fui pagando con descanso y al hombre le sirvió el precio y la forma de pago.
Sabía de antemano que tenía que pintar la totalidad de la casa, aberturas incluidas y antes de cortar el césped del frente, me pasó que mi señora venía caminando y se fue a pique entre los pastos, en lo que era el pozo negro que adolecía de tapa.
Un peligro para niños y para adultos también porque si se iban para abajo y perdían la boca del pozo, se iban a ahogar en las aguas más apestosas habidas y por haber.
Tuve que manguerearla de lejos para no sentir las heces del viejo Coronel en mis narices.
Compré por cambio chico una tapa y a otra cosa.
Volviendo al cuento pasó el tiempo y el vendedor se había ido a vivir al hotel Pyramides, en la ciudad vieja, famoso en su época porque vivió el hijo de Clara García de Zúñiga, el excéntrico Roberto de las Carreras, el personaje central de Boulevar Sarandí, y también lo hicieron un montón más de intelectuales de aquel entonces y hasta dicen que en sus venidas a Montevideo, se hospedaba Carlos Gardel y también se alojó el famoso tenor italiano Enrico Caruso .
Todos los meses iba y le pagaba una cantidad quebrada que comprendía capital e intereses, hoy no me recuerdo el monto de lo que pagaba, pero al efecto de esta narración, el precio de la compra de las herramientas pudo haber sido $ 10.000.- y por concepto de amortización e intereses le pagaba mensualmente $ 350.- (esta cantidad tambiénla pongo al efecto de la narración pero no era este el monto).
Pasó el tiempo, el hombre se dio un golpe en la frente al lavarse la cara en la pileta del baño y para completar la historia se había cambiado el sistema a nuevos pesos, pero seguían circulando los mismos billetes viejos.
Simplemente cuando hablábamos de mil pesos viejos, pasamos a hablar de un nuevo peso, eso fue lo único que cambió.
Si mal no recuerdo fue vigente al 1 de enero de 1975.
No sé si se entreveró por ser una persona mayor y vivir en la más perfecta soledad, alejado del mundanal ruido, empezó a decirme que le estaba pagando mal, yo le vi venir pesada la cosa, le dije que consultara con su profesional de confianza, pienso para mí para aclararle la nebulosa mental en que había caído, a los pocos días fuimos a su abogado un coronel retirado de triste fama y dura memoria en el llamado proceso cívico militar.
Nos juntamos en el estudio del Dr. Cnel. o Cnel Dr. en su estudio en el que había una guardia de corps que marcaban el paso sobre un piso de tablas y golpeaban los talones cuando se aproximaba el patrón.
El procedimiento fue muy claro y rápido.
Puso los billetes arriba de la mesa y le preguntó si le estaba pagando así o de esta otra forma o sea $ 350 viejos o $ 0.35 nuevos y el viejo Coronel marcó los $ 350.- y el Dr. Cnel. le dijo que se quedara tranquilo que yo le estaba pagando bien.
Yo que vi venir en un futuro una gata parida, le dije al Dr. Cnel que en ese acto íbamos a saldar la totalidad de mi deuda y le di a mi vendedor $ 5.000.- que era el saldo que calculamos juntos con el Dr. Cnel.
El vendedor agarró el dinero y lo iba a echar en su bolsillo a lo que su colega abogado le dijo, un momentito, y agarró del fajo de billetes la mitad y le devolvió el resto.
Un 50% de honorarios era un disparate hasta para un incobrable, pero ese ya no era más mi problema.
Ese Dr Cnel en la época brava, hacía los desalojos manu militari, iba con unos capangas de la fuerza y le sacaban los muebles para la calle al ex inquilino y con la música a otra parte, cosa que me hizo acuerdo lo ocurrido estos días con unos narcos que a punta de pistola sacaron a unos ex propietarios de un bien en un barrio donde circula mucho la merca.
Que todo sea para bien…
Nunca entendi eso de agregarle ceros a la derecha al peso cuando se devalua 1 peso en la devaluacion era mil nuevos pesos pero valia 1 peso.