Yo zombi

En nuestro número anterior, me llevé rezongo bien merecido por parte de mi muy querida lectora Rita, lectora y participante de los comentarios de esta columna y desde los primeros números.

Mi querida Rita, con quien siempre hemos jugado con las cartas dadas vuelta, tiene razón, absoluta razón, soy anacrónico en mis encares, porque soy de la época del guardiacivil de la esquina y ella con su juventud y su belleza, aclaro que nunca le vi la cara, pero la juventud siempre es bella, porque la juventud es la dueña del futuro y por ende siempre mira hacia adelante.

Además digo joven y bella, porque yo así me la imagino, es mi problema y a otra cosa.

En mi caso miro para atrás y vivo en “el te acordás”.
Vivir en “el te acordás” lleva implícito que uno tiene gran parte de amigos cuidando los cementerios del lado de las raíces del pastito.

No compré en La Multi del London París, pero recuerdo que mi hermano, el mayor, se compró un sacó y mi viejo que en aquel entonces vivía “en el te acordás”, decía estos se están sacando todos los clavos de mercadería que tenían en los sótanos y después que se hicieron del capital, que en un remate hubiera valido menos que los aviones de Pluna, con la platita en el bolsillo cerraron una de las más grandes tiendas del país, por no decir la más grande, que vendía por catálogo al interior y los compradores pagaban contra rembolso o sea cuando recibían la mercadería.

Estaba en la esquina de 18 y Río Negro, tenía unos cuantos pisos y abarcaba muy buena superficie, claro que hoy sería una tienda más al lado de lo que es La Tienda Inglesa, que ya existía de aquella época en Buenos Aires y Bartolomé Mitre.

Nunca entré, pero dicen las mentas que tenía la primera escalera mecánica de Montevideo.

Donde el amigo Pilatos se lavó las manos y clavaron al Cristo en la Cruz

Tratar de traer Halloween a los países latinos hace tiempo que andan luchando con eso.

Es trasladar un culto celta a países de raigambre católica apostólica romana y conforme a que el culto escandinavo de Santa Klaus o Papá Noël pasó por arriba a la Navidad cristiana y quien lo dude mire el aspecto rojo y verde que adorna todo con un pesebre al que le agregan un Arbolito de Navidad.

Por la publicidad muchos creen que el símbolo de Santa Klaus es de la Coca Cola, los que piensan así, estarán convencidos que dicha empresa inventó el fútbol por sponsorear todos los campeonatos de dicho deporte.

No me imagino un pino o similar en Belén, o sea en Palestina, en pleno desierto.

El “truco y treta” no vende ni cerca lo que vende Navidad, porque los niños vienen disfrazados de entre casa y se gasta en los disfraces de los mayores que salen de pachanga vestidos de brujas con trapos que cuestan plata y caretas que cuestan más, porque son de muy buena calidad.

Claro que todo eso, como el pesebre, el arbolito, las guirnaldas, los globos (ahora de plástico no de vidrio finito que se rompían de mirarlos), el burro, los camellos, el pastito y todo lo demás se guardan para el año siguiente.

Las luces son bastante berretas y algunas se salvaran y otras irán inexorablemente a la basura, pero cuestan muy poco.

Los caramelos que reclaman los niños valen poca plata, pero es una inyección de ventas en un mes, que la única fiesta que tiene es el día de la raza y ni siquiera sabemos de qué raza estamos hablando.

La ultima cena

Don José Batlle y Ordóñez le tenía poca simpatía a la Iglesia y todos los feriados de origen religioso los hizo laicos, en el nombre cambiándoselo.

El día de todos los santos inocentes, pasó a ser el día de los muertos, el día de Navidad, pasó a ser el día de la Familia, la semana santa, pasó a ser la semana de Turismo o Semana Criolla, el Día de la Virgen pasó a ser el día de las playas, el día de Reyes pasó a ser el día de los Niños y de pasó cañazo, el día de los Mártires de Chicago pasó a ser el Día de los Trabajadores.

Pero los amigos comerciantes atrás de Halloween apareció, en lugar del día de todos los santos inocentes o día de los muertos, salieron unas cuantas personas disfrazadas por 18 de Julio, ya con una vestimenta y maquillaje o careta más costoso.

Espontáneamente, aunque creo muy poco en la espontaneidad, en estos eventos salieron bastantes personas disfrazadas de zombis.
Hay muchos que no precisan el disfraz, porque ya lo traen adentro, pero hay otros que tuvieron que entrar en gastos.

Saltamos de la cultura nórdica a la cristiana con Santa Klaus o Papá Noël y de la cultura celta a la rioplatense con Halloween, en menudo baile nos metieron, en la magia negra, haitiana, de la tradición vudú y con todo tipo de cicatrices y costuras, harapientos marcharon por la principal avenida.

Los festejos

En lo que me es personal no concurro a los cementerios a pesar que soy sobrevivientede abuelos, padres, hermanos y penúltimo de los primos (éramos 32 y quedamos 4) porque a mis muertos los llevo en mi corazón y no tengo por qué ir a mostrar mis dotes histriónicas al panteón familiar, como hacen muchos o pagarle a una persona para que limpie el bien funerario y todas las fechas especiales a una florería o a un florista para que lo deje bien puesto en escena, por el que dirán.

El mismo concepto tengo de las casas de salud, que cuando están gaga y no saben ni como se llaman, les pagan un suntuoso moridero, en Carrasco o Punta Gorda, para ir a verlos en los cumpleaños.

El culto de los muertos es un muy buen negocio para las empresas de pompas fúnebres, los cementerios privados, los remiseros en los entierros y las florerías. Y algún cura que levanta algún mango con una tirada de agua bendita sobre una lápida.

Creo en los muertos y no en los muertos resucitados, ni tampoco creo en los vampiros de Transilvania.

No sé si donde están, estarán muy bien, pero de los que fueron no volvió ninguno que yo sepa.

Lo más cerca para los uruguayos de los haitianos, cultores del vudú o magia negra ha sido con la misión de Paz que tenemos en Haití y con aquel lío del muchachito, que un abogado, con mentalidad yankee se quiso hacer la América y reclamó cinco millones de dólares por violación y lo trajo de lo más trajeado al muchacho.

Desde el interior

Los que hemos estado trabajando en campaña, sabemos bien cuáles son las costumbres de nuestros criollos y los soldados son todos o la absoluta mayoría de campaña y todos hemos sentido una carcajada galponera y un perro chillando.

Son brutos para sus bromas, como cuando le ensillan un caballo manso y es recontra bellaco, lo que le hicieron a este muchacho fue una amorta y si lo hubieran violado, no hubiera vuelto como lo hacía a diario.

Un país como Haití donde lo explotaron los franceses, luego el gran dictador Duvalier, llamado PèreDoc y luego su hijo y siguieron otros, hasta que lo hizo pelota el huracán.

Por 5 o 10 dólares, o poco más, este muchachito, que hoy aparece trajeado, le puede arrimar a la madre o a sus hermanas para satisfacer bajas pasiones, pero en estas cosas le sirve al abogado y muchos llevan agua para su molino dejando mal a unos muchachos que van a arriesgar la vida para terminar de pagar la casita.

Ese país no tendrá remedio por muchísimo tiempo, es un fiel ejemplo de lo que son las republiquetas bananeras.

Los comercios en general y las grandes superficies como los shoppings tienen los días de España, Italia, bicocas, descuentos especiales si se paga con tarjetas de determinada marca, etc. y en definitiva todas esas conmemoraciones lo único que festejan el día del patrón.

Volveremos con algo más alegre y constructivo.

Que todo sea para bien…